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28 de febrero de 2005
Con el Club
de los 120 años
Hablan las
centenarias
José
A. de la Osa
"La ropa que
me pongo la coso yo, y lavo y plancho todavía", dijo
Hortensia Cueto, con 100 cumplidos, ante un numeroso auditorio
de asociados al Club de los 120 años, que reunió este fin de
semana en el teatro Astral a varias centenarias que hablaron
de sus experiencias de vida y escucharon una conferencia sobre
lo que aportan las investigaciones en torno a la longevidad.
Aparecen
de izquierda a derecha las centenarias Aurora González, Juana
Hernández y Hortensia Cueto.
En diálogo con
sus "colegas" Aurora González y Juana Hernández,
ambas con 100 años, Hortensia, quien cosía "para
afuera" y se desempeñó en oficinas, expuso que la gente
se queja por trabajar, pero a ella siempre le gustó mucho y
lo consideró además como un ejercicio para el organismo.
Confesó ser una
gran consumidora de frutas y vegetales, hábito que ha
mantenido a lo largo de su vida con una dieta balanceada. Como
de todo, precisó, y a una pregunta sobre sus preferencias,
dijo que le gusta el dulce de guayaba.
De las hermanas de
Hortensia, una murió cuando tenía 90 años, otra tiene 80 y
a la tercera le faltan días para cumplir los 88. "Y a mí
me están viendo, llena de optimismo y alegría", dijo
sin ocultar una sonrisa.
Juana, que llega
este mes de marzo a los 101, indicó que nunca en su larga
vida se ha enfermado, solo a los 85 la operaron de una hernia,
y aunque hace siete meses sufrió una caída y el rompimiento
de su cadera, la operación fue un éxito y ya está caminando
con auxilio de un andador. Antes de este accidente, Juana narró
que subía y bajaba escaleras.
Aurora tampoco
pudo explicar el secreto de su longevidad, porque su vida ha
sido "un trajinar en mi propia casa", con una
alimentación que califica de normal: "De todo un poco, a
veces buena y otras mejor". Se mostró partidaria (le
gustan mucho) de las frutas y los vegetales, no ha ingerido
apenas bebidas alcohólicas y nunca fumó. En estos últimos años
planteó sentirse mimada, incluso sobreprotegida, por el cariño
de una de sus hijas.
Los estudios que
se vienen realizando en Cuba sobre los centenarios —269
estudiados en Ciudad de La Habana y 83 en la provincia de La
Habana, a los que se sumarán en breve otros 93 en Pinar del Río—
muestran algunas conclusiones que podrían resultar de interés.
La mayoría de
ellos no ha fumado y solo el 8% lo ha hecho activamente (menos
de 10 cigarrillos diarios); prácticamente ninguno padece de
depresiones y controlan muy bien el estrés; pocos son obesos
y dentro de sus hábitos de nutrición consumen vegetales y
frutas y toman mucho líquido (más de cinco vasos al día).
Mayoritariamente son del sexo femenino, con una edad media de
102 años. El decano de nuestros longevos es un reglano que
cumplió los 109.
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