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Estados Unidos carece de moral en derechos humanos

Nuevas y más escandalosas revelaciones de torturas a prisioneros en Iraq y Afganistán

LONDRES, 18 de febrero.— Militares estadounidenses desplegados en Iraq y en Afganistán ocultaron evidencias sobre torturas realizadas contra sus prisioneros, al estilo de las observadas en la cárcel de Abu Ghraib, denuncia hoy el diario The Guardian.

El rotativo se refiere a abusos cometidos por las tropas norteamericanas en el centro de detención de Bagram, cerca de Kabul, y en el de la sureña ciudad afgana de Kandahar.

La publicación tuvo acceso a miles de páginas elaboradas por investigadores militares estadounidenses sobre esas violaciones que fueron entregadas a la Unión de Libertades Civiles Americanas (ACLU), luego de una larga batalla legal.

Esos documentos demuestran que uno de los iraquíes retenido en la norteña ciudad de Tikrit, en septiembre del 2003, debió retirar su denuncia, tras ser amenazado por militares norteamericanos con permanecer encerrado indefinidamente, si hablaba.

Asimismo, fotografías de los uniformados del Pentágono que posaban al lado de prisioneros torturados en Afganistán, atacado por Estados Unidos en octubre del 2001, fueron destruidas tras la explosión del escándalo de Abu Ghraib, en abril pasado.

En los documentos entregados a la ACLU, uno de los detenidos describe cómo fue intimidado con armas, amarrado y luego apaleado con un bate para obligarlo a ofrecer informaciones que nunca tuvo.

Por otro lado, el diario recuerda que en diciembre último Estados Unidos debió reconocer que al menos ocho prisioneros murieron en cárceles controladas por sus uniformados.

Asimismo, el periódico denuncia los casos de un palestino y un jordano que después de ser liberados del centro de detención en la ilegal base norteamericana en la bahía de Guantánamo, denunciaron que fueron víctimas de humillaciones por soldados del Pentágono.

En el caso del ciudadano jordano, este describió cómo en Afganistán fue encerrado por varios días en una jaula, colgada por una soga, al estilo de las mazmorras de la época medieval.

La descripción de esos hechos destaca el carácter sistemático de esa práctica por parte de las tropas estadounidenses, tanto en Iraq como en Afganistán.

 

   

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