(15 de diciembre de 2004)
Acondicionamiento sin tregua
MARÍA JULIA MAYORAL
Aliado
natural de quienes se entrenan para la guerra popular prolongada
hasta derrotar al invasor, el territorio de Cuba ha sido, es y será
un elemento clave en la defensa del país.
No en balde tropas regulares de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y trabajadores de diversas
empresas civiles agrupados en Formaciones Especiales y otras
estructuras asumen desde tiempo de paz el acondicionamiento del
teatro operativo del territorio nacional, incluido el de operaciones
militares.
Obras ingenieras de alta protección
y túneles populares, para asegurar la vitalidad de la población,
los órganos de dirección y de mando, las tropas, la técnica, el
armamento, y las reservas militares y estatales no dejan de
construirse, haciendo en cada momento lo más conveniente y con
racionalidad económica.
En sitios intrincados y en áreas
urbanas, ahora los combatientes prueban su capacidad como parte de
agrupaciones ingenieras, participantes en el Ejercicio
Estratégico Bastión 2004. Ellos contribuyen a que ningún
rincón del país quede desguarnecido, en una defensa que se librará
en cada palmo de suelo, sin frente ni retaguardia, pues el enemigo
encontrará resistencia tenaz en todas partes.
El capitán Carlos de la Garma junto
a los miembros de su unidad forman parte de esas fuerzas ingenieras.
Ellos prepararon ayer escondrijos para tropas especiales, mientras
que en otro escenario no distante, operadores de buldóceres y
camiones levantaban posiciones cubiertas de fuego para la artillería,
capaces de garantizar la protección de las piezas y los hombres, y
su rápido movimiento.
Para el joven oficial la tarea
resulta vital, pues "es una de las tantas formas que tenemos de
crear condiciones para hacerle el mayor número de bajas al enemigo
que logre pisar suelo cubano".
Demis López, Raudel Chang, Rafael
González y Ángel Luis Cordobí integran el grupo bajo las órdenes
de Garma. Según explican, aunque llevan poco tiempo en las FAR, ya
recibieron entrenamiento como zapadores, y en el propio quehacer
diario han aprendido de las exigencias técnicas de los túneles.
Varios planean seguir trabajando
cuando culminen su servicio en las FAR y otros continuar estudios.
"Lo que estamos haciendo aquí, afirma Demis, es muy importante
porque vamos a salvar muchas vidas en la guerra; pienso que mi mamá,
mi familia, estarían muy seguras en uno de los túneles en los que
he trabajado".
Con frecuencia se afirma que en caso
de agresión militar cada patriota cubano tendrá un medio, un lugar
y una forma de combatir al enemigo; en el contingente de la
construcción Raúl Roa esa concepción tiene sólidas bases.
Experimentados en ejecutar movimientos de tierra, viales y redes técnicas,
sus trabajadores cuentan con las máquinas y equipos de transporte
para cumplir misiones ingenieras antes, durante y después de una
posible agresión armada al país.
Jorge Peña, jefe del contingente,
indica que en el Bastión 2004 deberán demostrar no solo la
preparación para cumplir tareas de la lucha armada, también es
evaluada su capacidad para pasar la actividad económica a las
condiciones de tiempo de guerra y organizar la protección de las
instalaciones a su cargo.
Una de las armas que tiene Cuba
frente al poderío tecnológico del enemigo es la utilización
inteligente y creativa de las condiciones de su territorio, cuyo
acondicionamiento, como se constata ahora, no tiene momentos de
tregua.
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