CUBA NO SE CANSARÁ DE LUCHAR POR UN MUNDO MEJOR

Estados Unidos carece de moral en derechos humanos

A propósitos de los Derechos Humanos

¿Dónde están las vacunas?

NICANOR LEÓN COTAYO

En los Estados Unidos se dio a conocer que la salud de miles de niños corre peligro debido a la no existencia de un conjunto de vacunas en algún lugar del país.

Un artículo del periódico The Washington Post, firmado por David Brown, dijo el domingo pasado:

(...) la reserva de vacunas para niños del Gobierno federal, concebida como protección contra escasez futura, ha sido vaciada casi completamente y no existen perspectivas inmediatas de que sea repuesta."

De dos de esos productos, que protegen contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, agregó el Post, "no existen en los almacenes de compañía alguna en ninguna otra parte. Simplemente no existen".

La reserva de vacunas del Gobierno de Estados Unidos fue creada en el año 1983 con el objetivo de tener suficientes para satisfacer las necesidades del país durante seis meses.

Su derrumbe virtual, apuntó Brown, es una vergüenza indecible para el Departamento (Ministerio) de Salud y Servicios Humanos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y los fabricantes.

Según el presidente de la Academia Americana de Pediatría, doctor Carden Johnston, "nosotros estamos dejando a nuestros niños expuestos a serias enfermedades e incluso a la muerte si no los vacunamos".

Añadió que de acuerdo con investigaciones, alrededor del 20% de los niños estadounidenses entre 19 y 35 meses de edad están atrasados con sus inmunizaciones, sobre todo los del sector más pobre.

Esto sucede en el país donde se solicitaron este año 74 900 millones de dólares para la compra de nuevo armamento, como parte de un presupuesto castrense que sobrepasa los 400 000 millones.

Parece insólito que se agiten graves amenazas sobre la salud de muchos niños estadounidenses, cuando Bush ha solicitado para el próximo año unos 500 000 millones de dólares para gastos militares en nombre de la democracia.

No es posible concebir que en las últimas elecciones realizadas en Estados Unidos se hayan gastado unos 3 900 millones de dólares y, al mismo tiempo, no se puedan garantizar allí importantes vacunas para proteger a su niñez.

Solo en publicidad televisiva y en otros medios, más en reuniones y salarios de sus activistas en esos comicios, Bush invirtió hasta octubre de aquel año 278 millones de dólares.

¿Cuántas vacunas infantiles hoy en falta se hubiesen adquirido con ese dinero? ¿Cuántas con los 80 000 millones de dólares solicitados ahora por Bush con la intención de financiar sus operaciones militares en Iraq y Afganistán?

He ahí las incongruencias sin respuestas de un sistema condenado por la realidad y de hecho por los padres y niños estadounidenses sometidos a tal desasosiego.

El 6 de mayo del 2004, Bush presentó el informe de su titulada Comisión para Asistir a una Cuba Libre, que en una de sus partes considera "resolver" la vacunación de niños cubanos.

Para lograrlo el documento establece "inmunizar inmediatamente a todos los niños menores de cinco años que estén aún por vacunarse contra las principales enfermedades infantiles en el sistema actual de sanidad".

Cinismo a granel. Los infantes cubanos son vacunados sistemáticamente con diez tipos de vacunas que ofrecen protección contra la poliomielitis, difteria, tétanos, tos ferina, tuberculosis, fiebre tifoidea, sarampión, rubéola, parotiditis, hepatitis viral B, meningitis B y C. Todo gratuito.

No en balde, una entidad privada de investigación con sede en Estados Unidos, el Centro de Información para la Defensa, reconoció en un informe que "hoy, probablemente, Cuba sea la sociedad más vacunada del mundo".

La estadounidense, atenidos a lo que corroboró The Washington Post el domingo, está muy a la zaga de tal realidad. He ahí otra muestra sobre la superioridad de un sistema, de las ideas.

   

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