A
tres décadas del horrendo crimen de Barbados el pueblo cubano aún
exige justicia. La necrópolis de Colón volvió a ser escenario del
emotivo y habitual homenaje a los caídos, y del reclamo para que los
autores de la masacre no continúen impunes.
Rostros infantiles asomaban entre los familiares de
las víctimas, quienes junto a dirigentes del Partido, del Gobierno y
las organizaciones de masas, además de representantes de Cubana de
Aviación, el INDER, y otros organismos, marcharon en peregrinación
hasta donde reposan los restos de los mártires.
Allí fue depositada, junto a otras seis, una ofrenda
floral en nombre del Comandante en Jefe Fidel Castro. Descubrieron
la cinta Pedro Ross Leal, miembro del Buró Político, y Rogelio
Acevedo, presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba.
La ceremonia culminó con las palabras de Dasnay Gey,
a quien el terrible suceso le impidió conocer a su padre, Santiago
Gey Pérez, entrenador de esgrima víctima del atentado. Dasnay
refirió las actuales maniobras del imperialismo yanki para proteger
a los terroristas implicados, especialmente a Posada Carriles.
Denunció la doble moral del gobierno de Bush, y reiteró la necesidad
de justicia.
En el homenaje también estuvieron presentes Mercedes
López Acea y Rolando Alfonso Borges, miembro del Secretariado y jefe
del Departamento Ideológico del Comité Central, respectivamente.