A aquel muchacho, con solo 14 años, se le abortó el beso paterno,
estrellado en el aire hace hoy 30 años a causa de un odio visceral y
de un desprecio por el derecho a la vida de un pueblo que de manera
enérgica y viril sigue llorando a sus muertos.
Carlos Manuel
Permuy está frente a otro 6 de octubre y lo hace nuevamente con el
pecho apretado. El hijo del jefe de la delegación deportiva cubana
al Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima de 1976, en
Venezuela, rememora la carta que le hizo al Comandante en Jefe, en
la que le decía: "No son capaces de luchar frente a frente"... "No
inclinaremos nuestras frentes ante el terrorismo"... "Fidel, estamos
contigo".
"Como dijo entonces el Comandante, el dolor se multiplica, y hoy
esa expresión puede tocarnos a muchos, no solo a los familiares de
las víctimas y al pueblo cubano. El terrorismo es hoy la causa de
las desgracias de hijos, padres, madres, esposas en el mundo entero
y la indolencia y la política de doble rasero de gobiernos como el
que hoy está asentado en la Casa Blanca, frente a ese flagelo, se
convierten en armas letales para la humanidad", expresó el hoy
agregado de Protocolo de la Dirección de Relaciones Internacionales
del INDER.
Comenta que aquel vil y cobarde asesinato de 73 personas, a bordo
de un avión en pleno vuelo, el 6 de octubre de 1976, es, a 30 años,
una de las más fehacientes muestras de cómo los gobiernos de Estados
Unidos no combaten el terrorismo, "sino que lo aupan".
"No hay moral para liderar una supuesta guerra contra el
terrorismo, cuando se permiten tales situaciones, ni cuando en ese
mismo territorio Cinco Compatriotas nuestros son sentenciados a
largas penas por salvar vidas cubanas y norteamericanas. Pero
tampoco la hay cuando se dictan medidas para asfixiar el destino que
escogió y defiende un pueblo entero", puntualiza.