(14 de abril de 2005)

Premio de la Academia de Ciencias

Aliados de la agricultura 

WALKIRIA FIGUEROA ENRÍQUEZ

Los llamados Modelos de Simulación, mediante el uso de computadoras, constituyen elemento importante para tomar decisiones en la agricultura al cuantificar, interpretar y predecir las necesidades hídricas de los cultivos y el desarrollo de estos y sus rendimientos.

Foto: JOSÉ M. CORREADoctora María Elena Ruiz.

Durante tres décadas esos Modelos se han aplicado, en lo fundamental, en países de clima templado. Por los beneficios que aportan, especialistas de la Universidad Agraria Fructuoso Rodríguez, de La Habana; de los institutos nacionales de Riego y Drenaje, y el de Investigaciones de la Caña de Azúcar, elaboraron los primeros trabajos para utilizar en nuestras condiciones geográficas cinco de los modelos agro-hidrológicos de alcance internacional.

Según los técnicos los Programas de Simulación son capaces de pronosticar los rendimientos agrícolas y contribuir al uso óptimo del agua, y a diseñar sistemas de drenaje.

Este trabajo científico mereció uno de los Premios de la Academia de Ciencias de Cuba del año 2004 y el Especial por su contribución a preservar el Medio Ambiente.

La doctora María Elena Ruiz, jefa del grupo de investigaciones agro-físicas de la Universidad Agraria y autora principal de los estudios, señala que estos modelos facilitan experimentos del tipo "qué pasaría si", sin necesidad de costosas, y a veces imposibles, pruebas de campo.

Los resultados demuestran la necesidad de modificar la metodología utilizada actualmente para el riego, lo cual facilitaría eliminar deficiencias en el uso del agua.

Por primera vez en el país, asegura la especialista, se ofrecen los parámetros que describen las propiedades hidráulicas para los principales grupos de suelos cubanos. Esta investigación le confiere validez al modelo Swcrop para ser utilizado en el cultivo de la papa en condiciones tropicales; antes solo se empleaba en clima templado.

También se obtiene una versión del modelo Swap para la caña de azúcar. Este predice los daños que puedan originarse por cambios climáticos, características del suelo y fecha apropiada para la siembra. Una Unidad Básica de Producción Cooperativa del central Héctor Molina, en La Habana, lo puso en práctica e informaciones preliminares anticipan un saldo productivo y económico alentador.

La importancia de este trabajo, apunta María Elena, es facilitar herramientas que sean útiles para lograr una correcta estrategia agrícola y aprovechar al máximo el agua disponible, máxime en tiempos de prolongada sequía como los actuales.

Este avance tecnológico aplicado a la agricultura está en su primera etapa, y según criterio de la doctora Ruiz necesita romper la barrera entre el resultado científico y su generalización. No obstante, debe verse con perspectivas el empleo de esa variante de modelo hidrológico en diferentes empresas agrícolas cubanas.

   

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