(19 de septiembre
de
2003)

Saavedra y su don de innovador
ENRIQUE ATIÉNZAR
RIVERO
CAMAGÜEY.—
La noticia publicada por el colega Trabajadores este lunes colmó de
alegría al colectivo del aeropuerto Ignacio Agramonte. Y no era
para menos: a Enrique Saavedra Falcón, junto a otros dos
compañeros, uno de Ciego de Ávila y el otro de Pinar del Río, les
entregarán el Premio Nacional al Innovador, galardón que se
otorgará por primera vez.
Saavedra es especialista
principal de radio-comunicaciones en la terminal aérea agramontina,
preside el Buró de Innovadores y Racionalizadores de ese centro y
ostenta hace 12 años la condición de Vanguardia Nacional de ese
movimiento, en el que con sus 111 innovaciones y racionalizaciones
ha reportado un efecto económico que sobrepasa los 385 000 pesos.
Enrique es un hombre
locuaz. Una tras otra respondió las preguntas, y añadió elementos
que invitan a realizar nuevos trabajos periodísticos; uno de ellos
relacionado con la seguridad de la navegación aérea y su relación
con los cambios meteorológicos.
¿Cómo fue que te
interesaste por la innovación y la racionalización?
"En
primer lugar, mi padre fue un hombre de mucha iniciativa, y de mucho
nivel creativo y me inculcó eso. Después, en el desarrollo
tecnológico como profesional, he tenido que enfrentar muchas
carencias y necesidades que tiene nuestro país.
"Pero
llegó un momento, cuando comenzó el periodo especial en que
tuvimos que aumentar nuestra capacidad de innovar y racionalizar.
Por ese esfuerzo desde 1991 soy Vanguardia Nacional."
¿Es en ese momento
que tomas mayor conciencia de la necesidad de innovar?
"Sí.
Estaba en juego la superviviencia de la Revolución. Había que
hacerlo todo para vencer."
¿Lo hiciste en
algún momento pensando en beneficio personal?
"No
he pensado en eso. Realmente no he obtenido beneficios personales,
solamente una gran satisfacción es lo que tengo, muchos estímulos
morales y algunos materiales."
¿Qué puedes decir
ahora que eres uno de los tres mayores aportadores económicos en el
movimiento de innovadores?
"Hace
un ratico lo comentaba con Clivillé, el director del aeropuerto.
Sin falsa modestia, mi mayor satisfacción por este estímulo es lo
que representa para la aviación cubana, y el aeropuerto de
Camagüey. Eso me satisface mucho, porque sin ese colectivo, sin
esta dirección, yo nunca lo hubiera logrado."
¿Crees que siempre
habrá que estar innovando y racionalizando?
"Eso
no puede acabarse nunca porque siempre hay necesidades. Y lo hemos
comprobado con las nuevas tecnologías. La aviación implanta
tecnologías de punta continuamente, porque tiene que estar a la par
del desarrollo del mundo, y ello nos obliga a que tengamos que hacer
más innovaciones, pues no somos un país con recursos para cambiar
toda la vieja tecnología, tenemos que mantenerla y hacerla
compatible con las nuevas."
¿Cuál es el mayor
sueño de Saavedra como innovador?
"Uno
de los sueños más grandes que yo he tenido está allá arriba",
dijo y me sorprendo con la expresión, pero inmediatamente comprendo
cuando señala hacia una de las paredes de la oficina, donde
desempeña sus funciones. Allí en sus marcos penden un
reconocimiento y dos fotos de él junto al Comandante en Jefe,
momentos en que Fidel le entregaba una distinción especial al Buró
de Innovadores en el XIII Fórum de Ciencia y Técnica. También le
obsequió una flor para su esposa e hijas.
"Esa
es la satisfacción más grande que he recibido y pueda recibir",
acota el laureado, quien recibirá el Premio Nacional el 8 de
octubre en Villa Clara, en el acto programado por el movimiento
sindical cubano.
¿Y tus nuevos retos
en lo adelante?
"Es
seguir igual. El reto empezó hace mucho tiempo y no ha parado
todavía, pero este resultado no se logra por generación
espontánea, es fruto de los 18 años de Vanguardia en la actividad
de la ANIR, y 17 de Vanguardia del Sindicato Nacional de Transporte;
de la acción del colectivo y del respaldo de la administración, la
que a la vez que apoya y exige, emplea este movimiento como
herramienta de trabajo."
|