(16 de diciembre de 2004)
Huracán de fuego en
mar de pueblo
Texto
y foto: Diego Rodríguez Molina
NUEVA
GERONA.— Si en tierra el enemigo encontrará un avispero
irresistible, en el mar, el litoral y la cayería tendrá un huracán
de fuego, ingenio y coraje con fuerza máxima de pueblo.
Así lo demostraron este
miércoles en el archipiélago de los Canarreos, donde junto a la
Marina de Guerra Revolucionaria actuaron fuerzas y medios de las
Milicias de Tropas Territoriales y Formaciones Especiales Navales de
pescadores y portuarios, entre otras estructuras, durante las
maniobras del Ejercicio Estratégico Bastión 2004 y que en la Isla
de la Juventud tiene exitosa ofensiva y seguro escudo.
Los
pescadores pineros se adiestran en el enmascaramiento
de sus embarcaciones.
"Los hombres y
mujeres de la Marina somos de Patria o Muerte, como nos bautizara el
Comandante en Jefe, Fidel, —subraya el teniente de navío Iván
Calzadilla Rodríguez—, por eso a los torpedos los cubanos les
ponemos firmeza, inteligencia y alta preparación, con lo cual
hacemos aún más poderosas las armas que empuñamos."
Diferentes misiones
continúan cumpliendo las fuerzas populares junto a las tropas
regulares para elevar los niveles de preparación del armamento
naval y su desconcentración, así como incrementar la disposición
y capacidad combativas, al tiempo que dedican especial atención a
la creación de condiciones para la preservación de las
embarcaciones y otros medios destinados a desempeñar importantes
tareas en una Guerra de Todo el Pueblo, que tampoco dará tregua al
invasor que viole la frontera marítima.
Mientras, tierra adentro
prosigue fundiéndose el rigor, la creatividad, el realismo, la
previsión y la más estrecha cooperación, en un incesante quehacer
donde los órganos de mando y unidades se preparan para las más
adversas condiciones y aseguran desde tiempo de paz la victoria.
Hasta en los mínimos
detalles perfeccionan los pineros el sistema de protección de la
población, las armas y demás recursos, el dominio y
acondicionamiento del teatro de operaciones militares y el
conocimiento de las partes vulnerables del agresor.
Igualmente profundizan
las tácticas para no darle un minuto de tregua al invasor. En zonas
de defensa los combatientes organizan acciones, enmascaran medios
propios y colocan disímiles obstáculos para impedir el avance
enemigo.
Asimismo combinan armas
y defienden cuadra a cuadra áreas urbanas y cada palmo rural, al
tiempo que los órganos de mando y de dirección ejercitan y deciden
disímiles variantes ante constantes dinámicas en cada fase.
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