ELECCIONES EN CUBA: EL PODER DEL PUEBLO

9 de febrero de 2005

Registro electoral

Máxima transparencia

MARÍA JULIA MAYORAL

Sin cobrar un centavo por la encomienda, más de 78 500 cubanos continúan la actualización de los Registros Primarios de Electores, que recibirán esmerada publicidad a partir del martes 15 de febrero en cada una de las circunscripciones del país.

Hasta el 17 de marzo estarán expuestas las listas en lugares de elevada concurrencia como bodegas, tiendas, supermercados, consultorios médicos. Será la antesala de las reuniones de barrio que permitirán a los electores postular a quienes consideren en su demarcación con mejores aptitudes para desempeñarse como delegados o delegadas del Poder Popular.

Confeccionados de manera automática —sin necesidad de trámites por parte de los votantes—, y con carácter universal, los registros recibirán la máxima divulgación para que cada cual pueda darse cuenta de si aparece o no, y solicitar, dado el caso, la subsanación de errores.

Pero la exposición de esos datos tendrá otra consecuencia directa: todos sabrán quiénes son los posibles electores en el lugar donde viven; nadie podrá coartar derechos, ni manipular la información.

La falta de transparencia en los registros electorales ha sido y sigue siendo base de cultivo para el fraude en no pocas partes del mundo. Noticias sobre el tema abundan.

Al fallecido escritor y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, Enrique Núñez Rodríguez, debemos múltiples testimonios sobre los "teje y manejes" de los comicios celebrados en Cuba antes del triunfo de la Revolución, cuando la sátira popular sentenciaba que aquí "votaban hasta Cristóbal Colón y Pánfilo de Narváez".

Núñez Rodríguez fue enumerador del censo electoral previo a las elecciones para la Asamblea Constituyente de 1940 y fungió como inspector electoral en aquella época. Entre las cosas "insólitas" que rechazó entonces estuvo "la cédula de un manco de las dos manos en la que aparecían sus huellas digitales".

Ninguno de los millones de cubanos que dentro de poco aparecerán en los registros primarios, estará obligado a acudir a las urnas. La Ley deja la decisión a la libre voluntad de cada cual. La amplitud del cuerpo electoral, el empeño por que nadie con derecho sea ignorado o excluido, y el carácter no obligatorio del sufragio, aseguran importantes pilares para que nuevamente la postulación y posterior elección de los delegados municipales del Poder Popular, ilustren la voluntad de un pueblo con el poder político en sus manos.

   

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