¡Qué temor podemos albergar nosotros a hablarle con
claridad a cualquier sector del país! Nosotros sabemos que, al fin y
al cabo, estarán contra la Revolución solo aquellos que sean
incapaces de algún sentimiento noble, de algún sentimiento generoso,
de algún sentimiento humano, de algún sentimiento patriótico
(APLAUSOS). Yo no puedo ver a nadie con prejuicio alguno, o a
través de mentiras o de convencionalismos. Cuando me dirijo a mis
compatriotas, lo hago suponiendo en todos un gran fondo de nobleza y
un gran fondo de generosidad, porque tal es realmente el corazón y
el carácter de los cubanos, y no se ha caracterizado, precisamente,
el pueblo cubano por las pugnas de clases ni por los odios de clases
[... ]
[... ]Nuestros problemas no han sido propiamente
problemas entre cubanos; más bien podría decirse que han sido
problemas entre no cubanos y cubanos, y tal ha sido desde el
principio hasta hoy. Los que han prevalecido aquí han sido intereses
extranjeros; desde hace rato que viene Cuba luchando contra
intereses foráneos, y así surgió a la vida la nación cubana [... ]
[... ]Tuvimos grandes hombres, grandes héroes, grandes
patriotas; tuvimos un gran pueblo. Fue una lucha extraordinariamente
desigual y, por tanto, extraordinariamente heroica; una lucha que
iba a culminar con la victoria, porque de eso, nosotros, que tuvimos
que librar una lucha similar, no tenemos la menor duda, y, sin
embargo, los cubanos no lograron la victoria. Prácticamente se la
arrebataron; y, a decir verdad, no solamente nos la arrebataron,
sino que nos enseñaron a darles las gracias a los mismos que nos la
habían arrebatado (APLAUSOS).
[... ]¡Qué no les ocurriría a los pobres mambises, a
quienes obligaron a cortarse sus bigotes y sus barbas, y los
mandaron a regresar a una tierra que ya no era ni de ellos, sino de
los que tal vez hicieron negocios durante la guerra, de los
chivatos, de los confidentes, de los guerrilleros, de todo el mundo,
menos de los mambises!
Y aquí, ¿quiénes se quedaron?, ¿quiénes prosperaron
a lo largo de aquellos dos años de ocupación extranjera?, ¿quiénes
se fueron acomodando a la mal llamada república que nacía? Pues los
"inteligentes" —tan inteligentes que no habían peleado durante toda
la guerra (RISAS)—, los "vivos", los "simpáticos", los "cortesanos",
los que sabían inglés; porque los mambises, ¡de inglés no sabían una
palabra! (RISAS Y APLAUSOS.)
¿Qué revolución pudo salir de todo aquello? Lo que
salió fue la Enmienda Platt, en contradicción con una declaración
que decía que Cuba era "de hecho y de derecho un pueblo libre e
independiente". No lo fue, ¡ni de hecho ni de derecho! (APLAUSOS).
La Enmienda Platt formaba parte de la Constitución
de la República, y los pobres mambises tan decepcionados habrían de
estar, tan escépticos, tan tristes y tan viejos, que hasta la
aceptaron, y eso dice mucho. Aquello fue el principio del
conformismo, de la resignación en el infortunio y en la adversidad,
de la sumisión que ha caracterizado la vida de nuestro pequeño, pero
bueno; nuestro sufrido, pero digno pueblo cubano. El último en
liberarse, el que peleó solo, el que le arrebatan la victoria y lo
obligan a vivir como ha vivido durante 50 años: entre intervenciones
directas o indirectas, entre malversaciones, entre fraudes, entre
tiranías, entre frustraciones, entre traiciones y entre todas las
desgracias que, juntas o separadas, le puedan haber caído a ningún
pueblo.
[... ] Ahora buscan comparaciones imposibles con una
Revolución que es cubana enteramente, que tiene raíces cubanas, y
que será orgullo de nuestra patria —y hablo de un orgullo nacional,
no de un orgullo personal, porque si bien en los pueblos el orgullo
es necesario para que sepan defender lo suyo, en las
personas el orgullo puede ser despreciable, sobre todo, cuando más
que orgullo es vanidad—, porque esta Revolución nuestra tendrá que
figurar en la historia de las grandes revoluciones. En el futuro
tendrán que contar a la Revolución cubana entre las grandes
realizaciones del hombre, entre los grandes acontecimientos
históricos de la humanidad, y aquí, donde hay muchos que se ponen
contentos cuando su país obtiene un triunfo, por modesto que sea, no
han reparado en toda la grandeza y en todo el orgullo que constituye
para nuestro pueblo el convertirse en la admiración de todos los
pueblos de América y del mundo (APLAUSOS).
[... ]¿Qué quieren, que para defender sus intereses
egoístas venga de nuevo el extranjero a nuestra tierra? ¿Qué
quieren, otra Enmienda Platt? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!") ¿Qué
quieren, nuevas intervenciones en nuestra patria? (EXCLAMACIONES DE:
"¡No!") ¡Pues están cometiendo el peor de los crímenes, porque están
aspirando a lo mismo que asesinar a toda la nación cubana!, porque
aquí es necesario, serenamente, repetir, como dijo Antonio Maceo,
que "quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo
anegado en sangre" (APLAUSOS). Y aquí no van a recoger ni el polvo,
porque nuestro pueblo ha concebido una esperanza, ¡y cuando los
pueblos, como los hombres, conciben una esperanza, no se resignan
nunca más a vivir sin ella! (APLAUSOS).