"Reconstruimos lo sucedido con el mamparo, y la posición en que
quedó un tornillo reveló el posible lugar donde fue ubicada la bomba
fatal, en un plano inferior y dentro del baño.
"De acuerdo con grabaciones recogidas por la torre de control del
aeropuerto, el piloto dice: `Eso es peor, Fello, pégate al agua', lo
cual advierte el momento en que el avión sube antes de caer en
picada. Y antes, cuando grita: `Cierren la puerta...', la orden
confirma que había sucedido algo perceptible para el piloto desde su
posición, y que ocurría en el extremo izquierdo de la aeronave.
"Además, por el giro de 180 grados que logra hacer el avión para
reincorporarse a la ruta, evidentemente los controles no tenían
ningún síntoma de falla. Es la segunda explosión la que los daña."
El asunto siguiente consistía en determinar el detonante
utilizado. Era el más complejo.
"Demostrar que no se usó dinamita, desmentía la hipótesis de que
cualquiera hubiera podido ser el asesino, pues en diversos sitios
del mundo se comercializa para determinadas voladuras.
"Los análisis probaron el empleo de explosivo plástico de alto
poder, como los utilizados por la CIA. Esta sustancia la descubrimos
en un pedazo de asiento, y en el último de los cadáveres
encontrados, también hallamos una presilla profundamente
incrustada."
El informe del caso se presentó el 25 de octubre de 1976. En él
aparecen detalladas todas las maniobras del piloto antes de que el
avión se precipitara.
Según Fondes, "se desarrollaron en un ambiente difícil, debido al
humo en la cabina y las cortinas de lluvia, que disminuían
considerablemente la visibilidad. Unido a esto, la terrible
situación de los pasajeros, que se estaban quemando en el resto de
la nave.
"Fue un momento terrible para las personas atrapadas allí, a
causa del aterrador lapso entre el primero y segundo estallidos. Los
asediaba el fuego, el monóxido de carbono que los asfixiaba, y la
certeza de que iban cayendo sin salvación."
Cuando trasladaron los restos a Cuba, procedieron a
identificarlos y a buscar elementos que probaran la presencia de
sustancias explosivas y cómo había ocurrido la catástrofe.
"Comprobamos que no había ocurrido una explosión física (donde no
hay transformación de la sustancia), sino química y concentrada,
pues dejó un cráter debido a la onda expansiva, útil para la
investigación. Este tipo de estallido arrastra cuanto encuentra a su
paso, lo cual conllevó ubicar el lugar exacto de la carga.
"Es posible que el primer explosivo, colocado en una cámara
fotográfica dentro de un equipaje de mano, haya tenido como fin
crear el pánico, con alevosía hacia los deportistas cubanos, pues en
el interior de un objeto como ese la carga habría de ser reducida.
En cambio, la segunda sí buscaba precipitar el aparato."
En ambos países caribeños se suceden las pesquisas. No solo los
peritos indagan. El pueblo quiere saber. Ambas comisiones
intercambian información, criterios, experiencias.
"Se decía que ciertos contrarrevolucionarios iban a atentar
contra la delegación cubana que custodiaba los cadáveres antes de
enviarlos a Cuba. Lara y Enrique nos comentaron que estando en la
funeraria se aglomeró un grupo de individuos fuera, lo cual les
llamó la atención.
"Entonces, ante la sospecha de un posible incidente, introdujeron
la mano en el bolsillo de los sacos y simularon portar armas. Dentro
sujetaban sus cachimbas a modo de pistolas. Luego se pararon a ambos
lados de la puerta... y los sujetos abandonaron el lugar."
El oficial recuerda que "cuando recibimos los primeros restos nos
impactó. Aunque se sabe que cuando un avión cae los cuerpos se
fragmentan, estos cadáveres estaban tan maltratados y quemados que
nos obligaron a trabajar con más empeño, para demostrar lo sucedido
realmente.
"No podía ser un accidente. Con el giro que hace la aeronave era
improbable que tuviera una avería. Hasta el momento de la detonación
volaba normalmente, incluso no perdió el control con la primera
descarga."