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16 de marzo de 2005

Aumenta amenaza a los derechos humanos de los cubanos

Presenta Alarcón textos de denuncia elaborados por el MINREX

MARÍA JULIA MAYORAL

Dos capítulos del libro Cuba y los derechos humanos, con abundantes pruebas de la masiva y creciente agresión del Gobierno de Estados Unidos contra nuestro pueblo, fueron presentados ayer por Ricardo Alarcón de Quesada, en el edificio que sirvió de sede al círculo infantil Le Van Tam, incendiado por los enemigos de la Revolución el 8 de mayo de 1980.

Foto: ARNALDO SANTOSA la presentación de los capítulos del libro asistieron funcionarios de la Cancillería, dirigentes políticos y vecinos de Marianao.

Ningún cubano olvida aquel día, cuando 570 niños y trabajadores quedaron atrapados por el fuego, y hubieran perecido todos de no ser por la rápida intervención de bomberos, milicianos, estudiantes de una escuela secundaria próxima y vecinos de la localidad, pertenecientes al capitalino municipio de Marianao.

Este lugar, expresó el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fue objeto de uno de los más crueles y abominables actos de terrorismo de los muchos de que ha sido objeto nuestro país, pero en cualquier esquina, fábrica, centro de estudio, en cualquier rincón de nuestro archipiélago, encontraremos huellas de la larga cadena de agresiones sufridas hasta el presente.

LA DENUNCIA

El capítulo I del texto, editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, sustenta con abundante información que "la enfermiza hostilidad estadounidense con respecto a Cuba reviste un carácter sui generis, en realidad único. Jamás una política exterior en contra de un país ha sido dotada de tan amplio y sofisticado arsenal de medidas agresivas en los ámbitos político, económico, cultural, diplomático, militar, psicológico e ideológico".

Dedicado por completo al Bloqueo, el capítulo IV, también publicado en folleto independiente, prueba que esa política y las acciones para ponerla en práctica, constituyen la violación más masiva y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano. En esta parte de la obra se ilustra el acoso extraterritorial ejercido por el Gobierno de EE.UU., los daños provocados a la salud, la educación, al comercio exterior y en general a la economía de nuestro país.

Alarcón recordó que desde 1959 el Departamento de Estado de EE.UU. en un documento, mantenido en secreto hasta su reciente desclasificación, definió cuál era el propósito del imperio en relación con la nación cubana: causar hambre y desesperación. También en aquel entonces al aprobarse el Programa Cuba, la dirección de la Casa Blanca advirtió que las manos de Estados Unidos (su intervención directa) deberían mantenerse ocultas. Y ese Programa Cuba es el mismo que prosigue hoy, dirige y otorga mayores financiamientos a los grupúsculos contrarrevolucionarios con el objetivo de fabricar y sustentar la llamada disidencia.

El también integrante del Buró Político reiteró que el más reciente plan del imperialismo, aprobado por el mandatario W. Bush, es, entre otras cosas, un anuncio de guerra, pues el documento deja claro que solo las experiencias estadounidenses en Afganistán e Iraq sirven de puntos de referencia de cómo podrían lograr la rápida "transición" en Cuba.

Roger Noriega, asistente del Secretario de Estado para el Hemisferio Occidental y presentador junto a Bush del mencionado Plan, ha realizado en las últimas semanas cinco declaraciones (entre el 15 de febrero y el 9 de marzo) para reafirmar en todas esas ocasiones que el Plan va y lo están aplicando. Noriega, asociado históricamente a la mafia anticubana de Miami, afirmó además que de los 29 millones de dólares destinados por Washington a la promoción de la subversión interna en Cuba, ya han entregado 14,4 millones y seguirán suministrando dinero.

RECLAMO POR LOS CINCO EN LA ONU

Mientras hechos como los descritos continúan ocurriendo, refirió Alarcón, cinco patriotas cubanos están encarcelados en EE.UU., por la sencilla razón de haber ayudado a combatir el terrorismo, del cual es víctima nuestro pueblo.

Los Cinco fueron objeto de un proceso judicial falso y amañado. La mejor prueba de esa ilegalidad la ofreció el acusador de los jóvenes, Héctor Pesquera, quien era entonces el jefe del Buró Federal de Investigaciones en Miami. Pesquera, entrevistado por la mal llamada Radio Martí, reconoció que los Cinco Héroes cubanos no habían obtenido información secreta ni habían tenido ningún plan para procurarla, es decir, las autoridades de EE.UU. carecían y carecen de pruebas para la acusación y la condena por espionaje.

Alarcón informó que este lunes la representación diplomática de Cuba en Naciones Unidas, cumpliendo instrucciones del Gobierno Revolucionario, presentó una carta al Secretario General de la ONU, Kofi Annan, para denunciar la nueva negativa de visa a las esposas de dos de esos jóvenes, presos por combatir el terrorismo (Adriana Pérez y Olga Salanueva). Ellas siguen sin poder visitar a sus respectivos cónyuges encarcelados, lo cual viola las normas del Derecho Internacional.

Naciones Unidas, comentó Alarcón, una institución preocupada por el bienestar de las personas, la cual organiza misiones justificando la defensa real o supuesta de los derechos humanos, esperamos que se interese por el derecho de esas mujeres, de los familiares de los Cinco y de ellos como prisioneros, impedidos de mantener incluso la comunicación familiar.

EL CASO DE GUANTÁNAMO

En respuesta a la prensa, Alarcón reiteró que el Gobierno de EE.UU. no tiene derecho a utilizar el territorio de Cuba para torturar a presos, como ocurre en la base militar de Guantánamo, ocupada ilegalmente.

En Cuba, sentenció, no se violan los derechos de los detenidos, ni se tortura, excepto en la base de Guantánamo. Además, ni el tratado que dio pie a la presencia estadounidense allí, le concede derecho al imperio a usar ese territorio como campo de torturas. La maniobra yanki para tratar de condenar a nuestro país por supuestas violaciones de los derechos humanos pretende que los ojos de una serie de estados miren hacia la Isla; pero que no se fijen en Guantánamo, el único lugar de Cuba donde encontrarán sobradas pruebas de vejámenes y torturas.

 

   

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