[...] Ustedes constituyen esa fuerza que es la
opinión pública. Y la Revolución democrática que ha llegado al
poder, es la Revolución cuya característica tiene que ser
necesariamente la interpretación de los deseos, de los anhelos de la
mayoría del pueblo.
La Revolución ha llegado al poder no para que mande
un grupo de hombres, sino para que mande el pueblo. El pueblo es el
que está gobernando. El triunfo de la Revolución ha significado, en
primer lugar, la desaparición de toda esa politiquería y de toda esa
hipocresía que ha caracterizado la vida pública en nuestro país.
Esta Revolución ha significado, en primer lugar, no
solo que el pueblo es libre, no solo que se acabó el crimen, no solo
que se acabaron los atropellos, las torturas, los golpes, las
humillaciones que constantemente estaba sufriendo cualquier
ciudadano: significa que el pueblo ha llegado al poder [...].
[...] Es decir que el ejército de Cuba es el pueblo.
Porque todo el mundo tiene que pelear. Entonces, hay que enseñar
aquí en los sindicatos, en los clubes juveniles, en los institutos,
en todas partes, hay que enseñarle a manejar armas al pueblo,
señores. Y los soldados del nuevo ejército, del ejército
revolucionario, serán hombres bien entrenados para que si hay que
defender la patria, cualquier soldado pueda mandar 20 ó 30 ó 40 ó
100 hombres, como ha pasado aquí: que hombres que nunca habían
peleado, que no tenían instrucción militar, terminaron siendo
magníficos oficiales y mandaban 100 y 200 hombres.
Porque si el país tiene que defenderse algún día,
todo el mundo tiene que combatir aquí.
Y así no habrá dictadura nunca. Porque a un pueblo
bien instruido, un pueblo preparado, un pueblo que sabe defenderse,
no hay quien le imponga una dictadura por ningún concepto. Y eso es
lo que nosotros queremos: preparar al pueblo. ¡Preparar al pueblo
para que nunca más nuestra patria tenga que pasar por un sistema
retrógrado como el que hemos tenido!
Además, si nosotros establecemos un nuevo sistema en
nuestra patria, si nosotros implantamos la justicia en nuestra
patria, sobre todo la justicia social en nuestra patria; si acabamos
con el hambre, si acabamos con la explotación, si acabamos con el
desempleo, no puede haber dictadura [...].