(27 de abril de
2006)
Internet en Cuba : año diez
Un arma eficaz para
el desarrollo cultural, científico, educacional y económico del
país
ALEXIS SCHLACHTER
Se
cumple este año el décimo aniversario del acceso de Cuba a los
servicios de Internet, la red de redes del conocimiento múltiple en
el llamado ciberespacio, con un positivo balance en todos los
frentes de trabajo del país.
Corría 1996 cuando la
doctora Rosa Elena Simeón, entonces titular del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, durante el acto de
inauguración señaló el difícil camino que se iniciaba y
calificó la puesta en marcha de Internet en nuestro territorio como
“lucha compleja donde tendremos que aplicar toda nuestra
inteligencia, creatividad y disciplina con el fin de aprovechar al
máximo las oportunidades de información para ramas vitales...”
La existencia de 377 000
computadoras, con una proporción de 3,4 por cada 100 habitantes y
un elevado uso benéfico, permite afirmar hoy que Cuba extiende la
socialización de las Nuevas Tecnologías de la Información (TIC).
Ese promedio aumenta
considera-blemente al ubicarse esos equipos en centros de estudio,
culturales, industriales y de la salud, además del sistema bancario
y las oficinas de correos.
Por ejemplo, el ciento
por ciento de los centros de enseñanza del país usan las TIC como
apoyo a los programas de clases, junto a televisores y videos, lo
que beneficia a dos millones 230 658 estudiantes y a las 12 784
escuelas existentes.
Todas las casas de
estudio del país emplean computadoras en el proceso
docente-educativo, incluyendo 2 368 escuelas rurales con paneles
solares fotovoltaicos, entre estas 93 que tienen como matrícula un
solo alumno.
Al mismo tiempo, aumenta
el número de personas con acceso a Internet, y los usuarios del
correo electrónico —unos 900 000—, para lo cual existen salas
públicas que brindan esos servicios. Solo a través de la red de la
salud, INFOMED, acceden personalmente cerca de 30 000 profesionales,
médicos y paramédicos. En ese mismo sector actualmente se expande
la informatización y conexión en red de consultorios del médico y
la enfermera de la familia, núcleo fundamental de la atención
primaria de salud a la población.
¿Y que decir de la
economía?
El empresario que en
estos tiempos tenga solo una parte de la información, por amplia y
actualizada que esta sea, dejará abierto el camino al fracaso.
Similares comentarios
pudieran hacerse con relación a las premisas para valorar nuevos
experimentos científicos en Cuba. Internet permite conocer
rápidamente qué se ha hecho en cualquier parte del mundo en
cualquier disciplina de la ciencia, quiénes y bajo cuáles
presupuestos teóricos.
¿Qué evita esto en el
mundo de la ciencia? Pues, por un lado perder el tiempo en repetir
lo que otros han hecho y, paralelamente, acelerar el camino de las
investigaciones para, finalmente, comprobar la novedad u
obsolescencia de las ideas puestas sobre el tapete. No se pierden
tiempo ni recursos.
¿Y del amplio mundo de
conocimientos actualizados que abre Internet entre los estudiantes,
cualesquiera que sean el grado y la edad?
Véase por donde se vea
la amplia avenida de Internet que Cuba comenzó a transitar hace un
decenio, hoy permite acelerar el paso hacia el pleno desarrollo
económico, científico y cultural del país.
Sin contar con la
capacidad multiplicadora que ha permitido darle a los mensajes
cubanos de paz y solidaridad emitidos a diario desde entidades
estatales, ministerios, organizaciones no gubernamentales y personas
con acceso individual a la red de redes. Hoy, en este mundo complejo
y ancho, la verdad de Cuba se encuentra en cualquier rincón, cada
día, a toda hora, gracias a Internet. Los Cinco Héroes presos
injustamente en cárceles de Estados Unidos, son defendidos mediante
Internet dentro del territorio del Imperio al igual que en el resto
del planeta.
En su décimo
aniversario, Internet en Cuba señala caminos de avance en todos los
campos del quehacer humano.
Historia
de una red
Internet es palabra
escrita en idioma inglés que significa “en la red”. Sus
orígenes se remontan a un proyecto militar estadounidense que
pretendía obtener una red de comunicaciones segura que se pudiese
mantener aunque fallase alguno de sus puntos de apoyo. Así nació
ARPA, red de información iniciada en 1960, que se propuso conectar
equipos localizados en sitios dispersos, independientemente de que
algunos estuvieran fuera de servicio en un momento determinado
dentro de un conflicto militar. Los sistemas o protocolos que
permitieron finalmente tal interconexión fueron desarrollados en
1973 por el informático Vinton Cerf y el ingeniero, también
estadounidense, Robert Kahn, conocidos como Protocolo de Internet
(IP) y Protocolo de Control de Transmisión (TCP).
Fuera ya del ámbito
estrictamente militar, esta Internet incipiente (llamada ARPANET en
su primera etapa) tuvo un gran desarrollo en Estados Unidos,
conectando gran cantidad de universidades y centros de
investigación. A la red se unieron centros de Europa y del resto
del mundo, formando lo que se conoce como la gran telaraña mundial
(World Wide Web); en 1990 ARPANET dejó de existir.
A finales de 1989, el
informático británico Timothy Berners-Lee desarrolló la World
Wide Web para la Organización Europea de Investigación Nuclear. Su
plan era crear una red para el intercambio de información entre los
investigadores que participaban en proyectos vinculados a esta
organización. El objetivo se logró utilizando archivos que
contenían la información en forma de textos, gráficos, sonido y
videos. Este sistema de hipertextos fue el que propició el
extraordinario desarrollo de Internet como medio a través del cual
circula gran cantidad de información, por el que se puede navegar
utilizando los llamados hipervínculos.
En estos momentos se
está desarrollando lo que se conoce como Internet 2, una
redefinición del sistema que tiene como objetivo principal el
intercambio de datos multimedia en tiempo real; tal avance ha de
venir de la mano de la mejora en las líneas de comunicación con el
ancho de banda como principal aliado.
El 90% de las
informaciones en Internet se genera en idioma inglés para alrededor
de 300 millones de computadoras diseminadas en todo el mundo,
fundamentalmente en países con alto desarrollo económico.
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