Llevar adelante la Revolución es más difícil que dirigir una guerra desde la Sierra Maestra

(Fragmentos del discurso pronunciado por Fidel en la Plenaria Nacional Azucarera, efectuada el 9 de febrero de 1959. Periódico Revolución, 10 de febrero de 1959)

Hay intereses que se creen más poderosos que el interés de un pueblo entero. Hay que decirles que la Revolución sabe lo que está haciendo y que llegará tan lejos como sea necesario y que llegará no cuando ellos crean, sino cuando nosotros creamos que debemos llegar.

Todos los males del campesinado se resolverán con una medida fundamental. Esta medida fundamental es la Reforma Agraria. La Reforma Agraria es esencial para elevar el estándar de vida al campesinado, para elevar su poder adquisitivo y darle entrada a la fase industrial.

El Gobierno Revolucionario hará leyes revolucionarias, porque si el Gobierno no hace leyes revolucionarias, no es un Gobierno revolucionario.

Creo que no estamos preparados para intervenir los centrales azucareros, porque todavía el propio Estado no lo hemos podido administrar debidamente, ni el Municipio, ni las cajas de retiro. Si decimos ahora cuatro turnos de trabajo en los centrales y estos dicen no, tendremos que intervenir y eso no puede hacerlo ahora el Gobierno Revolucionario.

Lo que sucede con los centrales azucareros es que ahora tienen ventajas y tácticas. Dentro de cinco meses las ventajas serán nuestras. Creen que nosotros somos un pueblo pequeño y quizás cobarde. Creen que ante el poderío enorme del país de donde proceden tendremos que doblegarnos ante sus caprichos y sus insolencias, creen que somos brutos y que vamos a caer en medidas que en estos momentos no convengan. Y no es allí solo, aquí en la capital grandes hoteles están amenazando con despedir a cientos de obreros con motivo de la campaña que están realizando los "gangster" para crear problemas a la Revolución.

La Revolución está por encima de los grupos. No podemos supeditar a los intereses sectarios los intereses de la Revolución... Tengo fe en la victoria. Llevar adelante la Revolución es más difícil que dirigir una guerra desde la Sierra Maestra. Si ganamos la guerra fue por la estrategia. Si cada pelotón hubiese atacado disgregadamente la guerra no se hubiese ganado. Necesitamos la absoluta identificación entre todos. Porque ser líder para paralizar un centro de trabajo es fácil. Hay que ser líder para lo más útil. Hay que ser responsable como líder para los trabajadores. Esto no es una competencia de un grupo contra otro grupo, o partido político contra otro partido. El líder fácil puede hundir al pueblo, a un sindicato. Esta prueba es más dura de lo que muchos se imaginan. Asumo la responsabilidad de pedir. Yo asumo esa responsabilidad. Las palabras que digo hoy se comprobarán mañana. Quizás pocas tareas han sido tan difíciles como esta.

Hablo a hombres que tienen hambre y les digo: esperen. Hablo a hombres que no tienen empleo y les digo: esperen.

Unos pocos disfrutan de todos los privilegios. Otros, la inmensa mayoría, todas las necesidades, toda la miseria. Con eso acabará la Revolución.

El obrero es el principal creador de la riqueza. No el capitalista que se sienta en un cómodo despacho de Wall Street.

Estableceremos el salario justo. La vivienda justa. La vida justa. Nuestra preocupación es el porvenir de todo el país. Luchemos juntos, obreros, campesinos, estudiantes, desocupados. Es hora de hacer, no de prometer. Se van a aplicar cuantas leyes revolucionarias sean necesarias. La revolución se plasmará en las leyes revolucionarias. No todas las leyes juntas, porque no se pueden librar juntas todas las batallas.

En Cuba hay que hacer una revolución. O salvamos esta república o esta república se hunde. No hay disyuntivas. No hay términos medios.

   

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