[¼ ] Todo el esfuerzo y
toda la consigna de consumir artículos del país, de abrir de nuevo
las destilerías para que una parte de la gasolina que se gasta aquí
sea alcohol que se produzca en el país (APLAUSOS), todo ese esfuerzo
tiende a ahorrar reservas desesperadamente; todo el esfuerzo que
hacemos y el sacrificio que les pedimos a los trabajadores
azucareros para hacer la zafra, tenían el propósito de traer al país
la mayor cantidad de divisas posibles, porque tenemos esa doble
tarea: aumentar las divisas y disponer de capital para la
industrialización.
Es que cualquier medida... Eso implica un gasto de
tantos millones de pesos que se extraen de la reserva. La maquinaria
agrícola que tenemos que comprar... Claro que ahora no compraremos
Cadillacs, ya no se comprarán Cadillacs aquí. Lo que antes se
gastaba en Cadillacs lo gastaremos ahora en tractores para la
agricultura (APLAUSOS).
Así que es bueno que el pueblo, al que nunca le han
dado cuenta de estos problemas, porque, o no les ha importado a los
gobiernos, o no han querido darle cuenta al pueblo de estos
problemas, o se lo han escrito en un lenguaje muy complicado, pues
es conveniente que el pueblo vaya conociendo de todas estas
cuestiones, para que siga con el mayor acierto posible toda la
estrategia y toda la línea de la Revolución; porque, como decía, la
Revolución es la que puede redimir al país, la que redimirá al país,
y, en definitiva, la que librará al país de todas las lacras, de
todos los vicios y de todos los males o, por lo menos, de una gran
parte de los males que nos vienen de atrás.
Y, como la Revolución tiene sus enemigos —los tuvo
en aquella etapa, los tiene ahora y tratarán de que tenga en el
mundo el mayor número de enemigos posible—, las campañas que se
hacen son para ir a decirle allá, a lo mejor, al infeliz campesino
de cualquiera de esos pueblos de América, a esos campesinos que en
otros lugares de América viven pasando hambre en interminables
latifundios, a los obreros que ganan salarios de miseria, ir a
decirles allí que nosotros somos malísimos, que somos unos crueles,
que somos unos vengativos y que nos estamos vengando aquí de los
pobrecitos esbirros y criminales de guerra; que somos unos
despiadados, unos incivilizados y unos inhumanos.
Toda esa política tiende a debilitar a la Revolución
Cubana en la simpatía y en el respaldo que pueda tener en el resto
del mundo. Porque, claro, hay poderosos consorcios, grandes recursos
económicos, la oligarquía internacional, los reaccionarios de todas
partes del mundo, que le tienen terror a las revoluciones, porque
ponen fin a muchos abusos, a muchos privilegios, y no quieren que el
ejemplo de la reforma agraria, etcétera, etcétera, pueda ser
imitado. Por eso las calumnias contra Cuba encuentran eco, y en la
gente incauta penetra.
Hay revistas, como esa revista "Time", que se dedica
sistemáticamente y tenazmente a hacer una campaña contra la
Revolución, sembrando allí la duda en la opinión pública de Estados
Unidos, en los campesinos, en los obreros, en los estudiantes, en
los profesionales, en fin, en todo el conjunto que integra la parte
mayoritaria de la opinión pública, donde había y hay mucha simpatía
por la Revolución Cubana, tratando de sembrar allí también la duda y
la cizaña contra la Revolución [¼ ].
Así que la Revolución Cubana es una obra difícil, no
es de ninguna manera una obra fácil; nadie debe pensar que sea
fácil. La Revolución no debe creerse nadie que es una tarea fácil;
si nos creemos que es una tarea fácil, estaremos incurriendo en un
gran error.
Siempre nosotros, durante la guerra, pintábamos las
cosas como eran; y, cuando venían las ofensivas grandes, no
andábamos ocultándole a nadie la realidad; todo el mundo preparado
siempre, consciente de los grandes peligros, pues tomaba las medidas
y se adoptaba la conducta que debía adoptarse en los momentos
difíciles. Y ese era un factor esencial para superar los peligros.
El pueblo de Cuba, los obreros, todo el pueblo,
tiene que estar muy consciente de que la Revolución es una tarea
difícil, porque no se destruye impunemente una serie de privilegios,
no se viene abajo impunemente todo un sistema político y toda una
serie de costumbres que han imperado a lo mejor durante siglos;
incluso, las mentes no se cambian de un día para otro.
Ahora es cuando mucha gente empieza a comprender que
la Revolución es un problema no solo de leyes, no solo de cambio de
hombres, sino de cambio de mentalidad; hay mucha gente que empieza a
darse cuenta ahora de que la Revolución es un cambio de mentalidad y
ya empiezan a ver las cosas distintas (APLAUSOS).