(10 de diciembre de 2004)

Tren de miniaturas

ORFILIO PELÁEZ

Más allá de ambiciosos proyectos futuristas (algunos hablan hasta de pequeñísimos robots capaces de reparar por dentro el cuerpo humano), las nanotecnologías pueden convertirse en el motor impulsor de una nueva revolución industrial de enorme influencia en la vida del hombre.

Pequeñísimos robots podrían
 explorar nuestro torrente sanguíneo
 en auxilio de la ciencia médica.

Se trata de una prometedora disciplina, basada en el concepto de manipular los átomos y moléculas para crear nuevos materiales, dispositivos y equipos a escala nanométrica (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), es decir mucho más pequeños que el tamaño de una célula, virus, una bacteria o una molécula de proteína.

El término nanotecnología o nanociencias adquirió notoriedad en la década de los noventa del recién finalizado siglo XX, y se utiliza para referirse a toda la ciencia y la ingeniería que se hace con objetos en los cuales al menos una dimensión está por debajo de 100 nanómetros.

La mayoría de los especialistas consideran al físico norteamericano y premio Nobel Richard Feynman como el pionero de la nanociencia, pues en 1959 expresó lo siguiente: "Los principios de la Física, tal y como yo los entiendo, no niegan la posibilidad de manipular las cosas átomo por átomo. Los problemas de la Química y la Biología podrían evitarse si desarrollamos nuestra habilidad para ver las cosas al nivel atómico". Incluso, a este afamado investigador se le atribuye haber dicho que las leyes de la Física y la Química no se oponían a que uno pudiera escribir toda la enciclopedia británica sobre la cabeza de un alfiler.

AVALANCHA DE IMPACTOS

Para el doctor en Ciencias Físicas Carlos Rodríguez Castellanos, director del Instituto de Materiales y Reactivos (IMRE), de la Universidad de La Habana, muchas de las predicciones nanotecnológicas pueden parecer fantásticas, pero en la actualidad ya existen en el mercado productos salidos de esa pujante rama donde confluyen los conocimientos de la Física, la Química y la Biología.

Las nanotecnologías permiten crear
 dispositivos electrónicos mucho más
 pequeños que la cabeza de un alfiler.

Entre ellos figuran los cabezales de lectura de los discos duros de las computadoras, el láser presente en todos los equipos de discos compactos, marcadores fluorescentes utilizados en investigaciones biológicas y los polvos nanométricos empleados en las fotocopiadoras más modernas para realizar con mayor calidad las reproducciones.

Pero en unos cinco o diez años, advirtió el doctor Rodríguez, el mundo experimentará una verdadera avalancha de nuevos productos miniaturizados, que tendrán tanto impacto como en su tiempo la máquina de vapor y los motores de combustión interna.

Según precisó a este diario el también jefe del Programa Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica, Nuevos Materiales y Materiales de Avanzada, los sectores más beneficiados por el desarrollo de las nanotecnologías serán los de la Informática, la Electrónica y las Comunicaciones, Medicina e Industria farmacéutica; Energía y Medio ambiente; Materiales de construcción e Industria automovilística; y la Industria militar.

Así surgirán dispositivos y chips cada vez más pequeños y veloces, con mayor capacidad de memoria, lo cual se traducirá en la aparición de nuevas generaciones de computadoras más rápidas y eficientes, mientras el diseño de diminutos sensores ubicados en determinados lugares del cuerpo humano permitirán chequear de manera permanente la tensión arterial, la temperatura, los niveles de glucosa en sangre y otros datos, hasta llegar a diagnosticar enfermedades como el cáncer y la diabetes en estadios muy precoces, mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Incluso en el propio campo de la salud se trabaja en el diseño de nuevos procedimientos para secuenciar genomas y proteomas de diferentes especies en un periodo de tiempo muy breve, y de los llamados fármacos encapsulados para su liberación controlada justo en el lugar del cuerpo indicado por el galeno, lo cual aumentará la efectividad de los tratamientos. Algunos consorcios disponen hoy de este avanzado tipo de medicamento.

Cuba, explica el doctor Carlos Rodríguez, no permanece ajena a tal realidad y desarrolla una estrategia dirigida en primer lugar a mantenernos bien informados sobre el tema, formar especialistas y científicos, identificar aquellas aplicaciones donde podamos insertarnos, en particular en la Biotecnología y la Industria médico-farmacéutica, y aumentar la colaboración nacional e internacional.

Además del IMRE, indicó, otras instituciones del país se han sumado a las investigaciones en nanotecnologías, como son el CNIC, el Centro de Investigaciones en Microelectrónica del ISPJAE, el de Inmunología Molecular, Centro de Química Farmacéutica, ICIMAF, Universidad Central de Las Villas, Universidad de Matanzas, el CIGB, y las Facultades de Biología, de Química y de Física de la Universidad de La Habana.

Si bien las inversiones en nanotecnologías requieren mucho dinero (el gasto gubernamental en investigación y desarrollo se aproximará en el 2004 a los cinco mil millones de dólares en las naciones industrializadas), el país dispone de suficiente capital humano para encontrar un espacio en este tren, que como muchos otros frutos del desarrollo científico, puede hacer más grande el abismo existente entre países ricos y pobres.

   

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