FORO SOCIAL MUNDIAL

24-01-2003

Marcha de la esperanza abre el III Foro Social Mundial

Orlando Oramas León
Enviado especial

Foto: PABLO PILDAÍNPORTO ALEGRE, 23 de enero.— La esperanza tomó la calle en esta ciudad del Sur brasileño y reafirmó en la marcha de miles de personas de todos los continentes que el futuro es de lucha y que la victoria dependerá del combate y la entrega de los pueblos.

Fue la inauguración popular del III Foro Social Mundial, la cual devino expresión planetaria bien opuesta al foro de los ricos, el de Davos, y al patrón uniforme y avasallador que impone la globalización neoliberal, aquí abucheada.

Desde el mercado público de Porto Alegre, en la parte baja metropolitana, una concentración multicolor y pluricultural se movió a paso de combate por la avenida Borges de Medeiros, cuesta arriba, para desembocar por la Ipiranga hasta el anfiteatro Porto do Sol, justo cuando la noche se adueñaba de la capital de Río Grande do Sul.

Los vencidos fueron la guerra imperial decretada de antemano por Estados Unidos, el armamentismo, el capitalismo y el neoliberalismo, quienes llevaban un NO mayúsculo en las pancartas y consignas que primaron en esta histórica jornada.

Vencieron la paz, la justicia, el socialismo, el pueblo palestino, el proceso bolivariano en Venezuela, la solidaridad entre los pueblos, entre otras demandas expresadas por miles de gargantas.

La marcha comenzó con tambores, pero no los de la guerra. Manos de hombres y mujeres, jóvenes y ancianos portaban pancartas en las que se leía, entre tantas: No a la guerra, Abajo el ALCA, Comercio con Justicia, Solidaridad con Venezuela y contra el golpismo, y claro, Cuba Sí, yankis No.

El Che marchó multiplicado en banderas, boinas y todo aquello más que la imaginación popular hizo por tenerlo presente. La primera enseña cubana la hizo desfilar una brasileña: Evangelina Vega, ex presidenta de la Asociación Cultural José Martí, aquí en Porto Alegre. No fue la única. En el viaducto bajo el cual pasó la marcha estaba colgada otra, gigante, colocada por manos solidarias.

Viva Cuba, Viva Fidel, coreaban desde abajo al atravesar los manifestantes el túnel. Pero la fuerza se multiplicó cuando marchó la delegación de la Mayor de las Antillas, que casi cierra el desfile y a la cual muchos esperaban al borde de la avenida.

En el megáfono Lazarito, en hombros de Stevenson. Savón en una punta llevaba una gran tela: Libertad para los Cinco Patriotas Cubanos. Delante las esposas y familiares portaban sus rostros.

Un joven argentino señalaba a Adriana, la esposa de Gerardo, y decía a su compañera: "Mira es la misma de la foto, ella es la mujer del cubano prisionero". La hija menor de René, pequeña y vivaz, gritaba a pleno pulmón por su padre, mientras Irma, la mayor, alzaba un cartel donde denunciaba: No me dan visa para visitarlo.

Debajo del puente cantamos el Himno Nacional, mientras desde las aceras la gente apoyaba el paso de los cubanos. "Brasil, Lula, Cuba te saluda" coreado por nuestra delegación provocaba aplausos acá, mientras muchos decían: ¡Qué niños!, en referencia a la locuacidad y la profundidad de sus mensajes.

Luego, en el anfiteatro Porto do Sol se proclamó la apertura del III Foro Social Mundial. Samir, un palestino, se codeaba con Matías, un piquetero de Buenos Aires. Cerca, un japonés ondeaba una pancarta indescifrable y un belga, de los verdes, se pronunciaba por la defensa del medio ambiente. El hecho de estar juntos, aunque no suficiente, resulta alentador.

   

SubirSubir