(15 de diciembre de 2004)
En plena disposición y cohesión
combativas
REYNOLD RASSÍ
Los equipos BRDM realizan la
exploración indicada. Minutos después, las BMP-1 se desplazan
dejando en su camino a la infantería. Seguidamente irrumpe en el
terreno, a toda velocidad, un obús de 122 milímetros
autopropulsado, el cual junto a otra arma igual pero fija, abre
fuego contra supuestas tropas que han desembarcado.
Equipos
de combate se desplazan por el terreno.
Desde lejos se divisa una gran
polvareda que dejan a su paso los tanques, los cuales toman posición,
y lanzan su mortífera carga hacia posiciones ocupadas, en apoyo a
la artillería con vistas al desgaste de las fuerzas enemigas. A
baja altura, helicópteros de la Fuerza Aérea realizan fuego para
permitir el avance de la infantería y otros medios.
Las acciones transcurren en el polígono
integral de combate de una Unidad de Tanques y forman parte del
incremento de la disposición y cohesión combativas de las unidades
regulares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y las Milicias de
Tropas Territoriales.
"Este ejercicio, efectuado como
parte de Bastión
2004, demuestra la preparación alcanzada por todas las
armas y aseguramientos combativos de esta brigada, a la hora de
enfrentar cualquier acción del enemigo que ose invadir nuestro
territorio", explica el jefe de la Unidad de Tanques.
Un
grupo de milicianos abandona una cueva natural que le sirvió de
refugio, y continúa la marcha.
Agrega que el ejercicio tuvo su nivel
de complejidad por las distintas fuerzas que actuaron, y valora de
muy positivas las acciones realizadas, y el alto nivel alcanzado por
las tropas y el personal en el terreno.
Del obús de 122 mm autopropulsado
bajó un joven artillero. Es Yankiel Rodríguez, jefe de dotación
de esa arma, quien cumple en dicha unidad su Servicio Militar
General.
Como parte del Bastión, los puestos
de dirección de las FAR a todos los niveles controlan el
cumplimiento de los planes previstos, y transmiten a los órganos de
mando y unidades subordinadas las decisiones que adoptan los
respectivos jefes. También comunican a las unidades y entidades
económicas del territorio en cuestión, las indicaciones impartidas
por los correspondientes Consejos de Defensa.
CON LAS MILICIAS DE TROPAS
TERRITORIALES
Son las 21:00 horas cuando dan la
orden de iniciar la marcha de unos ocho kilómetros. En medio de la
oscuridad, en un terreno irregular y lleno de maleza y árboles,
avanza la tropa de una pequeña unidad del Oeste de la Ciudad de La
Habana. Su objetivo es abandonar por la noche la región de
movilización, y en la mañana ocupar otra para la concentración, y
posterior pase a la cohesión combativa.
"Los grupos de aseguramiento
para la marcha fueron garantizados: los de exploración,
comunicaciones, seguridad, alimentación, servicios médicos y
otros. Avanzamos a intervalos, y con el enmascaramiento necesario
para que al enemigo le sea difícil detectarnos. El personal está
preparado para esta caminata, y tiene una alta disposición, y moral
combativas", explica el mayor Jorge Luis Perelló Cabrera, jefe
de la pequeña unidad.
Durante la marcha del pelotón de
exploración, los zapadores detectan minas del enemigo, y sitúan la
correspondiente señalización para que la tropa avance con la máxima
seguridad. Una escuadra sale del interior de una cueva natural que
le sirve de refugio, y camina en busca de nuevas posiciones. Por
otra parte, un pelotón de infantería defiende un punto de
resistencia ante una posible acción del enemigo, mientras el resto
de la tropa continúa el desplazamiento. En horas de la mañana
ocupan la nueva región de concentración e inician la cohesión
combativa.
"Este ejercicio de cohesión nos
permitirá elevar los conocimientos adquiridos y los que nos hacen
falta para desarrollar las diferentes tácticas combativas",
manifiesta el miliciano José A. Puente, actual secretario general
del Buró Sindical de la Textilera de Ariguanabo. Así se preparan
nuestras fuerzas.
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