17 de abril de 2005
Por muchas razones
Ramón
Barreras Ferrán
CIENFUEGOS.— La
advertencia de los padres tuvo oídos receptivos la noche sabatina:
"No vengas tarde, mañana hay que votar temprano". De los
primeros que llegó al Colegio número 2 de la circunscripción 8,
de este municipio, estuvo él. Era la primera vez que tenía una
boleta en sus manos y podía ejercer el derecho al voto. Acaba de
cumplir los 16 años de edad.
Siguiendo
el consejo de sus padres, Frank regresó temprano de su paseo
sabatino para ser de los primeros en votar este domingo.
"Ahora me siento
una persona mayor", me dijo antes de llegar a la Mesa
Electoral. Pienso que además de elegir al mejor y más capaz para
que integre la Asamblea Municipal del Poder Popular y represente a
los electores, ése voto tiene para él otros matices, pues es
también el apoyo incondicional a un proceso revolucionario que le
permitió cursar las enseñanzas primaria y secundaria y poder
estudiar hoy Informática en un instituto politécnico.
Tiene también un
significado de agradecimiento al Estado cubano que permitió
atenderlo adecuadamente tantas veces por diferentes dolencias cuando
era pequeño, sin que sus padres tuvieran que pagar ni un centavo
por consultas y tratamientos costosos. Es además un voto por tener
la posibilidad de formar parte de una generación que puede tener
una vida digna, sin que primen, como en otras muchas tierras del
mundo, la violencia que enturbia las calles y ciudades y hace la
vida insoportable.
Al aula asiste sin que
haya que pagar matrículas, libretas, libros y lápices y sus padres
no sienten la presión que significa saber que en cualquier momento
se quedan sin trabajo y sin respaldo monetario para cubrir las
necesidades esenciales de la familia. A su abuela acaban de
incrementyarle la jubilación y en la cocina de su casa ya está
Liya, la nueva olla arrocera eléctrica, y pronto ocuparán sitio
otros medios que facilitarán la vida hogareña.
Por todo eso Frank fue
tan contento a votar ayer por la mañana, y yo, su padre, me sentí
tan orgulloso.
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