El derecho a la
educación en Cuba
El Gobierno de la República de Cuba concede la mayor
importancia a la plena realización del derecho a la
educación de sus ciudadanos.
Desde sus primeros días, incorporó como una de las
primeras prioridades en el desarrollo de políticas y
programas, la superación de los obstáculos estructurales e
institucionales al pleno disfrute de este derecho en el país.
Una de las primeras medidas revolucionarias fue la
erradicación del analfabetismo y la creación de las
condiciones para garantizar la educación universal y gratuita
en todos los niveles de enseñanza, lo cual hoy es una
realidad.
PRINCIPIOS BASICOS
El Estado Cubano, con la participación y respaldo de las
organizaciones sociales y no gubernamentales es el encargado
de la estructuración y funcionamiento de un sistema nacional
de educación orientado al desarrollo y formación de las
nuevas generaciones en un proceso docente educativo integral,
sistemático, participativo y en constante desarrollo, que se
apoya en un conjunto de principios, que forman un sistema
íntimamente relacionado y entre los que se pueden señalar
los siguientes:
a) El principio del carácter masivo y con equidad de la
educación
La educación como un derecho y deber de todos es una
realidad en Cuba. Ello significa las posibilidades reales de
educación sin distinción de edades, sexo, raza y religioso o
lugar de residencia.
Presupone el deber de preparar a todos para la vida en un
sentido amplio.
Se ha alcanzado, de forma masiva, con equidad y calidad, el
objetivo de la universalización de la enseñanza,
inicialmente de la escuela primaria y posteriormente de la
secundaria básica, correspondiente al nivel medio, así como
el establecimiento de un sistema que abarca todos los tipos y
niveles de educación para los niños, jóvenes y adultos,
incluyendo a aquellos con limitaciones físicas o mentales.
b) El principio de estudio y trabajo
En el sistema educacional cubano la combinación del
estudio con el trabajo - variante fundamental del principio de
vincular la teoría con la práctica, la escuela con la vida y
la enseñanza con la producción -, tiene profundas raíces en
las concepciones de nuestro Héroe Nacional, José Martí,
sobre la educación, quien resumió lo más progresista del
ideario pedagógico cubano.
Martí, como sus predecesores, no sólo defiende la
enseñanza científica, sino proclama la necesidad para
nuestra América, la América Latina, de una enseñanza
científica que se sustente - como punto de partida- en la
problemática económica de países como los nuestros, cuyas
riquezas y recursos son eminentemente agrícolas.
La aplicación del principio en los diferentes niveles
educacionales aúna dos objetivos fundamentales para la
educación, uno formativo y el otro económico.
El objetivo formativo busca desarrollar una conciencia de
productor de bienes sociales; ir creando las condiciones para
eliminar los prejuicios que se derivan de la división entre
el trabajo intelectual y el manual; eliminar el
intelectualismo en la enseñanza y fomentar el interés por el
mundo circundante.
El objetivo económico se propone integrar a la producción
y al trabajo social la capacidad de centenares de miles de
escolares que, dosificando adecuadamente el tiempo de estudio
regular y la participación en la producción y en las
actividades culturales, estéticas, deportivas y recreativas,
aporte de manera concreta a su propia subsistencia
alimentaria, y a la producción de bienes materiales para la
sociedad.
c) El principio de la participación democrática de toda
la sociedad en las tareas de la educación del pueblo
Este principio, que reconoce a la sociedad como una gran
escuela, manifiesta el carácter democrático y popular de la
educación cubana, que no sólo se extiende a las diferentes
zonas y regiones del país y a todas las capas de la
población, sino también en el hecho trascendente de que el
pueblo participa en la realización y control de la educación
y en la garantía de su desarrollo exitoso.
La acción y apoyo de todas las organizaciones e
instituciones sociales y no gubernamentales en la labor
educativa, es una condición básica de la estrategia para
garantizar los niveles alcanzados y elevar la calidad de la
educación en las condiciones de período especial en tiempos
de paz, que enfrenta nuestro pueblo en estos instantes.
Esto se manifiesta particularmente en el diseño cada vez
más amplio de las estrategias educativas, de su control y en
la toma de decisiones, que alcanza todos los niveles de la
sociedad, empezando con la familia, y de los órganos del
Poder Popular, hasta la Asamblea Nacional (Parlamento).
d) El principio de la coeducación y de la escuela abierta
a la diversidad.
Se reafirma la aplicación de la práctica de la
coeducación en todos los tipos y niveles del Sistema Nacional
de Educación, con lo cual se garantiza a la mujer y al hombre
el acceso a los centros de formación en cualesquiera de las
especialidades y profesiones que ofrece dicho Sistema.
En él se refleja la voluntad del ingreso, permanencia y
trabajo por la graduación con éxito para todos, sin ningún
condicionamiento por razón de sexo, raza, religión, grupo
social o capacidad.
El enfoque de género en la Educación cubana.
El acceso de las niñas y las mujeres a la educación se
considera en Cuba un derecho elemental conquistado desde hace
cuatro décadas, pero además se ha constatado en diversas
investigaciones que el nivel escolar de la madre actúa como
una variable directamente asociada a los niveles de
aprendizaje de los hijos e hijas, siendo esta una razón
importante para que a la educación de la mujer se le preste
una atención especial.
El enfoque de género, se incluye en los programas
curriculares y de forma gradual en los libros de texto, en
este caso con mayor lentitud debido a las dificultades
existentes con los insumos para las nuevas ediciones. A pesar
de esas limitaciones, se ha incrementado en los programas de
superación, capacitación y pos grado.
Para ello el Ministerio de Educación elaboró un convenio
conjunto con la organización Federación de Mujeres Cubanas,
donde se promueven diferentes acciones, entre ellas la
investigación y la promoción en las escuelas del enfoque de
género, desde el diseño de una educación no-sexista que
llegue hasta el modo de vida de la escuela y el sistema de
actividades y relaciones que paulatinamente contribuyen a
socializar y conformar la subjetividad de los y las
estudiantes.
e) El principio de la atención diferenciada y la
integración escolar.
La Educación cubana trabaja, a partir de un diagnóstico
profundo del niño o niña, de su familia y entorno y de cómo
interactúa con él, por la atención diferenciada a los
escolares, de acuerdo con sus necesidades y posibilidades,
tomando en consideración las ayudas y estimulaciones
oportunas que cada cual requiere, promoviendo siempre su
máximo desarrollo y nunca la exclusión o la segregación en
la atención educativa.
En la escuela, que es el centro más importante de la
comunidad, se produce la acción de las diferentes agencias
educativas, que velan por atenuar los efectos sociales ajenos
al fin de la Educación y promover las condiciones educativas
más favorables para el pleno desarrollo de cada individuo, en
su contexto y realidades.
Cada vez más, en la escuela cubana, se promueve el
tratamiento a los niños con necesidades educativas
especiales; en el caso particular de aquellos con
discapacidades, se trabaja de manera que estos se eduquen en
el contexto natural de la escuela primaria y que sólo estén
en instituciones educativas especializadas por el periodo de
tiempo requerido para su integración a otro centro común.
Especial atención se brinda en todos los niveles del
gobierno al fortalecimiento del trabajo encaminado a lograr la
integración amplia de todos los ciudadanos sin excepción a
la vida social y a las posibilidades de trabajo.
f) El principio de la gratuidad
La enseñanza es gratuita en todos los niveles. El Estado
mantiene un amplio sistema de becas para todos los estudiantes
y proporciona múltiples prioridades de estudio a los
trabajadores a fin de alcanzar la universalización de la
enseñanza.
PRINCIPALES LINEAS DE ACCION EN EL DECENIO
Es en la escuela y organizado por ella, donde se produce
fundamentalmente el proceso de educación y socialización de
las nuevas generaciones.
La escuela debe promover, sobre la base de un diagnóstico
de las necesidades educativas y sociales de cada niña y
niño, familia y grupo social, las acciones preventivas y
pedagógicas que se requieran para alcanzar los fines
educativos.
El director de escuela tiene que ser el principal cuadro de
dirección en el sistema educacional.
La introducción de cambios en la concepción, métodos y
estilos de trabajo más democráticos en las escuelas.
El perfeccionamiento del principio del estudio - trabajo.
El incremento de las vías no formales en la educación
comunitaria.
La optimización del proceso docente educativo. Se trata de
organizar la superación y recalificación que cada cual
necesita.
Como un método idóneo de trabajo con las estructuras de
dirección se realiza el Entrenamiento Metodológico Conjunto.
Pasa a un primer plano la actividad científica en la
solución de los problemas, organizada por los Consejos
Científicos Territoriales.
Las direcciones provinciales de Educación, conjuntamente
con los institutos superiores pedagógicos, conciben y dirigen
los entrenamientos metodológicos conjuntos, como vía de
elevar la efectividad del trabajo metodológico.
Los institutos superiores pedagógicos son los encargados
de organizar, a partir del diagnóstico de la idoneidad de los
cuadros y docentes, las actividades de superación y postgrado
En este proceso, los centros formadores de maestros se
responsabilizan con la preparación científica de las
estructuras de dirección y los cuadros docentes y con toda la
labor metodológica de la provincia.
CUESTIONES DE INTERES
Se ha profundizado en la labor sistemática que realiza el
sistema educacional para formar, desarrollar y fortalecer
valores éticos esenciales, de modo que se incorporen
conscientemente a la vida de alumnos y alumnas. El
perfeccionamiento educacional se ha consolidado sobre la base
de los valores de igualdad, equidad, no discriminación,
solidaridad, honradez, honestidad, amor al trabajo socialmente
útil, el respeto a las personas de edad y la ayuda a los
discapacitados, el cuidado de la propiedad social y del medio
ambiente.
En lo que se refiere a la atención educativa de los
derechos de la infancia y la adolescencia, un lugar importante
lo tienen los programas de educación comunitaria de carácter
nacional por vías no formales "Educa a tú Hijo" y
"Para la Vida",que antes mencionamos, los que, entre
otros, toman como marco para su trabajo las referencias a la
Convención sobre los Derechos del niño, aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en Noviembre de 1989.
Ambos programas son apoyados por UNICEF y tienen un valor
significativo pues fortalecen el sistema de influencias que en
materia de conocimientos acerca de los derechos de la infancia
reciben los alumnos a través de las asignaturas curriculares,
cuando éstos ingresan a la escuela.
El Programa "Educa a tu Hijo" ha reforzado las
acciones comunitarias dirigidas a reafirmar y consolidar
aquellos valores y prácticas en las familias que garanticen
la igualdad, equidad y el respeto a los derechos de los niños
y las niñas. En este programa se atienden actualmente (datos
de l998), 614,592 niños y niñas, que representan el 70 % de
la población comprendida entre 0-5 años de edad. En
particular, en las zonas rurales se continúa ampliando la
cobertura, con un total de 12,000 grupos no formales, que
representan el 46,16% del total (26,426).
El 100% de la población comprendida entre 5 y 6 años de
edad (1,588 niños y niñas en grado preescolar),
pertenecientes a zonas rurales intrincadas, es atendida. El
51.4% son niñas.
El programa "Para la Vida", sigue siendo una vía
para fortalecer a la escuela como el centro cultural más
importante de la comunidad, que permite colocar acciones
educativas en diferentes escenarios sociales, sobre temas muy
sensibles para contribuir a preservar el derecho al sano
desarrollo y a la protección de niños, niñas, adolescentes
y jóvenes como son: la educación familiar y para la
convivencia, la educación para la salud y sobre el cuidado y
protección del medio ambiente, aspectos todos refrendados en
el documento de la Convención sobre los Derechos del niño,
aprobado en Naciones Unidas. El 95 % de las instituciones
educacionales avanzan en el desarrollo del programa, lo que
contribuye al fortalecimiento de la educación en valores de
los niños y niñas y a la preparación de las familias para
ello. A esto se une el trabajo de las Cátedras "Para la
vida", en las 7 Universidades Pedagógicas que las han
constituido.
La difícil coyuntura que afectó al pueblo cubano en la
década de los 90, determinada por acontecimientos tales como
la desaparición del llamado bloque de países socialistas y
el recrudecimiento del bloqueo económico y de la política de
hostilidad de los EEUU contra Cuba, ha producido una aguda
transformación en los escenarios donde tiene lugar la
educación de los alumnos y alumnas.
A fin de dar continuidad al perfeccionamiento del Sistema
Educacional Cubano y en correspondencia con los profundos
cambios económico-sociales del país en la década de los
años 90, y los propios retos del mundo contemporáneo, se
realizaron en esta misma etapa un grupo de investigaciones de
carácter pedagógico dirigidas a la búsqueda de nuevas
estrategias que pusieran más en el centro la actividad de
directivos, docentes, alumnos y alumnas, como agentes
protagónicos de los cambios educativos.
La formación de docentes en Cuba ocupa un lugar
priorizado, pues en la base de su proyecto social
revolucionario está la educación
La experiencia de los planes iniciales de formación de
maestros desde inicios del triunfo revolucionario tenía en su
esencia, entre otros aspectos, el estudio, el aprendizaje
desde la realidad escolar, el ayudarse mutuamente; principios
que hoy mantienen su plena vigencia en los planes actuales de
formación.
Las tareas actuales dirigidas a continuar incrementando la
calidad de la educación han estado muy asociadas a la
formación de recursos humanos, a elevar su nivel de
profesionalidad. A tales efectos se redefinieron y definieron
principios generales sobre los cuales se estructuraron nuevos
planes de estudio, puestos en vigor desde 1992.
Estos principios enfatizan en primer lugar en lograr en los
futuros docentes una sólida preparación ideológica,
patriótica y ciudadana, a fin de que sean portadores de
profundos valores morales en correspondencia con los altos
ideales humanos de la Revolución; aspectos que son esenciales
en la formación de su personalidad por la responsabilidad
social que asumen con respecto a la educación de las nuevas
generaciones.
Se insiste en la necesaria preparación pedagógica,
psicológica y sociológica que fomente en los docentes modos
de actuación profesional, que les permita dirigir con
efectividad su labor docente- educativo, con énfasis en:
- el diagnóstico de cada escolar, de manera que a partir
de su caracterización pueda dirigir con eficiencia el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
- un proceso de estímulo de las potencialidades humanas.
- el trabajo con la familia y la comunidad.
- el diseño de planes de estudio que faciliten su
actualización y ajuste con flexibilidad a las condiciones
concretas de los centros donde trabaja.
Para poder dar cumplimiento a estos preceptos
constitucionales, se incrementó sustancialmente el número de
escuelas: de 7,674 que existían antes del triunfo de la
Revolución (Curso 1958-59), a 12,442 en el actual; el
personal docente aumentó de 22,800 a 250,000, lo que sitúa a
Cuba como uno de los países con mejor indicador de habitantes
por docente (42 habitantes por docente), mientras que la media
mundial es de 103.
En nuestro país no solo el 100% de los niños están
escolarizados, sino que la inmensa mayoría de las escuelas
garantizan la doble sesión, es decir, de 6 a 7 horas de
permanencia diaria, durante 220 días lectivos en el año, uno
de los más altos del mundo.
Por otra parte, el Estado presta especial atención al
desarrollo de las denominadas Escuelas Especiales para atender
a los niños con necesidades educativas especiales, en la
mayor medida posible y según sus aptitudes individuales, para
que además de valerse por sí mismos, se incorporen a la vida
en sociedad.
El Sistema Nacional de Educación Cubano desarrolla además
un amplio sistema de becas que se otorgan por interés social,
necesidades de especialidades y por razones económicas de los
estudiantes, entre otros factores; todo lo cual contribuye a
extender la cobertura de estudios y educación de toda la
población en edad de escolarización.
Para los casos que excepcionalmente en nuestra sociedad
resulten ser niños abandonados y sin familiar alguno, son
atendidos por instituciones del Estado, en hogares con
regulaciones consecuentes para estos fines, que se asemejen a
su hogar.
En los últimos años, se han desarrollado acciones
focalizadas de educación en la comunidad, dirigidas al
trabajo educativo preventivo y la atención en general a
niños en desventaja social, bajo la concepción de fortalecer
a la escuela como el centro cultural más importante de la
comunidad, favoreciendo así a las familias de estos alumnos.
La atención ha sido priorizada para las familias de niños y
niñas en edad preescolar y de los adolescentes y, de aquellas
que son generadoras de riesgo y desventaja social para sus
descendientes.
La formación de ciudadanos solidarios y responsables,
respetuosos de sus semejantes, amantes y defensores de la paz,
de los derechos del hombre y de la democracia ha sido objetivo
permanente de la política educativa cubana. Ello no es fácil
de lograr inmersos como estamos en el problema global
fundamental de la contemporaneidad: el acentuado desbalance de
los niveles de desarrollo económico, social y cultural entre
regiones y países y dentro de los propios países, causa
fundamental de la violencia en que muchos pueblos viven.
Cuba asume este reto de creación de una verdadera Cultura
de Paz como parte de su proyecto social revolucionario, al que
hemos hecho referencia en este documento.
En estos momentos se trabaja para elevar a planos
superiores el papel de la cultura, en sus expresiones
científica, tecnológica, artística, pues ésta es proceso y
resultado de la actividad humana en condiciones sociales de
existencia. La cultura crea valores, que se expresan en
objetos materiales, en conductas y concepciones que sirven de
base a la cohesión de grupos y colectivos sociales en
diversos niveles y se apoya en la creatividad humana. Entender
la cultura y los valores como creaciones humanas y la
educación como proceso de interiorización por el ser humano
de la cultura y los valores acumulados a través de la
historia, tiene honda significación para los educadores, que
se hallan ante el reto de contribuir a la formación de
generaciones que deben movilizarse con urgencia para asimilar
y difundir valores que permitan salvar al mundo de la crisis
de inequidad que amenaza con destruirlo.
Bajo esta concepción trabaja en estos momentos el sistema
educativo cubano, en un complejo escenario económico y bajo
circunstancias por todos conocidas. La labor que hoy llevamos
a cabo en toda Cuba en defensa de los derechos humanos, la paz
y la democracia alcanzados por el pueblo con el triunfo de su
Revolución, es reflejo de como su sistema educativo ha
influido en la formación de una sociedad más justa y
equitativa.
Tomado de: