(16 de junio de 2005) No entienden nada NIDIA
DÍAZ y JORGE LUIS GONZÁLEZ (foto) QATAR, 15 de junio.— Desde que se inauguró la Cumbre a nivel de expertos, los periodistas que cubrimos sus incidencias nos hemos percatado de que nunca antes ha habido una coincidencia tan unánime en el Tercer Mundo.
El peligroso contexto internacional dominado por el más brutal, hegemónico, racista y fundamentalista de los imperios, ha obligado a la toma de una mayor conciencia contra el futuro apocalíptico que nos tienen reservado a los países del Sur. Al dividir al mundo entre los que "están conmigo o contra mí", Washigton pretende dejar al Sur en un limbo en el que no se tiene derecho a nada, mientras consiguen quórum entre sus aliados para entretenernos con promesas. Esta mañana, y como si nada hubieran escuchado, como si se acabaran de quitar de los oídos los tapones contra el ruido ambiental, subieron al podio los representantes de la Unión Europea y del Secretario General de la ONU, Mr. Jean-Louis Schiltz y Mrs. Louis Fréchette, respectivamente. La primera bofetada la lanzó el luxemburgués: "los países en desarrollo deben ser los responsables de su propio desarrollo... aunque se les pueda ayudar", dijo. De qué responsabilidad habla el míster europeo, ¿de la de eliminar los aranceles a nuestras exportaciones, o los subsidios a los agricultores del Norte, o a la de no pagar los servicios de la deuda? Pero no fue todo, a este ejemplar norteño que ni siquiera sabe lo que son las moscas merodeando por sobre una herida sin curar, porque no hay medicinas ni médicos en la aldea, se le unió la re-presentante del Secretario General de la ONU y, con aire doctoral, explicó que no puede haber desarrollo sin seguridad ni derechos humanos. Para ello —dijo—, las Naciones Unidas deben parecerse más a su tiempo que a su historia, y ahí mismo hizo una defensa a ultranza de la tan cacareada reforma del organismo internacional que no es otra cosa, efectivamente, que adaptarlo a los intereses hegemónicos de los Estados Unidos y consagrar la intervención contra el Sur al purísimo estilo del oeste yanki. No entienden nada. El Sur está decidido a encontrar el camino de la unidad y su bandera será la de reclamar con toda la fuerza su derecho al desarrollo. La pulseada será en Nueva York y saben desde ya que necesitan meter cuñas para que llegue debilitada esa unidad que se está consolidando aquí, en Doha, entre los excluidos de siempre. No entienden nada, pero como
dijo la mademoisselle Fréchette, el mundo de hoy es diferente de aquel
cuando no solo se fundaron las Naciones Unidas, sino que el colonialismo y
el neocolonialismo campeaban por nuestras tierras del Sur. |