El viernes primero de Mayo cuando regresé del
desfile a mi casa, leí el Granma de ese día y encontré en la
página 9 en Cartas a la Dirección, la queja de un usuario
nombrado O. Rodríguez Rivero de Cascorro, con el título: Copextel
en Guáimaro ¿Calidad en los servicios?, el cual criticaba, con
toda justeza, el haber ido el lunes 20 de abril (11 días antes de la
fecha en que leo el periódico) a la sede de Copextel en Guáimaro,
donde la recepcionista (agrego, y facturadora) de todos los
servicios que prestamos le informó al usuario "¼
que no se prestaban servicios ese día porque los técnicos estaban
todos para Camagüey (capital provincial) por disposición del
gerente".
Ese compañero llevó una lavadora Vince que había
traído rota desde Cascorro (poblado a 20 km de allí) ese lunes 20 de
abril, pero a pesar de conocer que los lunes y viernes se reparaban
los equipos de la población, ese día (lunes) los técnicos no estaban
allí.
Las interrogantes y afirmaciones que se hacen por el
afectado no las voy a detallar. Las considero justas y vamos a
trabajar cada día con más ahínco, certeza, eficiencia y sensibilidad
hacia las necesidades de nuestro pueblo para que no haya que
señalárnoslas de nuevo. ES LA ÚNICA OPCIÓN ANTE UNA CRÍTICA JUSTA.
Solamente voy a contestar la última interrogante:
¿QUIÉN RESPONDE POR EL MALTRATO AL PUEBLO?¼
y la respuesta: RESPONDO YO Y RESPONDE MI COLECTIVO PORQUE ES
NUESTRO DEBER Y ENTERAMENTE NUESTRO, EL ERROR COMETIDO.
Se nos fue de la mano el problema y en medio de los
televisores, computadoras, videos, paneles fotovoltaicos, bebederos,
cajas de agua, cocinas, refrigeradores, aires de ventanas, cámaras
frías, etc., que suman cerca de 5 000 equipos en Guáimaro,
diseminados por escuelas, hospitales, entidades estatales y la
población de un territorio de 1 869,46 km ² , uno de los más
extensos del país, y cerca de 60 000 habitantes, solo con cuatro
técnicos incluyéndome a mí para atenderlos, en medio de todo eso,
repito: NO FUI CAPAZ DE HACER LA SALVEDAD de que ese técnico que
atendía a la población ese día, no fuera a la citación de la
provincia.
Quiero agregar que tengo la indicación de la
Dirección de la Corporación de no afectar en ningún caso a los
técnicos que atienden a la población, lo que incrementa la magnitud
del error cometido.
No obstante deseo aclarar que nada, ni siquiera
parecido a esto, con los casi diez años que tiene de creado Copextel
de Guáimaro, nos había ocurrido, a pesar de disponer de una sola
camioneta para esa tarea, lo que no resta peso a la queja, ni razón
a la crítica, por todo lo cual estoy obligado a decir que se tomaron
medidas disciplinarias con nosotros, que aceptamos con la convicción
de no caer jamás en otro error, ni parecido a este.
De la misma manera en honor a lo justo y a lo
cierto, la compañera recepcionista-facturadora le recomendó al
compañero y a su esposa que dejara la lavadora en Copextel Guáimaro
para arreglársela y llevarla de vuelta después, lo cual no hizo, y
siete días después de haber venido a Copextel Guáimaro llegaron de
nuevo a nuestra sede y el mismo técnico que, cuando no tiene equipos
de la población arregla los de las escuelas y otros que antes
enumeré, apartó un video de una escuela y solucionó la mencionada
lavadora que SOLO TENÍA UN FUSIBLE ROTO. Esto sucedió sin nosotros
conocer la publicación de la queja en Granma.
Además de todo esto, el sábado 2 de mayo, junto con
la presidenta del Consejo Popular y diputada a la Asamblea Nacional,
el secretario del núcleo nuestro y el de la sección sindical nos
presentamos en Cascorro en la casa de O. Rodríguez Rivero, médico
internacionalista que ya no se encontraba en el hogar por cumplir su
noble y desinteresada misión y le ofrecimos disculpas a su familia
por el error cometido y el daño causado.
Así tratamos de responder al afectado, a Granma
y al pueblo.
Creo justo decir que la colaboración que esta
sección de Cartas a la Dirección hace al bienestar y a la
felicidad de nuestro pueblo, es inestimable.
George Luis Pérez Leyva, Representante de
Copextel en Guáimaro, Municipio de Guáimaro