En primer lugar se reconoce que la situación que
plantea el compañero es cierta y se manifiesta en diferente magnitud
en algunos de nuestros centros, como también es el criterio de
nuestros colectivos de dirección y trabajadores que esta es una
situación que no podemos permitir, por todas las consecuencias
negativas que trae consigo, por ello se han estado aplicando en
diferentes momentos medidas para enfrentarla sin que hayamos
conseguido el efecto necesario.
El director del Hospital Enrique Cabrera se
entrevistó con el compañero Álvarez Padrón con el que se produjo un
rico intercambio sobre el tema, sus causas, consecuencias y todas
las acciones que estamos realizando en nuestras instituciones para
modificar esta situación.
Los planteamientos de la carta y el hecho en sí,
fueron discutidos en ambas instituciones mencionadas —hospitales
Enrique Cabrera y Salvador Allende—, con sus colectivos laborales.
Los directores de todos los hospitales fueron
convocados a la discusión del tema y al enfrentamiento al mismo,
analizándose las causas y condiciones, así como la decisión de
combatirlas desde nuestras instituciones y servicios y a partir de
las acciones de nuestros trabajadores, para mantener el ambiente de
orden y disciplina que debe primar en las instituciones de salud.
A partir de estos análisis se inició un programa de
acciones:
1. Discusiones con los jefes de servicios, salas y
departamentos con los que se analizaron las medidas y la
responsabilidad individual y colectiva para cerrarle el paso
definitivamente a esta práctica ilegal.
2. Aplicar en los hospitales las medidas propuestas
y aprobadas por la dirección del Ministerio:
· Fijar en los colectivos laborales la
responsabilidad de cada trabajador.
· Establecer la responsabilidad de los jefes de
servicio, salas y departamentos en no permitir dicha práctica en su
unidad organizativa.
· Exigir que la guardia obrera y la protección
física desempeñen su papel y no permitan la entrada de vendedores a
los hospitales.
· Establecer las coordinaciones con la Dirección de
inspecciones del Consejo de la Administración Provincial (CAP), la
PNR y las organizaciones de la comunidad para actuar sobre los
vendedores que se ubican en los alrededores de las instituciones.
· Incorporar a las acciones de control la detección
y eliminación de cualquiera de estas manifestaciones en recorridos
en diferentes horarios, supervisiones, encuestas de opinión,
reuniones con pacientes y familiares.
3. Por parte de la Dirección Provincial incorporar
este tema a los controles sorpresivos que se realizan a nuestras
instituciones.
En reunión efectuada en el CAP el 11 de abril se
incluyó en las regulaciones de las áreas para el trabajo por cuenta
propia la no autorización de las ventas en los alrededores de los
hospitales.
La decisión de nuestros cuadros y trabajadores es
dar la batalla para enfrentar esta actividad en nuestras
instituciones en consonancia con el ambiente de orden, higiene y
disciplina que debe reinar en nuestros hospitales.
Teniendo en cuenta que esta es una tarea que su
enfrentamiento no compete solo a nuestros trabajadores, pero de la
que somos los máximos responsables, consideramos que es necesario
una vez más pedir la cooperación de todo nuestro pueblo en el
combate revolucionario, para no permitir que proliferen los
vendedores en nuestras unidades, seguros de que unidos en esta
batalla lograremos desterrar esa fea imagen de las instituciones.
Doctor Alfredo González Lorenzo
Director Provincial de Salud La Habana
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