Voto unido
Esto es lo que le conviene a la Patria
Hay que tener mucha
paciencia para discutir, pero hay que discutir; mucha paciencia para
tratar de persuadir; pero hay que tratar de persuadir
Fragmentos del
discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz,
Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el encuentro
con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional y delegados a
la Asamblea Provincial de Ciudad de La Habana, efectuado en el
teatro Lázaro Peña, de la CTC. Ciudad de La Habana, 6 de febrero de
1993, Año 35 de la Revolución
Por eso es tan importante enseñar a votar, y no solo
enseñar a votar, sino persuadir a los electores de que lo que
conviene al país es el voto unido de los revolucionarios y de los
patriotas y no el voto dividido, no el voto disperso. Hay que
persuadir a los ciudadanos de que el voto disperso perjudica al
proceso, que el voto dividido y disperso no es lo que le conviene al
país, no es lo que le conviene a la patria, no es lo que le conviene
a la Revolución; que el país debe hacer suyos esos candidatos que
han sido escogidos con tantos escrúpulos, con tanta honradez, con
tanto cuidado, que han sido seleccionados en virtud de principios y
no en virtud de influencias, en un proceso donde se han cumplido, al
pie de la letra, todos los requisitos establecidos. Eso es lo que
constituiría un verdadero triunfo de nuestra concepción electoral y
democrática, lujo que puede darse nuestro país y que muy pocos
países del mundo pudieran darse.
Por eso estas dos cosas: enseñar a votar y defender
el voto unido, y defenderlo con principios y decirle a cada
ciudadano: Esto es lo que le conviene al país, esto es lo que le
conviene a la Revolución, esto es lo que le conviene a la patria,
usted es libre de hacer lo que estime conveniente. Respetamos su
derecho: si quiere votar por uno, vota por uno; si quiere votar por
dos, vota por dos; si por tres, hágalo por tres; si no desea votar
por ninguno, no vote por ninguno; es decir, respetamos su derecho,
pero lo que conviene al país es esto, lo que conviene a la patria es
esto, lo que conviene a la Revolución es esto. Y, desde luego,
apelar al espíritu de unión, al espíritu de solidaridad, al espíritu
revolucionario, al espíritu patriótico de nuestros ciudadanos.
No estoy mencionando aquí la actitud que vayan a
adoptar los que están en contra de la Revolución, los que quieren
que Cuba se convierta en un Miami, los que quieren que Cuba se
convierta en una colonia yanki, los que quieren que la Revolución
sea destruida, los que quieren que la Revolución no resista o no
pueda resistir. Esa es otra actitud, ya me imagino lo que harán: o
no votarán, o anularán las boletas, o se pondrán a inventar cosas
que de alguna manera perjudiquen. Desde luego, es claro que no
votarán por los cuadros más destacados de la Revolución, no votarán
por los cuadros de más historia, eso es seguro, pero no es lo que
nos preocupa, porque los más conocidos tienen más posibilidades de
salir electos, puesto que sabemos cómo piensa nuestro pueblo, cómo
siente nuestro pueblo. Confiamos en el espíritu patriótico y
revolucionario de nuestro pueblo, y en que actuará a la altura de
las circunstancias en este combate, en esta batalla, que es una
batalla importante del periodo especial. Tenemos por delante todo el
periodo especial, y nos conviene un país unido, nos conviene un país
fuerte, nos conviene un proceso sólido que inspire respeto a los
enemigos de la patria, que inspire respeto a los enemigos de la
Revolución, que vean al pueblo unido, que vean al pueblo decidido
(APLAUSOS).
Decía que, desde luego, hay que distinguir entre
aquel que es un recalcitrante contrarrevolucionario y el que pueda
estar equivocado, el que pueda estar confundido. Al que pueda estar
confundido hay que esclarecerlo, al que pueda estar equivocado hay
que hacerlo salir de su equivocación.
Hay que captar, hay que ganar, no se puede renunciar
a ganar la buena voluntad de un solo ciudadano; por lo tanto, habría
que hacer tres cosas: primero, hay que persuadir para que voten,
librar la batalla porque se vote; segundo, hay que enseñar a votar;
tercero, hay que exhortar a votar unidos y no dispersar ni dividir
el voto.
Hay que conquistar a todo el que pueda ser
conquistado, hay que ganar para el apoyo a la candidatura del pueblo
a todo el que pueda ser ganado, a todo el que pueda ser conquistado.
Esa es una de las tareas políticas importantísimas que debemos
hacer, no vamos a dejar al enemigo a aquel que esté confundido para
que se confunda más. Hay que hacer acopio de paciencia, de
inteligencia, utilizar los infinitos argumentos que tiene la
Revolución; sobre todo, hay que hacerles ver lo que se está jugando
en este periodo especial, que es la Revolución, que es el
socialismo, que es la patria, que es la existencia de la nación, por
la cual han luchado generaciones enteras durante más de 100 años;
que lo que se está jugando es muy sagrado, demasiado sagrado para
que se pueda actuar irreflexiblemente, para que se pueda actuar
irresponsablemente.
El que no pueda ser convencido que no se
convenza, pero que no deje de ser convencido por falta de nuestro
esfuerzo para convencerlo. No importe cómo piense, tenemos un
trabajo político importante que realizar con todos los ciudadanos.
Esa es una tarea más, podríamos decir, de la Revolución, derivada de
este proceso de perfeccionamiento de nuestro sistema electoral.
Comprendo que hay que tener mucha paciencia para
discutir, pero hay que discutir; mucha paciencia para tratar de
persuadir, pero hay que tratar de persuadir. No podemos dejar que
sea el enemigo el que realice el trabajo. Ahora, ¿quiénes deben
realizar este trabajo? El trabajo lo tiene que realizar todo el
pueblo, ¡todo el pueblo! (APLAUSOS) |