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             Defender la Patria es
            la prioridad de todo el que se sienta cubano 
            DISCURSO DE APERTURA
            DE LA III CONFERENCIA "LA NACIÓN Y LA EMIGRACIÓN",
            PRONUNCIADO POR FELIPE PÉREZ ROQUE, MINISTRO DE RELACIONES
            EXTERIORES. 
            LA HABANA, 21 DE MAYO
            DE 2004. 
            Compañero Esteban Lazo
            Hernández, vicepresidente del Consejo de Estado, miembro del Buró
            Político de nuestro Partido; 
            Invitadas e invitados a
            esta III Conferencia "La Nación y la Emigración"; 
            Compañeras y compañeros: 
             Ha
            resultado para nosotros sorprendente la enorme afluencia que en esta
            coyuntura ha tenido la III Conferencia. Pensábamos que esta sala
            sería suficiente para los invitados que asistirían, que de manera
            optimista creíamos que podrían, quizás, superar el centenar, y
            por eso el local nos ha quedado pequeño. 
            Conocer que en este
            momento, y todavía llegando en vuelos ahora en la mañana y a lo
            largo del día otros asistentes a nuestra conferencia, el hecho de
            que haya ya 451 invitados —más de 200 provienen de
            EstadosUnidos—, de 45 países, en los cuales hay núcleos de
            cubanos residentes en el exterior, constituye, a nuestro juicio, el
            primer éxito de esta conferencia. 
            La II Conferencia
            "La Nación y la Emigración", en el año 1995, contó con
            la participación de 332 cubanos residentes en el exterior; eran un
            centenar más que la anterior, la primera, que había sido en el año
            1994. Aquí hay algunos invitados esta vez que estuvieron también
            en la I y en la II Conferencia, y eran muchos más, por supuesto,
            que en el diálogo de 1978. 
            De manera que tener
            entre nosotros en este momento a más de 400 cubanos residentes en
            el exterior, considero que da una amplitud y constituye un estímulo
            inestimable para los organizadores de esta conferencia. 
            Al dejar inaugurada esta
            III Conferencia "La Nación y la Emigración", damos la
            bienvenida a todos los invitados y, en especial, a los que venciendo
            presiones, riesgos y una gran incertidumbre, han llegado desde
            EstadosUnidos (Aplausos). 
            Lo subrayo de manera
            especial, porque estamos al tanto de las presiones, de las llamadas
            telefónicas conminatorias, de los anuncios públicos y de todo el
            trabajo desplegado en las últimas horas; y en los últimos días,
            para hacer desistir a una parte de los invitados de estar presente
            hoy. 
            Los que no han podido
            llegar, de todas maneras están presentes también en nuestro
            respeto, y sus puntos de vista y sus aportes, si no se pueden
            escuchar en estos días, los conoceremos también através de la vía
            consular y através de nuestros contactos con ellos. 
            Entendemos la
            conferencia, y ustedes lo saben, como un proceso permanente. No se
            trata de que cada un tiempo haya conferencia, tiene que haber un diálogo
            permanente, del cual la conferencia es un hito, una parada; pero no
            es el único momento. Tiene que ser cada vez más sistemático y
            fluido, como nos proponemos y como de alguna manera ha sido este
            proceso previo a la conferencia, el diálogo, el intercambio, entre
            las instituciones cubanas, nuestro gobierno y los cubanos residentes
            en el exterior. 
            Pasaron ya diez años de
            la I Conferencia. En este período se probó con creces que el
            proceso de normalización de las relaciones de la emigración con el
            país, iniciado por nuestro Gobierno durante el Diálogo del 78,
            resultado de la madurez y fortaleza de la Revolución, y que continuó
            durante la I y II Conferencias, es irreversible. Los resultados de
            las decisiones tomadas son alentadores, aun en medio de la
            hostilidad creciente, las amenazas de agresión y la manipulación
            del tema migratorio contra Cuba. 
            Cuando celebramos la I
            Conferencia, en 1994, los cubanos prácticamente no podían emigrar
            legalmente hacia Estados Unidos. El Gobierno norteamericano incumplía
            flagrantemente los acuerdos vigentes desde mediados de la década
            del 80. Ello provocó una nueva crisis migratoria, la llamada crisis
            de los balseros, posterior a aquella I Conferencia, a partir de la
            cual se establecieron nuevos acuerdos que, aunque no han sido
            cumplidos a plenitud por el Gobierno norteamericano, han permitido
            emigrar legalmente hacia Estados Unidos en los últimos diez años a
            casi 200 000 cubanos. Una vez más ha sido el Gobierno cubano quien
            ha defendido y hecho posible el derecho a emigrar legalmente hacia
            ese país. 
            En 1994 vinieron de
            visita a Cuba 37 000 cubanos residentes en el exterior —en 1994,
            37 000—; en el 2003, casi 168 000 cubanos vinieron de visita a
            nuestro país desde el exterior, de los cuales 115 000 vinieron
            desde Estados Unidos. Apréciese cómo en 10 años, de 37 000
            cubanos que vinieron a Cuba en 1994 subió a 168 000 los que nos
            visitaron. Índice que prueba nuestra afirmación del avance
            alcanzado. 
            En el año 2000, 38 000
            cubanos realizaron visitas familiares a EstadosUnidos. Treinta y
            ocho mil cubanos, residentes aquí en nuestro país, en el 2000
            recibieron sus visas por el Gobierno de EstadosUnidos y pudieron
            viajar allí a ver a sus familiares. Ya el año pasado el número no
            llegó a 7 000, porque no recibieron las visas, el Gobierno de
            Estados no dio las visas para que pudieran ir. Si ahora no pueden
            los cubanos ir de visita a EstadosUnidos, es porque lo prohíbe el
            Gobierno norteamericano. Los que emigran legalmente ya no tienen que
            esperar 5 años para retornar de visita a nuestro país. Así era
            cuando se hizo la I Conferencia, los que emigraban legalmente debían
            esperar no menos de 5 años. Eso fue resuelto en aquel mismo evento
            y hoy ya está normalizado. Los jóvenes cubanos que residen en el
            exterior pueden cursar en Cuba estudios universitarios compensados y
            estudios de postgrado. Ya los emigrados de visita en nuestro país
            no tienen obligatoriamente que pernoctar en un hotel, como ocurría
            en 1994, tema también discutido en aquella I Conferencia. Se
            publica establemente la revista Correo de Cuba. Ustedes han recibido
            el último número. 
            Creo que debemos
            recordar en este momento al embajador Cabañas, que era nuestro
            director de Asuntos Consulares, fue el primer director de la dirección
            que se creó, que es ahora nuestro embajador en Austria...
            (Aplausos). Probablemente esté ahora en su computadora, allá en
            Viena, siguiendo por Internet la trasmisión en vivo de esta
            ceremonia inaugural. 
            Mañana se presentará
            oficialmente el Portal en INTERNET Nación y Emigración, dirigido a
            los cubanos residentes en el exterior (Aplausos), una publicación
            electrónica, dirigida especialmente hacia los intereses, las
            necesidades de información, de vínculo con el país de los cubanos
            residentes en el exterior, en la que esperamos también los cubanos
            residentes en el exterior escriban, publiquen, contribuyan, y que en
            un futuro, además, se propone no solo dar información, constituir
            vehículo de información e intercambio, sino prestar servicios
            también a los cubanos residentes en el exterior por esa vía. 
            Se ampliaron en estos años
            las posibilidades para el regreso definitivo al país de cubanos
            residentes en el exterior que desean retornar definitivamente al país;
            se eliminó desde 1994 la necesidad de permiso de entrada para los
            residentes temporales en el exterior, que suman ya más de 50 000.
            Cubanos que viven en el exterior de manera temporal, aunque su
            residencia permanente continúa estando en el país, pero que por
            razones personales diversas han fijado su residencia en el exterior,
            hoy son más de 50000, y el año pasado 34 000 de ellos vinieron de
            visita al país. En el año 1994, cada vez que iban a venir al país
            requerían solicitar un permiso. En esos años de la conferencia, en
            el propio mes de agosto de 1994, esa regulación se eliminó y desde
            hace 10 años los cubanos que temporalmente están residiendo en el
            exterior pueden venir a Cuba sin ningún otro trámite. 
            Desde 1995 funcionó la
            Vigencia de Viaje, que usaron el pasado año más de 20 000
            emigrados cubanos para viajar al país, y que durante casi 10 años
            constituyó un mecanismo que permitía venir al país sin realizar
            el trámite de permiso de entrada al poseedor de la Vigencia; y por
            último, coincidiendo, de manera no sabemos si casual, con el
            anuncio de la entrada en vigor de las restricciones adicionales que
            el Gobierno de EstadosUnidos ha decidido contra los intercambios y
            contra los intereses, tanto de los emigrados cubanos en
            EstadosUnidos como de nuestra población, a partir del 1º de junio,
            dentro de unos días, los cubanos residentes en el exterior no
            necesitarán permiso de entrada al país (Aplausos). 
            Por otro lado, y en
            virtud de la decisión adoptada por nuestra Asamblea Nacional del
            Poder Popular en 1995, cuando se discutió la Ley de Inversión
            Extranjera, solo en los dos últimos años se han tramitado en Cuba
            72 propuestas de negocios o inversiones de cubanos residentes en 12
            países (Aplausos), 72 propuestas de negocios o inversiones de
            cubanos residentes en 12 países, cuando ya se van a cumplir próximamente
            10 años en que nuestra Asamblea Nacional hizo aquel debate histórico
            y aprobó la Ley de Inversiones. De las 7 compañías que operan
            vuelos charter a Cuba desde territorio norteamericano, 6 son
            propiedad de cubanos (Aplausos). Más de 100 agencias de viaje,
            también propiedad de cubanos —más de 100—, participan en la
            realización de los viajes a nuestro país —desde EstadosUnidos,
            país donde vive más del 70% de los emigrados cubanos—, que han
            venido creciendo pese a las draconianas medidas y la constante
            persecución del Gobierno norteamericano para impedirlos. Así que básicamente
            eso hoy son operaciones comerciales, de viajes hacia el país,
            realizadas por agencias de viajes y compañías de vuelo charter
            propiedad de cubanos que viven en aquel país. 
            A la pasada Feria
            Agroalimentaria, celebrada en La Habana con presencia de empresas
            norteamericanas hace unos meses, asistieron más de una veintena de
            ejecutivos de origen cubano residentes en Estados Unidos. 
            La relación de los
            emigrados con la vida cultural del país es hoy una realidad.
            Discutido como un sueño, como una posibilidad en 1978 y después en
            1994, hoy es una realidad. Entre 1996 y el 2003, se publicaron en
            Cuba 53 títulos con obras de 163 autores cubanos residentes en más
            de 15 países. Se puede decir que hoy es un hecho habitual, forma
            parte del panorama cultural habitual de Cuba, la publicación por
            las instituciones y las editoriales cubanas de las obras de autores
            cubanos residentes en otros países (Aplausos). Ciento sesenta y
            tres autores, algunos no han sido publicados porque se han negado a
            que su obra sea publicada por las editoriales cubanas; pero no ha
            quedado por Cuba, ha sido por ellos, un par de excepciones. Pero hoy
            es un hecho habitual, 163 autores en 53 títulos publicados en los
            últimos años, residentes en 15 países. 
            En igual período, entre
            1996 y 2003, se publicaron en revistas culturales cubanas más de
            200 artículos de 106 autores residentes en el exterior. Es decir,
            constituye un hecho normal la publicación en las revistas cubanas
            de la obra, la creación, la producción literaria, la crítica
            cultural, de autores cubanos residentes en otros países. No voy a
            hablar de la participación como columnistas de temas políticos,
            incluso con secciones habituales en nuestra prensa, me he referido
            aquí solamente a los datos culturales, lo otro es también ya algo
            normal. En las publicaciones de carácter político, informativo,
            aparecen también las columnas, los puntos de vista de cubanos que
            residen en el exterior. En los últimos años, más de una decena de
            autores cubanos residentes en el exterior presentaron sus obras en
            la Feria Internacional del Libro de LaHabana, y algunos de ellos han
            integrado los jurados de prestigiosos premios literarios de nuestro
            país, como el Premio Casa de las Américas y otros. 
            Todo esto nos permite
            asegurar que nuestro Gobierno y diversas instituciones cubanas, con
            el activo concurso y participación de los cubanos residentes en el
            exterior, han trabajado con seriedad y que la situación es hoy
            totalmente diferente a la que teníamos cuando se celebró la I
            Conferencia. 
            No decimos que hemos
            llegado a donde queremos y debemos, pero decimos que ha habido un
            gran avance y que la situación es hoy diametralmente opuesta a la
            que existía, en medio de una coyuntura que no puede ser
            desconocida, que no es propicia precisamente al intercambio. 
            Hoy podemos anunciar,
            además, nuevas decisiones que facilitarán la atención y las
            relaciones con los cubanos residentes en el exterior. Estas son: 
            Primero:
            La creación de una nueva oficina, adscrita inicialmente al MINREX,
            para atender a los cubanos residentes en el exterior, con funciones
            y atribuciones más amplias que las que hoy realiza la Dirección de
            Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del MINREX
            (Aplausos). 
            En 1978 se habló de que
            había que crear alguna instancia. En 1994 se creó la Dirección de
            Atención a los Cubanos Residentes en el Exterior, a la que después
            se le entregó también la responsabilidad de los temas consulares;
            hoy hablamos de un propósito más ambicioso y de una oficina con
            mayores atribuciones y funciones, que jugará un papel importante en
            la atención y los vínculos con los cubanos que residen en el
            exterior, que nacerá inicialmente adscrita al Ministerio, en el
            futuro ya se verá. 
            Segundo: La
            decisión de otorgar becas universitarias para hijos de emigrados
            cubanos (Aplausos). 
            En 1994 se habló de que
            jóvenes cubanos residentes en el exterior pudieran en Cuba hacer
            estudios de postgrados, y se acordó. En 1995 se habló de estudios
            universitarios en Cuba pagados; en esta ocasión, nuestro Gobierno
            Revolucionario ha decidido el otorgamiento de becas universitarias
            para hijos de emigrados cubanos, que podrán estudiar en nuestras
            universidades becados, como lo hacen los jóvenes cubanos que
            residen en el país. 
            Tercero: La
            creación de un programa de cursos de verano de idioma español
            (Aplausos), historia y cultura cubanos, especialmente diseñado para
            descendientes de cubanos residentes en el exterior (Aplausos). Sobre
            todo, pensando en jóvenes que han nacido en otras tierras, hijos de
            padres de cubanos y para los cuales, la búsqueda de la raíz
            familiar, el idioma, la cultura, la historia de la Patria
            constituyen prioridad. No decimos para los residentes en el
            exterior, pero también están incluidos, ¿no?, pero, bueno, esos sí
            tienen la raíz clara y definida (Risas); pero, sobre todo, pensando
            en los hijos, jóvenes que han nacido en otras latitudes. 
            Cuarto: La
            adopción de nuevas medidas que harán más expeditos y seguros los
            procedimientos aduanales (Aplausos y exclamaciones) —No creí que
            iba a ser tan popular esta medida (Risas). Ello incluirá el sistema
            de valoración por peso del equipaje, que deberá resolver uno de
            los temas que provoca hoy mayor cantidad de quejas y molestias
            (Aplausos). 
            Dicho esto, creo
            necesario subrayar tres cuestiones: 
            Primero: No
            existen problemas de fondo hoy entre la Nación y sus emigrados
            (Aplausos). En lo esencial, y aun cuando debemos seguir trabajando
            en el futuro —y ya dije que no creemos, ni mucho menos, que ha
            terminado aquí este proceso, que es continuo, irreversible y
            permanente—, en lo esencial, las decisiones tomadas en la última
            década han creado las condiciones para la normalización paulatina
            de las relaciones entre la Nación y la Emigración (Aplausos).
            Mienten los que presentan la permanente agresión del Gobierno de
            Estados Unidos —en alianza con una elite corrupta, ambiciosa y
            antipatriótica de cubanos residentes en aquel país— como
            "un problema entre cubanos". El problema real, desde
            nuestro punto de vista, tanto de los cubanos que viven en la Patria
            como el de todos los que, independientemente del país donde viven,
            sienten amor por Cuba y la desean libre y soberana, es la decisión
            del Gobierno del Presidente Bush, y este es para nosotros el
            problema real y no el otro —heredero de una apetencia imperial por
            Cuba que data de dos siglos— de negarnos el derecho a la libre
            determinación; de negarnos el derecho, reconocido en la Carta de
            Naciones Unidas, a ser un país independiente y a escoger, sin
            injerencias externas, nuestro modelo económico, político y social,
            nuestras leyes y nuestras instituciones (Aplausos). 
            Ese y no otro, y hay que
            decirlo aquí con toda honestidad, es hoy el problema. Y por eso
            digo que mienten los que dicen que hay un problema entre cubanos. Y
            por eso señalo desde nuestro punto de vista, con todo respeto, pero
            con toda franqueza, cuál es, en nuestra opinión, el problema que
            hay planteado hoy ante la nación cubana. 
            Segundo: El
            bloqueo económico y la política de agresión contra Cuba
            constituyen hoy el mayor obstáculo, ¡el mayor obstáculo!, a la
            normalización plena de las relaciones entre la emigración cubana y
            nuestro país. Y hay que decirlo, y no solo de las relaciones con
            los cubanos que residen en EstadosUnidos, es también el bloqueo hoy
            el mayor obstáculo a las relaciones de los cubanos que viven en
            cualquier lugar del mundo, que afecta, en primer lugar, a sus
            familias en Cuba; pero que también restringe y coarta derechos de
            los cubanos que viven en EstadosUnidos y en otros países. 
            Tercero: Las
            medidas anunciadas por el Presidente Bush, el pasado 6 de mayo,
            constituyen una nueva y flagrante violación de los derechos
            humanos, tanto de los cubanos que viven en Estados Unidos como de
            los que viven en la Isla. Su enfrentamiento —el enfrentamiento a
            esas medidas— debe ser hoy, en nuestra opinión, la principal
            prioridad de todo el que se sienta cubano (Aplausos y exclamaciones
            de: "¡No bloqueo, no bloqueo!"). 
            Al afirmar que el
            enfrentamiento a estas últimas decisiones debe ser hoy la principal
            prioridad de todo el que se sienta cubano, no ignoro, y, además,
            subrayo, que los que nos hemos reunido en esta sala no somos un
            bloque monolítico de creencias políticas, filosóficas ni credos
            religiosos. Comprendemos y respetamos el hecho de que en esta sala
            hay reunidos diversas ideas políticas sobre el presente y sobre el
            futuro de nuestro país, diferentes concepciones ideológicas,
            diferentes creencias religiosas, y por eso lo subrayo, para dejar
            claro que nosotros comprendemos bien lo que decimos cuando afirmamos
            que la prioridad hoy para todo el que se sienta cubano ha de ser el
            enfrentamiento a lo que constituye un nuevo obstáculo en el momento
            en que ustedes y nosotros hacemos esfuerzos mayores para que la
            relación y los intercambios con el país sean más amplios,
            diversos y normales (Aplausos). 
            Nosotros estamos
            conscientes de que no estamos hablando ni vamos a discutir en la
            tarde, cuando hagamos los debates, y mañana y pasado, con una
            representación de cientos de personas que comparten todas nuestras
            ideas. Nosotros sabemos bien de qué se trata esta reunión. Con
            todo respeto la hemos organizado, pero decimos con franqueza lo que
            creemos, y nos parece que esta conferencia que se convocó con mayor
            antelación, se da en un momento peculiar y único de la historia de
            nuestro país, y ocurre en una coyuntura marcada, y no podría ser
            ignorado, por el reciente anuncio del presidente Bush, en el que
            aprueba todas las medidas que le fueron presentadas en el llamado
            Informe para la transición a una Cuba libre, tema al que me voy a
            referir. (Del público le dicen: "Pero lo que Bush no sabe es
            que no lo va a lograr ni con esta ni con muchas otras medidas que
            tire.") (Aplausos.) 
            Sin embargo,
            precisamente ahora, cuando se incrementan las presiones y amenazas
            contra Cuba, son más fuertes nuestro optimismo y nuestra fe
            inquebrantable en que este pueblo noble y generoso no podrá ser
            doblegado (Aplausos). El pueblo que resistió estos últimos 14 años
            de enormes peligros y privaciones no se rendirá, menos ahora que ya
            sabe segura su victoria definitiva sobre el bloqueo y las agresiones
            (Aplausos). (Del público le dicen: "Porque Cuba no come
            miedo".) 
            Y lo debo decir, porque
            en esta sala también hoy están presentes los principales
            protagonistas, que son 11 millones de cubanos que han defendido a
            este país libre (Aplausos). Y hay que decirlo, hay que decirlo, hay
            más de 11 millones que no están, pero sí están, cuya confianza
            no puede ser traicionada; cuyas ilusiones de un país mejor para sus
            hijos que el que nosotros hemos tenido, no puede ser traicionada;
            cuya generosidad, su espíritu de amistad, de apertura hacia el
            mundo, su vocación universal de pueblo que entiende que Patria es
            humanidad, no puede ser traicionada. 
            Por tanto, cuando digo
            con todas sus letras que aun en este momento de más peligros es más
            fuerte nuestro optimismo y nuestra fe inquebrantable, lo digo porque
            sabemos lo que estamos diciendo, porque sabemos que tenemos al
            pueblo, sin cuyo apoyo la Revolución no hubiera podido resistir las
            enormes dificultades que se plantearon ante ella hace más de una década
            (Aplausos y exclamaciones de: "¡Viva el pueblo de
            Cuba!"). Un país cuya economía cayó entre 1989 y 1993, un
            35%; cuyas importaciones cayeron de 8 500 millones a 1 500 millones
            de dólares; que vivió con 18 horas diarias sin electricidad, cero
            transporte público, hambre, y en medio de esas privaciones tiene
            hoy —en que la situación es mejor, por supuesto— estudiando en
            sus universidades, gratuitamente, a 17 000 jóvenes pobres de 110 países
            (Aplausos). 
            Cuando celebramos la I
            Conferencia, 10 años atrás —lo recordarán bien algunos
            invitados que estuvieron también en aquel momento, algunos cuyas
            caras he visto aquí en el público, algunos a los que he
            saludado— se discutía si la nación cubana sería capaz de
            sobrevivir a semejantes obstáculos y peligros. Había quienes
            dudaban de si podríamos soportar aquellas enormes dificultades, que
            podían ser superadas solo mediante una obra ciclópea. Hoy, 10 años
            después, ya nadie, ni siquiera nuestros enemigos más encarnizados,
            dudan de nuestra capacidad de vencer las dificultades y salir
            adelante. Esa es, probablemente, la causa de su desesperación y de
            su odio creciente contra nuestro pueblo, comprenden que se les acaba
            el tiempo, que si no es ahora, no será nunca. Como yo estoy seguro
            de que no será nunca (Aplausos). 
            Cuba dará un salto
            gigantesco hacia el desarrollo económico y social el día en que la
            dejen en paz construir su futuro (Aplausos), ¡un salto gigantesco
            hacia el desarrollo económico y social! Lo logrará igual aunque
            arrecie el bloqueo. Lo logrará igual, se lo digo aquí hoy a nombre
            de la dirección de nuestro gobierno y de nuestro pueblo. Lo logrará
            igual aunque arrecie el bloqueo; pero, indudablemente, sin los
            costos que implica la guerra económica que hoy debe soportar,
            nuestro país avanzaría mucho más rápido. 
            Las cosas hay que
            decirlas como son, y nadie podría desconocer el hecho de que
            nuestro país ha tenido durante más de cuatro décadas que batallar
            en condiciones que ningún pueblo tuvo que soportar durante tanto
            tiempo. 
            Y ese día, cuando ya no
            exista el bloqueo, ni la hostilidad, que esperamos ver con ustedes,
            esperamos no estarnos refiriendo a una quimera, sino a algo que
            podremos ver, y, si son sueños, la vida lo dirá; ese día, cuando
            ya no exista el bloqueo ni la hostilidad, ni los planes de la
            llamada "transición" para Cuba diseñados en Washington,
            ni los designios para anexar a Cuba a los Estados Unidos, entonces,
            ese día, los cubanos podrán viajar entre ambos países legalmente
            sin ningún tipo de restricción, excepto el escaso número de
            personas que por bochornosas y lesivas conductas contra la Patria no
            sean dignas de tal prerrogativa (Aplausos); en ese momento,
            entonces, los que deseen jubilarse en Cuba y tengan medios para
            ello, lo harán (Aplausos). No sé por qué tanto entusiasmo, si a
            los que yo veo aquí les falta mucho (Risas). (Del público le dicen
            algo.) El alma y el deseo de trabajar por la Patria no se jubilan
            nunca (Risas y aplausos). 
            No será delito, según
            las leyes norteamericanas, invertir y comerciar con nuestro país;
            habrán sido derogadas la Ley Helms-Burton y la Ley Torricelli
            (Exclamaciones de: "¡Fuera!"); en ese momento no habrá
            Ley de Ajuste Cubano ni estímulo a la emigración ilegal; ni
            cubanos muriendo para servir de propaganda y de campañas contra
            Cuba a los intereses espurios de una minoría que lucra y se
            beneficia de la propaganda sobre el tema. No habrá tampoco robo de
            cerebros; no habrá grupos terroristas amenazando impunemente a
            nuestro país y a los que desean viajar a Cuba y dialogar con sus
            autoridades, que declaran en la televisión, en los canales en
            Miami, que se están entrenando y aparecen con armamento pesado y
            ropa de camuflage diciendo que se preparan para atacar a la población
            civil de nuestro país; no habrá más transmisiones ilegales contra
            Cuba, no habrá más estaciones de radio y televisión mancillando
            el nombre del Apóstol de nuestra independencia (Aplausos); no habrá
            más dinero del presupuesto norteamericano para financiar la
            subversión y las campañas de mentiras contra Cuba; no habrá más
            planes de agresión militar ni intentos de asesinar a nuestros
            dirigentes. Nuestros cinco jóvenes héroes, presos políticos en cárceles
            norteamericanas habrán regresado (Aplausos, y exclamaciones de:
            "Libertad para los cinco. ¡Libertad!"). Nuestros cinco jóvenes
            héroes, que todo el mundo sabe que fueron víctimas del odio, que
            no estaban espiando; que contribuyeron, a riesgo de sus vidas,
            sacrificando la de ellos y la de su familia, a abortar con su
            trabajo planes terroristas que se disponían a hacer estallar, en
            pleno vuelo, aviones de los que vuelan entre Miami y Cuba, entre
            EstadosUnidos y Cuba, o entre Centroamérica y LaHabana. Y aquí un
            día muchas de estas cosas deberán decirse con toda claridad. Y, ¿qué
            hizo el gobierno de EstadosUnidos con la información aportada por
            ellos, que les dimos? En vez de buscar a los terroristas, buscaron a
            los que daban la información. Habrán regresado a su Patria en ese
            momento, junto a sus familias y su pueblo. La nación cubana habrá
            alcanzado al fin, tras siglos de lucha y enormes sacrificios, su
            derecho a vivir con plena justicia y libertad (Aplausos). 
            Finalmente, y ante los
            peligros que hoy amenazan la existencia misma de la nación cubana,
            quiero recordar que el próximo 12 de junio —dentro de unos días—
            se cumplirán 103 años del momento en que por 16 votos a favor
            —de los que 4 dijeron que lo hacían contra su voluntad, forzados
            por las circunstancias—, 11 en contra y cuatro ausentes, la
            Convención Constituyente cubana fue obligada a aceptar la Enmienda
            Platt. Antes de ese 12 de junio, el 25 de julio de 1900, el
            gobernador militar norteamericano en Cuba había dictado la Orden
            Militar 301 que establecía: "Por tanto, se ordena que tenga
            lugar una elección general de la Isla de Cuba, el tercer sábado de
            septiembre de 1900, para elegir delegados a la ConvenciónÁ para
            redactar y adoptar una Constitución para el pueblo de Cuba, y como
            parte de ella proveer y acordar con el Gobierno de los Estados
            Unidos en lo que respecta a las relaciones que habrán de existir
            entre aquel Gobierno y el Gobierno de Cuba", decía la orden.
            El país estaba ocupado militarmente por las tropas de
            EstadosUnidos; se había ido, había evacuado el ejército español,
            ya Gómez había escrito en su diario, sin tener la cita textual a
            mano: "Tristes se han ido ellos, y tristes hemos quedado
            nosotros. Siempre pensé que cuando esta guerra terminara y llegara
            la paz con España, nos encontraríamos en un abrazo con los
            adversarios de la víspera; pero la irrupción de un poder
            extranjero ha hecho más triste la derrota de ellos y nos ha
            impedido a nosotros gozar la victoria." Ahí está en su diario
            para lección de las futuras y presentes generaciones de cubanos.
            Según las regulaciones impuestas por el ejército de ocupación
            norteamericano en aquel momento solo 150 648 habitantes, el 7% de la
            población cubana de la época, que era poco mayor de un millón y
            medio de habitantes, tenían derecho a voto. De aquel más de un
            millón y medio fueron habilitados para votar poco más de 150 000.
            Así se organizaron, bajo el tutelaje rapaz del imperio, aquellas
            llamadas "elecciones". 
            Recordemos, ahora que
            nos aprestamos a discutir con amplitud, respeto y transparencia
            acerca de nuestra Cuba libre, el texto de la Enmienda Platt —son
            apenas siete artículos que me pareció correcto evocar en esta mañana
            singular para todos nosotros—: 
            Artículo 1
            —decía aquel texto que terminó formando parte, como un apéndice,
            de nuestra Constitución, y que solo fue sacado de ella más de tres
            décadas después, cuando ya no era necesario para ejercer el
            dominio total y el protectorado sobre Cuba—: El Gobierno de
            Cuba nunca celebrará con ningún poder o poderes extranjeros ningún
            tratado u otro pacto que menoscabe o tienda a menoscabar la
            independencia de Cuba —así se le llamaba a la relación
            privilegiada—, ni en manera alguna autorice a ningún poder o
            poderes extranjeros a obtener por colonización o para propósitos
            militares o navales o de otra manera asiento en o jurisdicción
            sobre ninguna porción de dicha Isla. Veo a la doctora Olga
            Miranda siguiendo con atención el tema, que le dolió siempre como
            le duele hoy, y escribió mucho sobre eso. A partir de ese momento,
            Cuba tenía que recibir el beneplácito del Gobierno de Estados
            Unidos para celebrar un tratado o pacto con otro país. Los papeles
            históricos guardan las quejas británicas, porque el gobierno de
            Cuba no era autorizado a establecer un tratado de comercio con Gran
            Bretaña, porque el gobierno de EstadosUnidos se oponía. Así había
            terminado aquella gesta, en la que Mariana Grajales había perdido a
            casi todos los hijos y a su segundo esposo. Así terminaba la gesta
            en la que Martí había entregado su vida generosa. 
            Artículo 2: Dicho
            Gobierno —el de Cuba— no decidirá o contraerá ninguna
            deuda pública para el pago de cuyos intereses y su amortización
            definitiva, después de cubiertos los gastos corrientes del
            Gobierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios. A partir
            de ese momento, Cuba tendría que consultar con el Gobierno de
            Estados Unidos los niveles de endeudamiento a los que podría
            llegar. Esa era la nación independiente que un día como ayer, 20
            de mayo, surgió en nuestra tierra querida. Me imagino que el
            presidente Bush, en materia de déficit fiscal, no se lance a darle
            consejos a Cuba, porque en este momento tiene un déficit de más de
            500000 millones de dólares, y es el más negativo ejemplo de
            administración fiscal que existe sobre la faz de la Tierra. 
            Artículo 3: El
            Gobierno de Cuba consiente —subrayo eso: da su aprobación— a
            que los Estados Unidos pueden ejercer el derecho de intervención
            —que ejercieron más de una vez— para la preservación de la
            independencia y el sostenimiento de un gobierno adecuado a la
            protección de la vida, la propiedad y la libertad individual, y el
            cumplimiento de las obligaciones con respecto a Cuba, impuestas a
            los Estados Unidos por el Tratado de París y que deben ahora ser
            asumidas por el Gobierno de Cuba. A esta frase ignominiosa
            quedaba reducida la promesa de un país independiente por la que habían
            caído cientos de miles de cubanos —a eso había quedado en la
            Constitución—: "El Gobierno de Cuba consiente que los
            Estados Unidos pueden ejercer el derecho de intervenciónÁ"
            Creo que vale la pena recordarlo, porque tiene que ver con el drama
            y los retos de la nación cubana. 
            Artículo 4: Todos
            los actos realizados por los Estados Unidos durante su ocupación
            militar serán ratificados y tenidos por válidos, todo lo que
            haya ocurrido en el gobierno militar será aceptado y tenido por válido,
            y todos los derechos adquiridos a virtud de aquellos, serán
            mantenidos y protegidos. De esta manera se impedía la revisión
            —por el nuevo gobierno— de las fraudulentas operaciones,
            mediante las cuales los voraces capitales norteamericanos se habían
            apropiado de las mejores tierras y recursos de la joven nación. Se
            imponía aceptar en la Constitución que no sería revisado cómo
            las compañías norteamericanas se apropiaron de más de un millón
            de hectáreas en Holguín, Las Tunas, el norte de Oriente; cómo
            pasaron a ser propiedad de compañías norteamericanas, los
            recursos, las minas, los servicios. Se aceptaba en la Constitución
            que no sería revisada ninguna de esas transacciones. Así surgió
            la joven república, maniatada. 
            Artículo 5: El
            Gobierno de Cuba ejecutará y hasta donde sea necesario ampliará
            los planes y proyectos u otros que ulteriormente se convengan para
            el ulterior saneamiento de las poblaciones de la Isla, con el fin de
            evitar la recurrencia de enfermedades epidémicas e infecciosas,
            protegiendo así al pueblo y al comercio de Cuba, lo mismo que al
            comercio y al pueblo de los puertos del Sur de los Estados Unidos.
            Hipocresía y demagogia para ocultar lo evidente: Estados Unidos
            imponía a Cuba la condición de protectorado, sin independencia ni
            atribuciones. Nos recuerda la promesa en el nuevo plan de anexión
            de Cuba aprobado por el Presidente Bush —nos recuerda esto, porque
            el plan dice que en una Cuba que haya logrado la transición bajo
            tutelaje norteamericano, ellos van a, cito: "vacunar a todos
            los niños menores de 5 años de edad que no hayan sido
            vacunados" (Risas). Esa es una de las medidas propuestas por el
            señor Otto Reich y el señor Roger Noriega, en un país que vacuna
            a todos los niños, gratuitamente, contra 13 enfermedades, a lo
            largo de su vida (Aplausos). 
            Artículo 6: La Isla
            de Pinos queda omitida de los límites de Cuba propuestos por la
            Constitución, dejándose para un futuro tratado la fijación de su
            pertenencia. Descarada imposición que no ocultaba el plan de
            apoderarse de la Isla de Pinos. Como no lo lograron en este primer
            intento, dejaban el tema pendiente para lograrlo en un momento más
            favorable. No aceptaban la idea de que Cuba era un archipiélago, le
            llamaban a esto las islas de las Indias Occidentales, trataban a la
            Isla de Pinos como otro país; porque el plan era apropiarse, pero
            como no pudieron... Juan Gualberto Gómez se sentiría orgulloso de
            lo que los descendientes de aquellos cubanos hicieron, que se opuso
            de manera vertical, lo denunció. Querían apropiarse de la isla;
            como no lo lograron, impusieron en la Constitución que la isla
            quedaba omitida para discutirla en el futuro. 
            Artículo 7: Para
            poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la
            independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como
            para su propia defensa —la de Estados Unidos, el
            Gobierno de Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las
            tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos
            puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los
            Estados Unidos. De ahí nació la imposición de la Base Naval
            de Guantánamo, convertida hoy en un horrendo campo de concentración
            que lesiona la credibilidad y la autoridad moral del Gobierno de los
            Estados Unidos ante el mundo. La Base Naval de Guantánamo es la única,
            fíjense bien, instalación militar en el mundo que se mantiene en
            contra de la voluntad del país donde está enclavada. El Gobierno
            de Estados Unidos nos envía todavía hoy el cheque por 4 085 dólares
            anuales (Risas) —que por supuesto no cobramos— por la renta de
            los 117 kilómetros cuadrados que nos usurpa en una de las mejores
            bahías del país. Pero no renunciamos a que un día ese territorio
            ilegalmente ocupado sea devuelto a nuestra Patria (Aplausos). 
            Debemos recordar estas
            verdades que están presentes hoy, más que nunca, en el presente y
            en el futuro de la Patria y de esta conferencia. 
            Esta es la encrucijada
            que se levanta hoy ante la Nación Cubana: O el retorno a la República
            corrupta de la Enmienda Platt que nos ofrecen nuevamente la Ley
            Helms-Burton y la famosa Comisión para la Ayuda a una Cuba Libre
            del Presidente Bush, en la que 4 ó 5 millonarios ultraconservadores
            de Miami se disputen el "placer" de servir como presidente
            de turno al amo imperial, o la República viril, libre e
            independiente, "con todos y para el bien de todos", soñada
            por José Martí, que nuestro pueblo ha construido y está dispuesto
            a defender. Esa es hoy, en nuestra opinión, la encrucijada
            (Aplausos): O la de la Enmienda Platt, la Ley Helms-Burton y la
            Comisión para la Transición del Presidente Bush, o la otra: la de
            Martí con todos y para el bien de todos. Esa es la disyuntiva
            (Aplausos). 
            Entendemos que el
            derecho a llamarse cubano depende, más allá del lugar donde se
            viva, de la respuesta que se dé a esa pregunta y de la disposición
            a defender con la vida la independencia de nuestro país (Aplausos).
            Ese es el marco en que se da esta conferencia, es tan amplio como
            eso y tiene limitaciones tan claras como aquellas. 
            Bienvenidos a la
            Conferencia. Esperamos que estos 3 días de debate franco y abierto
            resulten de interés para la Patria. 
            Muchas gracias
            (Aplausos).
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