Estamos dispuestos a todos los sacrificios para defender la independencia y la libertad

Discurso en la concentración popular. Guantánamo, 3 de febrero de 1959

[...] Nosotros nunca habíamos sido independientes, nunca. Decían que esta era una república soberana e independiente, y eso era mentira. Aquí el embajador americano era el que daba órdenes y gobernaba en la mayor parte de los casos.

Habían acostumbrado al pueblo de tal manera a mirar para los americanos, que yo me acuerdo que en los primeros tiempos de la campaña de la Sierra Maestra, a cada rato llegaba corriendo un campesino y me decía —como quien traía una buena noticia—: óigame, hay siete barcos americanos que están llegando a La Habana, y dicen que los americanos van a intervenir. Habían acostumbrado al pueblo a pensar que intervenir era una cosa buena; que, por ejemplo, para quitarse la dictadura de encima que intervinieran los americanos era una cosa buena. Habían acostumbrado a muchos cubanos a eso. A tal grado habían llegado la irresponsabilidad y el entreguismo aquí, en este país, que le habían creado al pueblo un complejo de impotencia.

El pueblo no se sentía libre, se sentía como quien tiene que estar dependiendo de un extranjero. Esto en el orden político, porque en el orden económico desgraciadamente estamos dependiendo todavía. Y es otra de las batallas que tenemos que librar aquí para hacer libre económicamente al país.

Pero les decía que el pueblo cubano nunca se sintió libre. ¿Cuándo se ha sentido el pueblo cubano enteramente libre por primera vez? [...]

[...] se creen que nosotros somos un pueblo esclavo, como se creen que nosotros no tenemos derecho a nuestra felicidad. Y son las que pagan las campañas de descrédito contra el pueblo de Cuba, son las que están hablando de intervenciones, son las que están siempre amenazando con medidas económicas.

Sabemos que van a poner el grito en el cielo, pero eso no nos importa. Van a perder los latifundios, porque es la voluntad del pueblo de Cuba. ¡Y frente a esa voluntad no puede pasar nada ni nadie! Quiero que lo sepan.

¿Que toman medidas económicas? Pues no importa que las tomen. ¡En definitiva, nosotros somos un pueblo que está dispuesto a todos los sacrificios! ¡Nosotros somos un pueblo que está dispuesto a privarse del cine, del automóvil y de todos los lujos! Y si no todo el pueblo, ¡el 98% del pueblo está dispuesto a hacer todos los sacrificios!

Si para aplastar a la Revolución toman medidas económicas contra nosotros, nos rebajan la cuota de azúcar o toman la medida que sea, no importa. ¡Nosotros idearemos otras medidas para resolver nuestros problemas!

Yo lo que sí les digo, es que les advierto a esos intereses que no vayan a cometer el error de tratar de adoptar medidas agresivas de ningún orden contra nuestro pueblo. Si las adoptan en el orden económico, reuniremos al pueblo y le diremos: Los enemigos de nuestra libertad, los amigos de Batista, los que han dado albergue a Masferrer, los que han dado albergue a Laurent, los que han dado albergue a los criminales de guerra; esos que quieren que el país retroceda, esos que quieren que aquí Batista vuelva, esos han adoptado medidas económicas para hacer fracasar a la Revolución. Entonces le diremos: ¡Pueblo, este es el momento de todos los sacrificios! Renunciamos entonces a todo lo que sea lujo, renunciamos al cine, renunciamos a todo artículo que sea necesario renunciar. [...]

   

SubirSubir