"Nuestros estados miembros nos dieron mandato de
crear un nuevo subprograma en la CEPAL para apoyar los mecanismos de
integración, en particular la CELAC", afirmó.
Abordada por Granma para conocer su criterio sobre
la profunda integración regional que se necesita, la invitada a esta
II Cumbre refirió que solo actuando juntos los países tendrán una
mejor respuesta a los desafíos del futuro.
"La mayoría de las regiones del mundo se están
organizando por bloques. América Latina y el Caribe requieren unidad
para, en cierta medida, construir resiliencia a vulnerabilidades
externas: resiliencia económica, social, ambiental… y con ello ser
más fuertes frente a los embates de los shocks económicos o de las
catástrofes.
"¿Qué quiere decir la integración profunda? Por un
lado creo que debe partir de la comprensión de que el comercio intra-regional
de América Latina y el Caribe solo alcanza el 19 %, cuando en Europa
es más del 70, y más del 40 en Asia-Pacífico. Es decir, hay un
enorme potencial para desarrollar nuestro mercado interno. Para eso
se requiere voluntad política e instituciones que pongan los bienes,
servicios y movimiento de personas a disposición de la región".
"Hasta ahora nuestra región ha competido casi
individualmente. Países individuales salen a la búsqueda de mercados
o de inversiones extranjeras directas; incluso, hemos llegado a
competir entre nosotros para ver quién ofrece las mejores
condiciones, bajando cada vez más los estándares".
Sobre el trabajo de la joven Comunidad fundada en el
2011, Bárcena consideró que esta se ha ido consolidando en el
sentido de "tomarse muy en serio a sí misma y ver el enorme desafío
que será actuar como bloque. "El mundo se está organizando en
bloques, y este es un gran bloque de 600 millones de personas",
acotó.
"Debemos ir en la búsqueda de ser una región con
mejor balance entre lo que importa y lo que exporta. No se trata de
aislarse o de cerrar fronteras, sino de ser capaces de producir a la
par de lo que importamos, basándonos en la competitividad. Tenemos
mucho que aprender entre nosotros, pero también que construir; así
como se construyó una Zona de Paz, construir una zona de resiliencia
económica, social y ambiental".
Al referirse a la labor que realiza la CEPAL sobre
la situación energética del área, su Secretaria Ejecutiva dijo que
junto con la Asociación Latinoamericana de Integración y a la
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) realizan un análisis
del tema. "El gran cambio que debe suceder es de paradigma
energético", señaló.
La funcionaria también se refirió a la mitigación de
los efectos del cambio climático, tema acuciante para todos los
países. "Cuba ha avanzado mucho en la evaluación y prevención de
desastres naturales; por ejemplo, en los sistemas de alerta temprana
y también en los planes de prospección para conocer las
vulnerabilidades".
"La pérdida de vidas ha sido un drama en nuestra
región. Hemos evaluado el costo acumulado de los desastres naturales
en América Latina y desde la época de El Niño, en el ´72, asciende a
más de 140 mil millones de dólares.
"Creo que lo esencial es trabajar en la adaptación,
siendo particularmente solidarios con los pequeños estados insulares
del Caribe, que son los más vulnerables. La CELAC debe desarrollar
un mecanismo de alerta temprana y de apoyo a estas naciones.
"Eso debe venir conjuntamente con fondos. Esta
región tiene las riquezas suficientes para establecer algunos
mecanismos financieros propios para apuntalar inversiones que vayan
se dirijan a la sostenibilidad ambiental".
Existen países de América Latina y el Caribe que han
implementado políticas públicas de inclusión social de gran impacto
gracias al fomento de la distribución equitativa de los recursos
renovables, dijo Ferreira, quien permanece como invitado especial a
la cita.
OLADE tiene un programa muy importante denominado
cooperación Sur-Sur dentro de la idea de una generación de
colaboración económica y energética entre los países, agregó
Ferreira.
Asimismo, destacó que Cuba fue el primer país en
llevar a cabo este tipo de complementariedad al llevar técnicos a
Haití para trabajar en un proyecto de una central en ese país.
La idea del programa es hacer estudios y promulgar
los conocimientos.
La OLADE nace en el contexto de búsqueda de una
nueva relación económica - más equitativa - entre países más
desarrollados y en vías de desarrollo, y adoptando como objetivos el
compromiso solidario con la defensa de los recursos naturales de la
región, la cooperación técnica sobre políticas de desarrollo
sostenible e integral, entre otros.



