(5 de mayo de 2005)

Rocas santiagueras con aroma de zeolita

ORFILIO PELÁEZ

Cuando el artista catalán Carles Planes quiso esculpir en piedra la historia de Santiago de Cuba para donarla a sus habitantes, por poco tienen que ir a buscar bien lejos la roca adecuada, al no existir reporte alguno sobre la presencia de algún material similar en esa provincia del oriente cubano.

Foto: ARNALDO SANTOS Losas zeolitizadas cubren el vestíbulo del Hostal El Comendador, en La Habana Vieja.

Tal opción no era del agrado de buena parte de los involucrados en dicho proyecto cultural, pues como es lógico preferían agotar todos los esfuerzos en la búsqueda de algún tipo de piedra que fuera del terruño y fácil de tallar.

Un periplo por el yacimiento de rocas zeolitizadas (aquellas que presentan determinadas concentraciones de mineral zeolita) de Palmarito de Cauto, ubicado a 62 kilómetros de la Ciudad Héroe, permitió a los especialistas hacer las pruebas de validación correspondientes y determinar que por sus carácterísticas, aquellas piedras de color verdoso eran ideales para grabar.

Pero más allá de su valor escultórico, los investigadores encontraron también que algunos tipos de rocas presentes en el yacimiento tenían muchas posibilidades de utilizarse en la construcción de diferentes obras.

BONDADES DE UNA LOSA

El máster en Ciencias Juan V. Rams Veranes, del Centro Técnico para el Desarrollo de los Materiales de la Construcción, filial Santiago de Cuba, explicó a este diario que habitualmente las rocas zeolitizadas del yacimiento de Palmarito de Cauto se destinaban a la fabricación del conocido cemento PP (portlant puzolánicos), quedando siempre una parte de éstas sin aprovechar hasta entonces.

Precisamente, apuntó Rams, tras más de diez años de estudios y pruebas tecnológicas, encontramos que aquellas rocas con zeolita no empleadas en hacer cemento servían para producir losas de gran calidad con amplias perspectivas de aplicarse en la restauración de edificaciones antiguas, en particular como elementos de pisos y paredes, dada su durabilidad, belleza de color, y resistencia a los impactos ambientales, entre otras propiedades favorables.

Debido a sus características antirresbalantes, dichas losas pueden usarse además, en el recubrimiento de piscinas y de las áreas aledañas a estas, lo cual garantiza una mayor seguridad y confort a los bañistas.

Según el criterio de varios expertos, se trata en la práctica de un nuevo material para la construcción, con posibilidades futuras de reducir las importaciones de productos similares a medida que sea avalado por el paso del tiempo.

Hasta el momento, precisa el ingeniero Rams, autor principal de la investigación, las losas se encuentran colocadas en el Hostal El Comendador, la Casa del Conde de Lombillo y en el antiguo Colegio del Santo Ángel, en La Habana Vieja, además del Motel Villa de San Juan, y la Oficina del Conservador de la Ciudad, en Santiago de Cuba.

   

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