Aumenta amenaza a
los derechos humanos de los cubanos
Presenta Alarcón
textos de denuncia elaborados por el MINREX
MARÍA JULIA
MAYORAL
Dos capítulos del
libro Cuba y los derechos humanos, con abundantes pruebas
de la masiva y creciente agresión del Gobierno de Estados Unidos
contra nuestro pueblo, fueron presentados ayer por Ricardo Alarcón
de Quesada, en el edificio que sirvió de sede al círculo
infantil Le Van Tam, incendiado por los enemigos de la Revolución
el 8 de mayo de 1980.
A
la presentación de los capítulos del libro asistieron
funcionarios de la Cancillería, dirigentes políticos y vecinos
de Marianao.
Ningún cubano olvida
aquel día, cuando 570 niños y trabajadores quedaron atrapados
por el fuego, y hubieran perecido todos de no ser por la rápida
intervención de bomberos, milicianos, estudiantes de una escuela
secundaria próxima y vecinos de la localidad, pertenecientes al
capitalino municipio de Marianao.
Este lugar, expresó
el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fue
objeto de uno de los más crueles y abominables actos de
terrorismo de los muchos de que ha sido objeto nuestro país, pero
en cualquier esquina, fábrica, centro de estudio, en cualquier
rincón de nuestro archipiélago, encontraremos huellas de la
larga cadena de agresiones sufridas hasta el presente.
LA DENUNCIA
El capítulo I del
texto, editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores,
sustenta con abundante información que "la enfermiza
hostilidad estadounidense con respecto a Cuba reviste un carácter
sui generis, en realidad único. Jamás una política exterior en
contra de un país ha sido dotada de tan amplio y sofisticado
arsenal de medidas agresivas en los ámbitos político, económico,
cultural, diplomático, militar, psicológico e ideológico".
Dedicado por completo
al Bloqueo, el capítulo IV, también publicado en folleto
independiente, prueba que esa política y las acciones para
ponerla en práctica, constituyen la violación más masiva y
sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano. En esta
parte de la obra se ilustra el acoso extraterritorial ejercido por
el Gobierno de EE.UU., los daños provocados a la salud, la
educación, al comercio exterior y en general a la economía de
nuestro país.
Alarcón recordó que
desde 1959 el Departamento de Estado de EE.UU. en un documento,
mantenido en secreto hasta su reciente desclasificación, definió
cuál era el propósito del imperio en relación con la nación
cubana: causar hambre y desesperación. También en aquel entonces
al aprobarse el Programa Cuba, la dirección de la Casa Blanca
advirtió que las manos de Estados Unidos (su intervención
directa) deberían mantenerse ocultas. Y ese Programa Cuba es el
mismo que prosigue hoy, dirige y otorga mayores financiamientos a
los grupúsculos contrarrevolucionarios con el objetivo de
fabricar y sustentar la llamada disidencia.
El también integrante
del Buró Político reiteró que el más reciente plan del
imperialismo, aprobado por el mandatario W. Bush, es, entre otras
cosas, un anuncio de guerra, pues el documento deja claro que solo
las experiencias estadounidenses en Afganistán e Iraq sirven de
puntos de referencia de cómo podrían lograr la rápida
"transición" en Cuba.
Roger Noriega,
asistente del Secretario de Estado para el Hemisferio Occidental y
presentador junto a Bush del mencionado Plan, ha realizado en las
últimas semanas cinco declaraciones (entre el 15 de febrero y el
9 de marzo) para reafirmar en todas esas ocasiones que el Plan va
y lo están aplicando. Noriega, asociado históricamente a la
mafia anticubana de Miami, afirmó además que de los 29 millones
de dólares destinados por Washington a la promoción de la
subversión interna en Cuba, ya han entregado 14,4 millones y
seguirán suministrando dinero.
RECLAMO POR LOS
CINCO EN LA ONU
Mientras hechos como
los descritos continúan ocurriendo, refirió Alarcón, cinco
patriotas cubanos están encarcelados en EE.UU., por la sencilla
razón de haber ayudado a combatir el terrorismo, del cual es víctima
nuestro pueblo.
Los Cinco fueron
objeto de un proceso judicial falso y amañado. La mejor prueba de
esa ilegalidad la ofreció el acusador de los jóvenes, Héctor
Pesquera, quien era entonces el jefe del Buró Federal de
Investigaciones en Miami. Pesquera, entrevistado por la mal
llamada Radio Martí, reconoció que los Cinco Héroes cubanos no
habían obtenido información secreta ni habían tenido ningún
plan para procurarla, es decir, las autoridades de EE.UU. carecían
y carecen de pruebas para la acusación y la condena por
espionaje.
Alarcón informó que
este lunes la representación diplomática de Cuba en Naciones
Unidas, cumpliendo instrucciones del Gobierno Revolucionario,
presentó una carta al Secretario General de la ONU, Kofi Annan,
para denunciar la nueva negativa de visa a las esposas de dos de
esos jóvenes, presos por combatir el terrorismo (Adriana Pérez y
Olga Salanueva). Ellas siguen sin poder visitar a sus respectivos
cónyuges encarcelados, lo cual viola las normas del Derecho
Internacional.
Naciones Unidas,
comentó Alarcón, una institución preocupada por el bienestar de
las personas, la cual organiza misiones justificando la defensa
real o supuesta de los derechos humanos, esperamos que se interese
por el derecho de esas mujeres, de los familiares de los Cinco y
de ellos como prisioneros, impedidos de mantener incluso la
comunicación familiar.
EL CASO DE GUANTÁNAMO
En respuesta a la
prensa, Alarcón reiteró que el Gobierno de EE.UU. no tiene
derecho a utilizar el territorio de Cuba para torturar a presos,
como ocurre en la base militar de Guantánamo, ocupada
ilegalmente.
En Cuba, sentenció,
no se violan los derechos de los detenidos, ni se tortura, excepto
en la base de Guantánamo. Además, ni el tratado que dio pie a la
presencia estadounidense allí, le concede derecho al imperio a
usar ese territorio como campo de torturas. La maniobra yanki para
tratar de condenar a nuestro país por supuestas violaciones de
los derechos humanos pretende que los ojos de una serie de estados
miren hacia la Isla; pero que no se fijen en Guantánamo, el único
lugar de Cuba donde encontrarán sobradas pruebas de vejámenes y
torturas.