Publicadas el 28 de agosto de 2009

Respuesta del Museo Nacional de Bellas Artes

Sumándonos a la sanción social publicada en la carta: Un lamentable "baño público", relacionado con el edificio de Arte Universal, que fuera restaurado íntegramente y adecuado para uso museístico, donde se exponen colecciones permanentes, exposiciones temporales y posee espacios para actividades artísticas, cafetería, tienda, almacenes de obras y talleres de restauración, pretendo examinar algunos aspectos.

El exterior de este Museo acoge golondrinas, por él transitan, se resguardan de la lluvia o del sol cubanos y turistas de todas las edades, profesiones y condiciones, en ocasiones, se trasladan los integrantes de la peña deportiva, forman los grupos de escolares y nos llega el salitre que junto a las huellas del tiempo en su decursar y el tránsito vehicular inciden en la conservación de la higienización que debidamente se realiza de las áreas exteriores, a lo que se suma pasar por similares avatares que el resto de las entidades y pobladores de la zona, con el suministro del agua y materiales.

Todo afecta nuestras áreas, pero el mayor daño es el que infringen quienes no tienen ubicado al Museo, importante musa de la memoria, en un adecuado lugar en su escala de valores. Respetar la realidad, respetarse a sí mismo, permitirá que el hombre pueda controlar sus instintos arcaicos, pero aún nos falta para alcanzarlo y son las acciones depredadoras que algunos realizan aún conociendo que en el Museo se protegen y conservan exponentes que conforman el patrimonio artístico de su nación, lo que más puede afectarnos y los que así actúan violan lo refrendado en el Artículo 64 de la Constitución que establece como deber cuidar la propiedad pública y social.

Aceptamos los señalamientos que sobre el actuar del Museo se realicen, consecuentes con nuestras fallas y sabiendo que no se nos reconoce de igual manera por lo interior y lo exterior, por lo que las posturas referidas seguirán atendiéndose por los que laboramos en él, con el necesario apoyo de los agentes de la comunidad anfitriona y los medios de difusión, pues solo así encontraremos las variantes que faciliten hacer coincidir valores existentes con deseados en el comportamiento cotidiano y proscribir estas desviaciones de la conducta que llegan como pasajeros, se hospedan como huéspedes y pueden quedar como amos.

Oponernos a lo que atente contra el bien público es nuestro deber y esto incluye nuestros exteriores, en los que se evidencia la necesidad de incorporar la presencia preventiva de los Agentes de Seguridad de la Empresa SEPSA (custodios para algunos), que aunque hayan sido cuestionados, la mayoría se conduce con profesionalidad, responsabilidad y sentido de pertenencia, lo que permite proteger la integridad de las colecciones expuestas y almacenadas, sin tener que enfrentar daños, que es su principal misión en nuestra institución desde el 2001.

Por último, sugiero desestimar el comparar los exteriores del Museo con un "baño público", modestamente lo sugiero porque aparece como propuesta para frenar actuaciones como las cuestionadas, de lo contrario la idea emergería sancionada y en cualquier institución pública: sea museo, restaurante, banco, escuela, centro comercial o "baño público", el cubano debe encontrar un ambiente de limpieza y comodidad, que ayude a que se comporte como pretendemos, solo así pondríamos en práctica lo que señala el Maestro "¼ ir a lo mejor de la gente porque si no, lo peor prevalece".

Regla M. García Henry
Vicedirectora General

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