(26 de noviembre de
2007)

Polvo del
desierto
¿Otro desafío ambiental del
siglo XXI ?
Orfilio
Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Generadas por las tormentas de los
desiertos, principalmente en el Sahara, las nubes de polvo parecen
sumarse a la lista de los graves problemas ambientales del siglo XXI,
al influir sobre amplias zonas del planeta.
El
doctor Eugenio Mojena explica como avanza el polvo del Sahara hacia
el océano Atlántico, impulsado por los vientos alisios.
Investigaciones recientes advierten que ese polvo contiene miles
de microorganismos, como virus, bacterias y hongos, capaces de
desatar epidemias y determinados trastornos de salud en el hombre,
las plantas y los animales.
Es oportuno señalar que durante los últimos años en la región del
Caribe se observa un significativo aumento de los casos de asma
bronquial, asociados a la presencia de ese tipo de nubes procedentes
del Sahara. Por sus nocivos efectos la comunidad científica comienza
a llamarlo con el nombre de "viento maligno".
Al venir cargadas de hierro, sílice, cuarzo, sal y otros
minerales, favorecen también la salinización de los suelos y la
aparición en los océanos de las denominadas mareas rojas
(concentraciones masivas de algas muy tóxicas ), causantes de la
muerte de diferentes organismos marinos. Se les vincula, además, con
el blanqueamiento de los corales.
Para tener una visión más completa de la magnitud del asunto,
baste decir que la cantidad de polvo diseminada hacia la atmósfera
por el desierto del Sahara creció 10 veces desde 1960 a la fecha,
estimándose que los volúmenes anuales suman entre 2 000 y 3 000
millones de toneladas.
Como el suelo de la región está cada vez más contaminado debido a
los de-sechos de la actividad humana, al ocurrir las tormentas
dichos elementos pasan a formar parte de la nube, haciéndola más
dañina para los ecosistemas.
CAZADORES DE "VIENTO MALIGNO"
Según explicó a este diario el doctor Eugenio Mojena, de la
Sección de Satélites del Centro de Pronósticos del Instituto de
Meteorología, cada año llegan a nuestra área geográfica grandes
cantidades de partículas de polvo en forma de nubes procedentes del
Sahara.
Estas emergen del continente africano y son transportadas en
dirección oeste a través del flujo de los vientos alisios. Así
avanzan sobre el Atlántico, hasta cruzar el mar Caribe y el Golfo de
México.
Otro grupo de nubes puede moverse por la zona de las Islas
Canarias y afectar a España, Portugal y Gran Bretaña. El desarrollo
de la tecnología satelital permite observar desde el espacio todo
este proceso, que comienza con el monitoreo de las tormentas de
polvo (se diferencia de la de arena cuando el tamaño de la partícula
es menor de cien micras).
Al ascender el polvo, surge una capa de aire muy caliente que se
extiende a alturas de 3 a 7 kilómetros, cuya humedad relativa es de
apenas el 3%.
Para Cuba el máximo de frecuencia de días con polvo del desierto
del Sahara ocurre de mayo a agosto, pero los picos suelen
presentarse entre junio y julio. En mucha menor medida, puede llegar
polvo del desierto de Namibia y de los existentes en Asia.
De manera sistemática, las nubes de polvo han sido observadas en
la ciudad de La Habana desde principios de la década del setenta del
pasado siglo, mediante las fotos captadas por los satélites. A
simple vista son días donde aparece una bruma muy intensa en el
cielo, sin que haya otras condiciones meteorológicas para ello.
En la actualidad, precisa el doctor Mojena, hay un proyecto de
investigación conjunta entre el departamento de Satélite del Centro
de Pronósticos del Instituto de Meteorología y el Instituto de
Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, dirigido a
establecer los posibles vínculos entre el polvo del Sahara y la
aparición en nuestro medio de enfermedades respiratorias agudas y
asma bronquial.
Incluso, señaló, con el apoyo del centro meteorológico provincial
y las instituciones de salud del territorio hicimos un estudio
preliminar en Guantánamo, cuyos resultados muestran un incremento de
esas patologías cuando existen nubes de polvo sobre la zona.
Como parte de esa novedosa línea de trabajo, el departamento de
Satélite informa de manera sistemática al MINSAP acerca de la
presencia de tales contaminantes atmosféricos en cualquier punto del
país, lo cual facilita una mejor preparación de los centros
asistenciales para enfrentar posibles picos en la afluencia de
asmáticos a los cuerpos de guardia.
Esta experiencia será expuesta en el IV Congreso Nacional de
Meteorología, que tendrá lugar en la capital del 4 al 8 de
diciembre. |