Para quien cree que el
mundo, puede y debe ser diferente, es bueno saber que por la tercera
vez, Porto Alegre abrigará, del 23 al 28 de enero, el Foro Social
Mundial (FSM).
Se espera cerca de
100 000 participantes, provenientes de 121 países, y la
presencia del Presidente Lula.
Los cinco ejes
temáticos serán:
1) Desarrollo
democrático y sustentable;
2) Principios y
valores, derechos humanos, diversidad e igualdad;
3) Medios,
cultura y contra hegemonía;
4) Poder
político, sociedad civil y democracia;
5) Orden mundial
democrático, combate a la militarización y promoción de la paz.
El lema del Foro sigue
siendo "Otro mundo es posible". Y es lo que se
busca, no solo como propuesta, sino también como rescate de
experiencias, luchas y victorias (como la del PT en Brasil), que
señalan una alternativa al neoliberalismo y al actual modelo
de globacolonización. En este sentido, el FSM es una crítica
del Foro Económico Social, que desde hace 30 años, se reúne en
Davos, Suiza, con el objeto de mantener la idolatría del mercado.
Para cada uno de los
cinco ejes divididos en seis subtemas, se realizarán paneles (mapa
de acciones del FSM y propuestas estratégicas) y conferencias
(análisis orientados a construir alternativas), que se realizarán
por lo general en la mañana. En la tarde y noche se
realizarán talleres (laboratorio de la sociedad organizada) y
seminarios (diagnósticos para fortalecer estrategias), mesas de
diálogo y controversia (confrontación de visiones y propuestas),
testimonios (presentaciones de personalidades o grupos), eventos
culturales, etc.
Varios foros sociales
realizados por el mundo, preceden al III FSM: en agosto de
2002, Buenos Aires abrigó al Foro Argentino, en noviembre en
Florencia (Italia) aconteció el Foro Social Europeo. En diciembre
Etiopía abrigó al Foro Social Africano. A inicios de este
mes en India tuvo lugar el Foro Social Asiático, y en Belem de
Pará se reunirá en enero el Segundo Foro Social
Panamázonico.
Están previstos
también para octubre el Foro Social Pan Americano (en Ecuador) y en
noviembre en España el Foro Mediterráneo.
Se ha creado así, una
red mundial de alternativas —sociales, económicas, políticas,
culturales y religiosas— que configuran el diseño de un nuevo
modelo de civilización, regido por la procura de la paz como
resultado de la justicia social; por el combate a la desigualdad
económica sin detrimento de la diversidad étnica y cultural; por
una nueva actitud espiritual que vincule valores subjetivos y
preservación del medio ambiente. Y todo eso gana más
importancia frente a la política belicista del presidente Bush, que
ignora el protocolo de Kyoto, la agenda de la FAO y la Corte de la
Haya como jueza de los crímenes de guerra.
Más que un evento
anual, el FSM es un proceso mundial robustecido por numerosas
iniciativas que, efectivamente, abren nuevos horizontes, desde la
economía solidaria hasta la ética de las relaciones de
género. Una nueva cultura emerge de este proceso, a tal punto
que los organismos internacionales como el Banco Mundial, han
comenzado a revisar sus paradigmas y abrir su cartera de proyectos
para los movimientos sociales empeñados en el combate a la
exclusión y la opresión.
La historia de la
humanidad es la prueba incesante de que los sueños pueden hacerse
realidad. En Brasil, donde la esperanza venció al miedo,
vivimos ahora el momento privilegiado de ver tantos sueños volverse
realidad, sobre todo porque el presidente Lula representa un cambio
en la gramática del poder, cuyo texto se refleja en la
articulación de un pacto social y la prioridad del combate al
hambre.
Sin exagerar, se puede
decir que esta victoria es también fruto del FSM, pues sin esta
fábrica de ideas, experiencias y propuestas, tal vez muchos ni
creyeran que otro Brasil es posible.