El mejor símbolo de la Revolución

La Revolución que estamos haciendo no llegará al máximo de realizaciones, si parejamente no se produce en nuestra universidad el equipo de hombres que salve la tremenda laguna que por ausencia de hombres técnicamente capacitados, porque hasta hoy muchos de los que produjo se perdieron en la mediocridad del ambiente, mucho de lo que produjo nuestra universidad se perdió en la corrupción y en la politiquería que caracterizó nuestra vida política y sin embargo, enfocamos hoy esa carencia de hombres que tanta falta nos hacen para llevar la obra de la Patria nueva hacia adelante.

Es por eso que tan especial interés tenemos puesto en nuestra universidad. Es por eso que ya se ha dispuesto de los primeros créditos para construir dos ciudades universitarias, la de Oriente y de Las Villas; es por eso que estamos esperando solo que se terminen los proyectos para hacer una gran ciudad universitaria en La Habana. Tres ciudades universitarias serán el mejor símbolo de nuestra Revolución.

La preocupación del estudiantado hoy es estudiar precisamente, prepararse y a nuestro entender ese espíritu de superación, ese deseo de estudiar y prepararse debe conservarlo el estudiante como su mejor tesoro, que jamás se alce una voz ni una asamblea estudiantil para pedir rebaja de materias, que jamás se presente un aspirante haciendo campaña a título de facilitar la aprobación de la asignatura, que a nuestro entender hasta las preguntas importantes deberán desaparecer del estilo estudiantil, que el señor delegado ayude a sus compañeros para fines de superación, que ayude en todas aquellas cuestiones que impliquen una colaboración social determinada a aquellos que tienen dificultades para asistir a clases, informes que le beneficien, orientaciones correctas, pero nunca aquellas que tiendan a ganarse la simpatía de nadie a base de sacrificar la cultura y la superación de sus compañeros. Que cuando los estudiantes se movilicen lo hagan siempre animados por algo: por un propósito científico, por un propósito deportivo, por un propósito cultural, por un propósito revolucionario, mas nunca por aquellas cuestiones que antaño sirvieron para desacreditar a nuestros centros estudiantiles. Huelga no, por cualquier motivo, porque esta es una etapa creadora de un país retrasado que no puede perder un minuto, de una juventud retrasada en sus estudios, por sus obligaciones patrias, que no puede perder un minuto, porque la Patria espera mucho de ella. Porque hoy al revés de ayer, el estudiante tiene formidables perspectivas de porvenir en una nación que al desarrollarse tendrá ocupación decorosa para todos sus profesionales.

Y tan es así que, aun desde ahora, hemos tenido que acudir a nuestras facultades para buscar jóvenes y prepararlos para determinadas funciones de administración pública, y tan es así que hemos tenido que acudir a todos los profesores de la Escuela de Agronomía, y a los alumnos incluso de agronomía y también de la Facultad de Veterinaria, profesores y alumnos, porque no nos alcanzan los técnicos para la reforma agraria que estamos llevando adelante.

Ni nos alcanzarán los pedagogos para nuestros planes educacionales, ni nos alcanzarán los doctores en filosofía, ni nos alcanzarán tampoco los farmacéuticos, y mucho menos los químicos, los físicos, los matemáticos, los médicos, los contadores, los ingenieros. Y ustedes saben que estamos diciendo la verdad. Me preguntan por los abogados, también nos faltarán. Nos faltarán diplomáticos, nos faltan compañeros competentes para cubrir los cargos del servicio exterior de la república, y con seguridad de que si regulamos bien la profesión, si tratamos de producir lo que necesita el país, alcanzamos trabajo para todos [...]

Dichosa esta juventud estudiantil, porque tiene más ejemplos que ninguna otra y los tiene, no en medio de la decepción o del fracaso, sino en medio de la hermosa esperanza que abre para la Patria [¼ ]

(Tomado del periódico Revolución)

   

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