[...]. ¿Dudan que seamos democráticos? Bueno, pues
entonces yo emplazo a esos que dicen que no somos democráticos a que les
den armas a los estudiantes, a los campesinos y a los obreros. Yo los
emplazo. Porque los campesinos, los obreros, los estudiantes, los
sectores humildes del país, son mayoría. ¿alguien niega eso? Nadie niega
eso. Pero nosotros les damos algo más que el voto: les damos los
fusiles, fusiles como prueba absoluta de su respaldo, de su confianza,
de que se interpretan los intereses de la mayoría. Yo emplazo a esos que
se llaman demócratas y que creen que nosotros no somos demócratas, a que
sencillamente compren fusiles para los guajiros, los obreros, los
desempleados y toda la gente humilde del país; y que para demostrar que
son demócratas y que creen que la mayoría los apoya, que les den
fusiles: esa es la prueba suprema de la democracia, la prueba suprema de
la democracia, darles fusiles a todas esas familias humildes, y entonces
sí de verdad que estamos iguales, somos demócratas todos. Cuando el
pueblo tiene fusiles, cuando un gobierno le da fusiles al pueblo, ese
gobierno sí es demócrata, y esa es la prueba suprema. [...]
[...] ¿Cómo nos van a asustar a nosotros con un ejército
profesional? Nosotros tenemos táctica y experiencia suficientes en el
pueblo, para enfrentarnos a los ejércitos profesionales; los ejércitos
profesionales no son para nosotros ningún problema. A nosotros lo que
nos interesa es el pueblo y ese es el que tenemos junto a nosotros, para
afrontar cualquier contingencia; y tenemos una fuerza de combate que si
la fuéramos a pagar, valía 700 millones de pesos todos los años, porque
podemos movilizar medio millón de hombres, de cubanos, a luchar.