[...] Porque es cierto que ha existido en nuestra
patria, en algunos sectores, el bochornoso procedimiento de excluir
al negro del trabajo.
Todo el mundo sabe que no soy demagogo, todo el
mundo sabe que odio la demagogia, todo el mundo sabe que jamás toco
un problema si no lo siento, que jamás toco un problema si no lo
hago con absoluta honradez. Hay dos tipos de discriminación racial:
una, es la discriminación en centros de recreo o en centros
culturales, y otra, que es la peor, la primera que tenemos que
evitar, la discriminación racial en los centros de trabajo, porque
se limitan las posibilidades de acceso a determinados círculos en la
primera, y en la otra, mil veces más cruel, porque se limita el
acceso a los centros donde puedan ganarse la vida; limita las
posilibilidades de satisfacer sus necesidades, y así cometemos el
crimen de que al sector más pobre le negamos precisamente más que a
nadie las posibilidades de trabajar; cometemos el crimen de que
mientras la sociedad colonial hacía trabajar al negro como esclavo,
y hacía trabajar al negro más que a nadie, y hacía trabajar al negro
sin retribución alguna, en esta sociedad actual, a la que algunos
han querido llamar "sociedad democrática", sucede todo lo contrario,
se le quiere impedir que trabaje para ganarse la vida. Así, mientras
la colonia lo mataba de trabajo y lo mataba a palos, nosotros
queremos matar de hambre a nuestros hermanos negros.
No debiera ser necesario el dictar una ley, no
debiera ser necesario dictarla para fijar un derecho que es un
derecho que se tiene por la simple razón de ser un ser humano y un
miembro de la sociedad. No debiera ser necesario dictar una ley
contra los prejuicios absurdos; lo que hay que dictar es el anatema
y la condenación pública contra aquellos hombres llenos de pasados
resabios, de pasados prejuicios, que tienen el poco escrúpulo de
venir a discriminar a unos cubanos, de venir a maltratar a unos
cubanos por cuestiones de piel más clara o más oscura, porque en
definitiva, todos las tenemos más clara o más oscura. Porque aquí el
que no la tiene un poco morena, porque viene de español, y a España
la colonizaron los moros, y los moros venían de África, la tenemos
más o menos morena porque nos viene directamente de África, pero
nadie se puede considerar de raza pura, y mucho menos de raza
superior.
Y, por lo tanto, de la misma manera que para
establecer y llevar adelante una campaña en favor del consumo de
productos nacionales, sin necesidad de dictarse una ley ni sanciones
penales, vamos a ponerle fin a la discriminación racial en los
centros de trabajo, haciendo una campaña para que se ponga fin a ese
odioso y repugnante sistema con una nueva consigna: oportunidades de
trabajo para todos los cubanos, sin discriminación de razas; o sea,
que cese la discriminación racial en los centros de trabajo; que
blancos y negros nos pongamos todos de acuerdo y nos juntemos todos
para poner fin a la odiosa discriminación racial en los centros de
trabajo. Así iremos forjando, paso a paso, la patria nueva.
Hay exclusivismo en los centros de recreo. ¿Por qué?
Porque se educaron separados el blanco y el negro, pero en la
escuelita pública no viven separados el blanco y el negro; en las
escuelitas públicas aprenden a vivir juntos, como hermanos, el
blanco y el negro; y si en la escuela pública se juntan, se juntan
después también en los centros de recreo; se juntan en todas partes;
pero cuando se les educa separados, y la aristocracia educa a sus
hijos separados del negro, es lógico que después no puedan estar
juntos en los centros culturales o de recreo el blanco y el negro.
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