Esos ataques no se los dirigieron a Batista nunca,
¡qué va! Aquí podían matar 50, 100, 200, 1 000, 2 000, torturar,
ultrajar mujeres, golpear a todo el mundo, violar todos los
derechos, suspender todas las libertades, llevar a cabo todas las
farsas electorales; pero no, no, no, a Batista no. Batista era un
amigo incondicional, un servidor de los intereses creados, un
entregado, un vendepatria, un mercenario: ¡a ese no, a ese no se le
podía atacar! A nosotros sí, a nosotros sí.
Pero cuando Batista entregaba esas concesiones
onerosas a las compañías extranjeras, no se le dedicaban esos
ataques a Batista; esos ataques nos los dedican hoy a nosotros, que
hacemos por el pueblo. Porque lo que quisieran, lo que quisieran
tener aquí es también un mercenario, un vendepatria, un hombre que
se dejara sobornar o atemorizar.
Y esa campaña la siguen, y las campañas de las
agencias cablegráficas internacionales las siguen. Y yo lo dije, lo
dije en el mitin del millón, dije: "No se crean que esto se acaba,
esto va en aumento. Dejen que nosotros rebajemos las tarifas
telefónicas y eléctricas, que acabemos aquí con el latifundismo,
ustedes verán a qué grado de ataques llegan [¼ ]
Y ahora mismo, noticias de si hay una estación de
"Radio Rebelde" en Las Villas, que si hay unos "alzados" (RISAS).
¿Quién se alza aquí que los campesinos no den cuenta y pago en
cuatro minutos? (RISAS.) Miren, ¡que no vayan a cometer ese error!,
yo se lo aconsejo, se lo aconsejo; o no se lo aconsejo, ¡me da lo
mismo! Pero, honradamente, que no vayan a cometer el error de pensar
que se puede hacer lo que nosotros hicimos, sin el pueblo.
Nosotros tuvimos que ganarnos al pueblo y, después
que nos lo ganamos, porque llegamos a un pueblo al que siempre lo
tenían esquilmado, a un pueblo, a unos campesinos que eran víctimas
del guardia rural, del mayoral, de todo el mundo eran víctimas; y
allí pues nosotros poco a poco nos conquistamos el corazón de ese
campesinado. Ese campesinado ya es dueño de la tierra donde estaba
establecido, no está más que en trámite la propiedad. ¡¿Quién se
mete en esos campos y en esas lomas?! Yo no se lo aconsejaría a
nadie porque dicen que nunca segundas partes fueron buenas; ¡que no
vayan a cometer ese error!, porque si allí se tuvieron que rendir
los batallones enteros, cuando lo tenían todo, calculen ahora lo que
les puede pasar. Ahora, de lo que sí pueden tener la seguridad es de
que, desde luego, si algún criminalito de guerra cae por ahí y lo
hacemos prisionero, ese va de cabeza a los Tribunales de Guerra y se
le aplica la ley correspondiente. Los demás, pues bueno, por lo
menos tendrán la suerte que no tuvimos nosotros de que cuando caigan
prisioneros serán prisioneros de hombres que no asesinan
prisioneros, ¡aunque la Ciénaga de Zapata los está esperando para
trabajar! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Y en cuanto a la lucha clandestina, ¿dónde es que
van a esconderse?, ¿en qué edificio donde no haya un revolucionario,
donde no haya un inquilino al que le hayamos rebajado el alquiler
(APLAUSOS), donde no viva un obrero al que no hayamos mejorado en
algún sentido, donde no haya un ciudadano...? ¡Porque aquí van a
tener un millón de ojos vigilándolos!, porque ahora esto no es
cuestión de policía ya, no, no, esto es cuestión de pueblo. ¡El
ejército de nosotros es el pueblo! Y donde el conspirador ande
metiéndose, yo creo que ni a la mujer le va a poder decir que está
conspirando (RISAS Y APLAUSOS).
Porque, ¿qué ciudadano honrado del pueblo, qué
hombre honesto, sea hombre o mujer, cualquier ciudadano, cuál de
ellos no va a estar hoy en esta lucha epopéyica de nuestro pueblo,
no va a estar al lado de la patria, al lado de la nación? Frente a
todos esos intereses mercenarios, ¿quién va a traicionar a su
patria? Y ahora aquí no hay que pagarle nada a nadie. ¡Ya aquí el
chivato se acabó! El chivato es una institución que es necesaria
cuando hay una minoría; cuando hay una minoría oprimiendo a una
mayoría, tiene que tener un cuerpo de confidentes. Pero cuando hay
una mayoría absoluta en el poder, que es la que está llamada a velar
por su Gobierno Revolucionario, se acabó el chivato, ya no hace
falta, aquí no hay que informar nada, porque todo el mundo estará al
tanto de todo, y estarán mil ojos vigilando [...]
Las dos condecoraciones más grandes que he recibido
en estos días son: la medalla que me mandaron los rebeldes argelinos
y los ataques de la revista "Time" (APLAUSOS), porque eso demuestra
que voy bien (APLAUSOS). Aquí lo malo es que "Time" empezara a
elogiarme, entonces sí es verdad que yo no sabría qué hacer. Y ojalá
que no se vayan a enterar, no vaya a ser que por hacerme daño, me
elogien (RISAS). ¡Son capaces hasta de eso! Por ejemplo, aquella vez
sacaron la fotografía para despertar el interés y adentro el ataque.
Pero bueno, ¡me hacen más fuerte mientras más me ataquen!