ELECCIONES EN CUBA: EL PODER DEL PUEBLO

31 de enero de 2005

Califica prensa británica de ilegítimas las elecciones en Iraq

LONDRES, 31 de enero (PL).— Las elecciones parlamentarias en Iraq carecen de toda legitimidad y de ninguna forma resolverán la insurrección rampante como resultado de la ocupación anglo-estadounidense, comenta hoy el diario The Guardian.

El presidente norteamericano, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, habrían tenido una reacción muy diferente a la euforia y los elogios dedicados a esos comicios, si estos se hubieran realizado en otro país, afirma el rotativo.

Bush y Blair serían los primeros en denunciar esa contienda electoral, la cual ni siquiera se acercó a los parámetros exigidos por esos mismos gobiernos en otras latitudes del planeta, asegura.

Las draconianas medidas de seguridad desplegadas para asegurar la votación convirtieron a las ciudades en zonas fantasmas y la boleta era tan complicada que hasta el líder kurdo iraquí, Jalal Talaban, debió recibir una explicación antes de ejercer el voto.

Además, la mayoría de los candidatos evitaron mostrar sus rostros en público o establecer algún vínculo entre sus nombres y las personas que aparecieron por televisión, agrega ese periódico.

Los millones de iraquíes, el equipo de la ONU y la comisión electoral que se atrevieron a acudir a los colegios, pese a la violencia imperante, lo hicieron en vano, pues de todas formas esos comicios son ilegítimos, considera The Guardian.

El ejercicio del voto de ninguna forma podrá poner fin a la espiral de violencia y la resistencia en la nación del Golfo Pérsico, surgida tras la unilateral agresión de Estados Unidos y Gran Bretaña, en marzo del 2003, apunta.

Las elecciones fueron diseñadas para marginar a la minoritaria comunidad sunita iraquí y garantizar que los grupos afines a Washington permitan que continúe la ocupación, afirma esa publicación británica.

Además, el hecho de que se registró una asistencia relativamente alta a las urnas no quita para nada el carácter ilegal de esa justa electoral, organizada por las fuerzas foráneas, añade.

El diario recuerda que en los primeros momentos de la ocupación la administración Bush reconoció que un Iraq democrático estaba fuera de su principal objetivo: controlar sus reservas petroleras y consolidar la presencia militar norteamericana en la zona.

Pero aún cuando la Casa Blanca declaró que pretendía "democratizar" al estado árabe, siempre trabajó para que el proceso le permitiera poner en puestos claves a personas escogidas por ellos, destaca.

El diseño estadounidense incluye la selección de un legislativo provisional de 275 diputados, quienes se encargarían de formar un gabinete nacional, aunque fuera de él quedaría todo vestigio del derrocado gobierno del presidente iraquí, Saddam Hussein.

   

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