9 de mayo de 2005
Elisa, la nueva delegada
ENRIQUE ATIÉNZAR
RIVERO
CAMAGÜEY.—
Elisa Jorge González es una mujer de mucho temperamento que asume
los problemas con energía. Para ella no hay nada imposible de
resolver, sobre todo, si se hace con buen carácter y tino.
Con esos atributos, la
nueva delegada de la circunscripción 75 piensa asumir las funciones
de gobierno en su demarcación del reparto La Guernica, y aunque no
tiene una idea exacta de la magnitud del trabajo, afirma que tiene
mucho interés porque conoce bien su comunidad.
El hecho de
desempeñarse durante 15 años como Secretaria General del Bloque de
la FMC del área de residencia y enfrentar otras tareas en el barrio
y fuera de él, le han allanado el camino para ejercer la
responsabilidad confiada por los vecinos en las elecciones del
pasado 17 de abril. Allí no hubo que ir a segunda vuelta, de los 1
309 votantes, un total de 825 la seleccionaron a ella.
"Cuando
la Federación llega bien a las mujeres, las puertas de esos hogares
se abren, conoces a las familias, a las personas de la tercera edad,
que aquí abundan, y a los niños y jóvenes, con quienes
desarrollamos un bonito proyecto cultural. Tenemos muchas ideas de
lo que queremos hacer."
Para Elisa el programa
de capacitación que tendrán los delegados próximamente resultará
muy útil: "Me van a preparar para desempeñarme bien y representar
a los electores con el apoyo de la FMC y los CDR, organizaciones que
serán mi mano derecha."
Los vecinos, cuando la
ven que se cubre la cabeza con su sombrero, saben que Elisa va a
recorrer el barrio o a resolver un problema. En estos días no han
faltado algunos que le han preguntado: ¿Cuándo vamos a empezar a
hacer cosas nuevas?
Los integrantes de la
comunidad, al parecer, venían pensando en ella, desde hace
determinado tiempo, pues a falta de la delegada anterior que pasó a
residir en la capital, confiaron a Elisa encauzar los problemas
relacionados con la escasez de agua. Aunque la llegada de la pipa
sea de madrugada, se le ha visto diligente, priorizando a los
impedidos físicos y cooperando con el puesto de mando de la
sequía.
Por problemas de salud
con su mamá, se vio obligada a dejar de trabajar. La nueva
responsabilidad la sorprende en esta circunstancia, pero es diáfana
en la respuesta cuando se le pregunta qué puede limitarla en sus
funciones como delegada. "Yo acepté tal responsabilidad y tengo que
cumplirla como sea; tengo que buscar soluciones a los problemas, que
siempre vamos a tener, y lo importante es dar respuesta a la
población".
Los planes que tiene
Elisa son muchos: buscar la cooperación de los vecinos, pues la
delegada sola no puede hacer nada; crear comisiones y que todo el
mundo opine y participe con el propósito de llevar a la
circunscripción a un lugar destacado.
Sin asumir aún
oficialmente sus responsabilidades, Elisa conoce la necesidad de
profundizar en la atención a las personas de la tercera edad,
brindarles comprensión y amor; de resolver los problemas con el
tendido eléctrico, valorar la posibilidad de concluir los trabajos
de las calles que faltan por asfaltar y ocuparse de la distribución
de agua en carros cisterna, asuntos más planteados en la comunidad.
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