En horas de la tarde del 31 de marzo, Fidel visita el Coliseo Nacional de la Ciudad Deportiva, donde radica la Dirección General de Deportes (DGD), para interesarse por las obras que se realizan en este lugar.

Allí pudo apreciar el trabajo de numerosos ingenieros, arquitectos, proyectistas y dibujantes, que someten a diario las proyecciones de campos deportivos, estadios y gimnasios de todos los rincones de la república, siguiendo precisamente los postulados de la Revolución, que en este aspecto producirá una verdadera revolución en los deportes nacionales.

No obstante lo mucho que se labora, el doctor Castro Ruz pidió al director de Deportes Guerra Matos, la intensificación de esas labores. "Es necesario —dijo— que los campos deportivos se construyan rápidamente. Hay que trabajar muy duro en esto porque todo el pueblo y esos atletas de toda Cuba esperan de nosotros lo que hemos prometido. Ahora se cuenta con el respaldo absoluto del gobierno para la obra deportiva y debemos activar rápidamente la construcción de esos campos". [...]

El doctor Castro espera que muchos de esos terrenos donde se levantarán los campos deportivos, sean donados por personas que posean tierras. "Hay que ver la necesidad que tienen los jóvenes deportistas –dijo–, sin lugares apropiados para ejercitar el músculo ni centros donde cultivar la enseñanza deportiva. Nuestro gobierno, que es el gobierno del pueblo, quiere llevar las ventajas del deporte y sus instalaciones a todos los rincones de nuestra Patria; pero para ello es necesario que todos nos presten su concurso. Aquellos que pueden hacerlo, deben facilitar los medios. El gobierno, a través de la Dirección General de Deportes, está empeñado en esta batalla pro "Más deportes y menos vicios", sé que la DGD y sus más altos funcionarios laboran con tesón sirviendo a los deportistas de todo el país, pero hay que trabajar con más ahínco aún".