(22 de febrero de
2005)
A propósito
de los derechos humanos
Dilema de ser o
no ser
ELSON CONCEPCIÓN
PEREZ
Si
queremos conocer a ciencia cierta hasta dónde una intervención
militar foránea puede agudizar y no resolver un conflicto,
analicemos lo ocurrido en Kosovo, provincia de la antigua
Yugoslavia, (Serbia y Montenegro), que hoy atraviesa por el
dilema de ser o no ser.
Seis años nos
separan de aquella acción verdaderamente genocida en la que
la aviación de Estados Unidos y la OTAN mató a más de 2 000
civiles —casi 300 de ellos debido a "errores
colaterales"—, preludio de la ocupación de ese
territorio, con el pretexto de pacificarlo.
En ese año 1999
el Pentágono informó que las tropas de la Alianza Atlántica
estarían en aquel lugar entre seis meses y un año y que
luego todos los desplazados —serbios y albano-kosovares—
regresarían a sus casas, y que todo se haría con respeto a
la soberanía yugoslava.
Sin embargo, el
tipo de campamento que construyó Estados Unidos para sus
tropas acantonadas en esa zona, rápidamente fue puesto al
descubierto y denunciado ante la comunidad internacional. Las
secretas y reales intenciones estaban a la vista: instalarse
allí, o para siempre o por tiempo indefinidoÁy allí están.
Quiero recordar
algunos de los más significativos elementos de aquella agresión
a Yugoslavia, por cierto ordenada por el entonces secretario
general de la OTAN, Javier Solana.
LOS ERRORES
COLATERALES
Cuando el 30 de
mayo de 1999 la OTAN reconoció su "último error"
colateral durante la agresión a Yugoslavia, se trataba del
bombardeo al puente en Varvarin, al Sur de Belgrado, que dejó
11 civiles muertos y 40 heridos.
Era el
decimotercero de estos bombardeos a blancos errados y la cifra
de muertos por esa causa, hasta ese día, llegaba a 254
civiles, desde el inicio de la ofensiva aérea el 24 de marzo.
Una relación de
los llamados "errores colaterales" de la aviación
norteamericana y de la OTAN incluye, entre otros, los
siguientes hechos:
— 5 de abril de
1999: 17 muertos en el bombardeo a la ciudad minera de
Aleksinac, al Sur de Belgrado. El día 9 de ese mismo mes, los
habitantes de Pristina, capital de Kosovo, fueron víctimas de
un ataque contra una central telefónica, y tres días después,
varios misiles disparados contra un puente por el que pasaba
un tren en Grdelicka Klisura (Sur de Serbia) mataron a 55
civiles.
— El 14 de
abril, la OTAN bombardeó una caravana de desplazados
kosovares en la región de Djakovica, y ocasionó 75 muertos.
La Alianza argumentó que pensaba que se trataba de una
caravana de vehículos militares. El día 28, otro "error
colateral" mató a 20 personas en Surdulica, al caer los
proyectiles en una zona residencial.
— El 1 de mayo,
47 civiles fueron muertos en el bombardeo del puente de Luzane
(Kosovo) por el que pasaba un autocar; el 7 de mayo, una bomba
de racimo, destinada al aeropuerto de Nis (Sureste de Serbia)
cayó en el centro de la ciudad en pleno día y causó por lo
menos 15 muertos y 70 heridos.
— El 8 de mayo
la aviación de la OTAN bombardeó la Embajada de China en
Belgrado y mató a tres periodistas de esa nacionalidad que
pernoctaban en ella, otros 20 diplomáticos y trabajadores de
la misión asiática fueron heridos.
— El 13 de mayo,
87 albano-kosovares murieron en Korisa (Kosovo) al bombardear
la aviación norteamericana y aliada un "objetivo legítimo",
donde todos los que se encontraban eran civiles. El día 20 de
ese mismo mes, otro "error colateral" en el
lanzamiento de bombas guiadas por láser, alcanzó el hospital
Dragisa Misovic, en el barrio de Dedinje, en pleno Belgrado.
Cuatro pacientes murieron.
— El 21 de mayo,
por lo menos 19 personas murieron al ser atacada una cárcel
en Istok , y el día 22 otro bombardeo por "error" a
una posición de albano-kosovares causó siete muertos y 15
heridos. El 30 de mayo, al menos hubo 11 muertos y 40 heridos
en el bombardeo del puente de Varvarin (160 kilómetros al Sur
de Belgrado).
— El 1 de junio
de 1999, 20 ancianos murieron tras el bombardeo —también
por "error"— de un centro geriátrico en un
suburbio de Belgrado. Además causó la muerte de una mujer y
provocó heridas en otras ocho personas. (Este último acto de
genocidio se realizó, incluso, cuando ya la propia OTAN había
informado del último "error colateral)".
Lo descrito hasta
aquí es solo un resumen de lo hecho por Estados Unidos y la
Alianza Atlántica —paladines del ¿respeto? a los derechos
humanos— durante los 78 días y noches en que la población
civil de Kosovo y toda Yugoslavia fueron bombardeadas.
¿CUÁL ES LA
SITUACIÓN ACTUAL?
El uso
indiscriminado de armamentos sofisticados incluyendo bombas y
misiles recubiertos con el prohibido uranio empobrecido, y el
terrorismo de Estado que aplicaron Washington y la OTAN en
Yugoslavia, como ahora se hace en Iraq, no constituyen la vía
para pacificar conflictos étnicos históricos.
Han transcurrido
seis años y las tropas de ocupación que fueron a Kosovo por
"unos meses" todavía están allí. Los habitantes
serbios, obligados por los ocupantes foráneos a abandonar
aquellas tierras donde habían nacido, aun no han podido
regresar, ni pienso que lo puedan hacer, entre otras cosas
porque sus viviendas y tierras han sido apropiadas por los
albano-kosovares, y desde 1999 hasta la fecha más de 500 de
los que han querido volver, han pagado con sus vidas ese
intento.
En el dilema de
ser o no ser, lo más reciente en esta historia es que un
grupo de expertos europeos ha determinado que Kosovo debe ser
declarada independiente.
La secesionista
provincia serbia debe conseguir la independencia rápidamente,
con el fin de evitar una nueva guerra, dice un informe de un
grupo internacional de expertos, difundido en Bruselas y
Pristina.
La mayoría
albanesa en Kosovo tiende hacia la proclamación unilateral de
su independencia, señala el texto del "Grupo
Internacional de Crisis".
Según el
documento, ya en los próximos meses debería quedar
establecido un plazo para la independencia de esta provincia.
El plan, por añadidura,
contempla el envío de jueces internacionales, una comisión
internacional de control in situ y el estacionamiento a largo
plazo de la Fuerza Multinacional de Seguridad (KFOR), liderada
por la OTAN, léase Estados Unidos.
Eso quiere decir,
sencillamente, que en Kosovo se instalarían para siempre —¿es
que ya no lo están?— las fuerzas de la Alianza dirigidas
por Washington, y, que no quepa duda, con algún interés
geopolítico que no es precisamente mediar entre serbios y
albaneses.
No en vano, el
presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, declaró a la prensa
esta semana que esa región va a ser independiente y apeló a
Estados Unidos y la Unión Europea a que reconozcan lo antes
posible su autonomía.
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