Eran el beso y las flores de Ramón Infante, Monchi, como Haidée
cariñosamente llamaba al menor de sus cinco hijos, víctima junto a
otras 72 personas del atentado terrorista que, organizado por Luis
Posada Carriles, hizo estallar en pleno vuelo un avión de Cubana, en
Barbados, el 6 de octubre de 1976.
Han transcurrido casi 29 años del horrendo crimen y aún retumba
en los oídos de la anciana la noticia de la muerte de su hijo, un
joven esgrimista lleno de ilusiones.
Recuerda a Ramón como un muchacho alegre y jaranero, muy sencillo
y respetuoso, que por su conducta social hizo muchas amistades.
Entre sus gustos preferidos estaban coleccionar sellos (conformó un
álbum sobre los sucesos del cuartel Moncada), el baile, la lectura y
sobre todo el deporte.
"Una mañana llegó muy contento de la escuela y me dijo que había
matriculado en la Academia de esgrima. Yo conocía de sus prácticas
de béisbol, ajedrez, natación, por eso me sorprendí un poco cuando
me dio la información, que en verdad me alegró pues así se abría un
nuevo horizonte en su vida."
Y no me defraudó, rememora, pues se convirtió en un competidor
reconocido internacionalmente. Él había comenzado practicando sable
y florete, pero amigos y entrenadores lo convencieron de que su arma
era la espada, más acorde a su elevada estatura y sus extremidades
largas.
Comenta Haidée que siempre que partía a competir en el extranjero
le preguntaba: Mami, ¿qué quieres que te traiga?, y ella solo le
pedía triunfos para la Patria.
El crimen de Barbados, expresión del odio y la impotencia de los
enemigos de la Revolución, truncó la vida de Ramón Infante, laceró
el corazón de su madre, y el porvenir de su joven esposa y del hijo
que no pudo conocer.
El pueblo cubano, con el Comandante en Jefe al frente, no va a
descansar hasta que Posada Carriles y demás culpables del sabotaje
de Barbados sean juzgados, sentencia quien en la seudorrepública
tuvo que trabajar en la trilla de café desde los 12 años para ayudar
al sustento familiar.
"Nosotros vamos a ganar esta batalla contra el terrorismo, porque
nos asiste la razón y porque desde hace más de 45 años hemos sido
víctimas de tan monstruosa práctica."