"Es una contradicción a nivel mundial; el mundo
nunca ha producido tanta riqueza como en estos años y sin embargo
nunca ha habido tantos pobres y personas con hambre. ¿Qué estamos
haciendo mal, cómo estamos orientando nuestra economía? ¿La economía
es solamente producir para el consumo de unos po-cos? ¿O la economía
es para estar al servicio de la gente y cubrir las necesidades más
elementales de la población? Este es el compromiso que ciertamente
tiene la CELAC y no necesariamente se observa en todo el mundo".
—¿Qué importancia reviste para la región y el
trabajo de la FAO que la II Cumbre de la CELAC centre su agenda
precisamente en la problemática del hambre?
"No me sorprende que la CELAC tenga es-tos temas
justamente como eje central. América La--tina y el Caribe es la
región donde más compromiso hay con la lucha contra el hambre y la
pobreza. Cuando se analiza la CELAC, se observa ese compromiso en
sus declaraciones principales. Pero también en declaraciones de
organismos subregionales, como PETROCARIBE, que recientemente firmó
el plan para la erradicación del hambre, y en otros como el MERCOSUR
y UNASUR. Y está muy bien, porque la alimentación es un derecho a la
vida".
—¿Cómo podría la CELAC ayudar a revertir esta
situación? ¿Qué mecanismos concretos de cooperación entre la CELAC y
la FAO, pudiesen implementar y viabilizar políticas y programas
destinados a la lucha contra el hambre y la pobreza?
"Lo más importante es el compromiso político y
eso ya lo tenemos. No es que falten alimentos, el problema es el
acceso a ellos.
"En la CELAC hemos dado pasos concretos. El
pasado año en Caracas se celebró la primera Cumbre de ministros para
erradicar el hambre y la pobreza extrema y ahí se diseñaron los
lineamientos de un plan que contó con la asistencia de la FAO.
Estamos trabajando estrechamente con los países de la región".
—A un año de la fecha pactada para el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),
¿cuánto se ha avanzado?
"En el 2013, durante la reunión general de la FAO
en Roma tuvimos la oportunidad de reconocer a los países que ya
habían cumplido con las metas de desarrollo del milenio. Es un
orgullo que el mayor número de naciones que cumplieron con la meta
uno, relativa a la erradicación del hambre, eran de América Latina y
el Caribe. Ello es fruto de la decisión que existe, del compromiso y
los planes de trabajo que se están abordando".
—El 2013 fue el año Internacional de la quinua.
En relación a los ODM, qué papel juega su biodiversidad y valor
nutricional en la seguridad alimentaria, y en la erradicación de la
pobreza en la región.
"El pasado año sirvió para rescatar la diversidad
cultural y el respeto por las tradiciones alimentarias de los países
de la región y del mundo. La quinua es un cultivo milenario y sin
embargo en algunos casos ha estado vituperado y hasta prohibida su
producción y consumo, cuando es un aliado fundamental en la lucha
contra el hambre.
"Esa etapa nos permitió además reconocer a
Bolivia, Perú y Ecuador, que son los principales países productores
de la quinua, y resaltar que la quinua es un símbolo de los tipos de
cultivos y alimentos locales que debemos rescatar.
"No hay un solo alimento que contenga todos los
nutrientes que se necesitan para vivir, pero uno de los que más se
le acerca es la quinua. Por ello, este valioso grano es también un
aporte de la región al mundo".
—¿Qué valor le concede a la agricultura familiar
para las pequeñas islas, que han padecido varias experiencias de
monocultivos, precisamente en el año que está dedicado al tema?
"Es fundamental para la solución de los problemas
de seguridad alimentaria de los países. Desde algunas posturas se
quiere hacer ver la agricultura familiar como la agricultura de los
pobres, y no puede ser así. El 80 % de los agricultores en nuestra
región pertenece a la agricultura familiar, el 50 % del empleo
generado pertenece a la agricultura familiar y por tanto tenemos que
respetar estos modos de producción que son mucho más inclusivos. No
solamente desde el punto de vista del abastecimiento de alimentos
sino que también lo hacen desde la inclusión social y la generación
de mano de obra en los sectores más vulnerables.
"La agricultura familiar no es parte de un
problema sino de una solución. En este sentido el 2014, año de la
agricultura familiar, tiene que servir para hacer conocer estas
voces, con políticas específicas para estos sectores, que justamente
por el tamaño de la escala muchas veces no tienen acceso a la
tecnología y financiamiento. Tiene que servir para que los gobiernos
tomen conciencia y diseñen medidas y políticas específicas que
proporcionen un mejor acceso de estas poblaciones a los recursos y
podamos incrementar la producción de estos segmentos, a la vez que
se puedan implementar técnicas que sean sostenibles, no solamente
socialmente sino desde el punto de vista del impacto medioambiental.
Se han establecido modos de producción excluyentes. La agricultura
familiar, este año, tiene que servirnos de alerta necesariamente".
—¿La II Cumbre de la CELAC también servirá para
eso?
"Sí, pero CELAC hay que aprovecharla no solo para
decirnos entre nosotros mismos esta situación, sino también para que
sirva de ejemplo al resto de los países.
"Quiero agradecer y felicitar a Cuba, porque por
muchos años ha sido ejemplo en la lucha contra la pobreza y el
hambre, con un elevado compromiso político, para el resto de las
regiones".