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Argentina :
Debemos reconocernos como iguales
 La
presidenta de Argentina, Cristina Fernández, comenzó su intervención
significando la trascendencia de que los mandatarios de la región
estén reunidos en La Habana.
"He participado en todas las reuniones regionales
que se realizaron a partir del 25 de mayo del 2003, hace más de una
década. En ese momento apenas empezaban a reunirse tímidamente los
distintos países de la América del Sur. La única organización
constituida era el MERCOSUR y el Grupo de Río. Hoy, a 11 años,
estamos reunidos aquí todos los Jefes de Estado y de Gobierno que
representan por voluntad popular, democrática, a todos los pueblos
de América Latina y el Caribe".
"No estamos en cualquier lugar de la región, y no
lo digo por quedar bien con los anfitriones. Estamos en La Habana",
dijo.
"Hace diez años era impensable que toda la
región, más allá de sus diferencias, se reuniera aquí en un proceso
de integración sin precedentes. Aquí estamos todos compartiendo y
reflexionando sobre un proceso de integración que más tarde o más
temprano, con más o menos dificultades, deberá necesariamente darse,
porque el mundo está marchando claramente a la conformación de
bloques", dijo Fernández.
"El siglo XXI se caracterizará por la
conformación de bloques, y nuestra región es particularmente
favorecida. Contamos con recursos naturales sin precedentes,
capacidad en producción de materia alimentaria, y sin embargo junto
a todo esto, subyace el problema de la desigualdad, de la
injusticia, la brecha entre los que tienen más y menos. Y es nuestro
continente el más desigual", subrayó la Jefa de Estado.
Para la mandataria argentina, el primer desafío
de la CELAC es construir una agenda que deje de lado la burocracia y
no nos convierta en un organismo multilateral con declaraciones que
nunca se cumplen. La primera cuestión para que esto sea posible
—dijo— es considerar que todos los aquí sentados, más allá de las
diferencias, somos iguales y tenemos las mismas obligaciones.
El tema de la desigualdad implica hablar de
considerarnos un bloque en términos económicos. Una de las claves en
esta lucha pasa por identificar cuál será la relación con los otros
bloques del mundo, y eso hay que hacerlo sin prejuicios, agregó.
En otro momento de su intervención, señaló que
debemos reconocernos como iguales, y tener conciencia de que es
necesario que la integración se dé no solo a nivel político, sino
también en el orden comercial, tecnológico, educativo, y migratorio.
Cristina Fernández resaltó la importancia de
declarar a la región como Zona de Paz: "los aquí presentes somos
firmantes del Tratado de Tlatelolco. Argentina es el país con más
desarrollo de energía nuclear pacífica en el continente. Podemos
hablar de paz pese a que tenemos capacidad nuclear", comentó.
Por otra parte, insistió en un reclamo histórico
de su país: "Quiero agradecer a los aquí presentes el apoyo a la
lucha contra uno de los últimos vestigios de colonialismo, en
nuestras Islas Malvinas, e instar una vez más a Reino Unido para que
cumplan la voluntad de Naciones Unidas —comentó—. Eso tiene que ver
con la desmilitarización del Atlántico Sur, es también vital para el
desarrollo de la región que se conserve la desmilitarización".
Sobre el tema central de la Cumbre, opinó que uno
de los asuntos en los que hay que insistir para eliminar las brechas
de ingresos es el empleo juvenil. "No hay otro camino que lograr
valor agregado para producir trabajo. Son los jóvenes entre 18 y 24
años los que tienen el mayor nivel de desempleo, y entre estos las
mujeres. Hablar de futuro y no ocuparse de los jóvenes desempleados,
es un ejercicio de cinismo. Luchar contra la desigualdad implica
generar puestos de trabajo, no permitir que nuestras exportaciones
se sigan reprimarizando".
Fernández aprovechó otro momento de su
intervención para recordar los lazos que unen a Cuba con su país:
Estar aquí para una argentina puede ser distinto que para el resto,
contó la mandataria. Visitar la Plaza de la Revolución y ver ese
inmenso edificio donde está la imagen del Che Guevara, icono
universal. Ayer, caminando por un pasillo del Hotel Nacional pude
ver en una pequeña habitación de los empleados del hotel, sobre un
almanaque, una foto en blanco y negro del Che, sentí que realmente,
en nombre de tantos como él y otros latinoamericanos que han
luchado, el hombre solo será libre cuando tenga educación, casa,
comida y cuando pueda elegir su vida.
"La integración no debe ser solo un tema de
agenda, sino una política de Estado en cada uno de nuestros países". |