Una información sobre los diccionarios
El Centro de Lingüística Aplicada del CITMA en
Santiago de Cuba ha concluido la tercera edición del Diccionario
básico escolar, obra dirigida a los escolares y pueblo en general,
la cual ya fue entregada al Instituto Cubano del Libro a través de
la Editorial Oriente.
Confiamos en que esta edición esté impresa para la
XIX Feria Internacional del Libro 2010 y tanto usted como el resto
del pueblo pueda adquirirla.
Deseo comunicarle que nuestra institución ha
publicado también el Diccionario escolar ilustrado, dirigido a los
estudiantes de segundo a cuarto grados de primaria.
Ambos diccionarios contribuyen al mejor conocimiento
de la Ortografía y al significado de las palabras por parte de los
escolares y pueblo cubanos.
Atentamente,
Dr. Leonel Ruiz Miyares
Director
Centro de Lingüística Aplicada.
CITMA. Santiago de Cuba
El uniforme en la disciplina laboral
Me decido a escribirles para tratar un asunto que
creo debe estar incluido en la disciplina laboral, se trata de lo
que con tanto esfuerzo se ha logrado en cuanto a la imagen de los
trabajadores: el uniforme.
Con mucho pesar podemos observar el mal uso que se
les da. Si hacemos una encuesta vemos que un por ciento muy bajo de
los centros de trabajo que tienen ese privilegio lo usan, o lo
utilizan de forma parcial, o sea la saya con otra blusa o zapatos
inadecuados. Otro aspecto es que un uniforme laboral debe mantener
las medidas adecuadas, tal es el caso de las faldas que en ocasiones
son cortadas a la mitad.
El pasado día 19 visité el banco del Focsa y dos
empleadas de las mesas de comercial tenían menos de 25 cm de saya,
una de ellas trabajaba solo con la mano derecha porque la otra tenía
que ubicarla entre sus piernas para no mostrar su ropa interior, y
la otra ocupó mas tiempo en bajarse su minifalda que en atenderme. Y
todo esto con la mirada de una empleada sentada frente a ellas con
una placa que decía "Supervisor de negocios" y ¿quién supervisa
estas cosas? Sin embargo, he de mencionar que el custodio y el
compañero que atienden la puerta estaban debidamente uniformados y
con un trato excepcional.
Yo me pregunto: ¿dónde está la exigencia
administrativa ante esa indisciplina? El país invierte cuantiosos
recursos para lograr la imagen de esos centros laborales y los
administrativos permiten que sencillamente se anule ese logro.
Otra cosa son los muebles mal ubicados, las
calcomanías en los medios de trabajo, por ejemplo, esa misma
empleada que nos atendió tenia una calcomanía de un anuncio de un
hombre en calzoncillos en plena caja de seguridad, ¿es esa su casa
para semejantes decisiones?
Por favor, hago un llamado a la cordura. Disciplina
no es solo marcar tarjeta a la hora indicada, también hay que tener
en cuenta la vestimenta y otros múltiples aspectos.
G. Paz
Aplicar lo que cada cuestión exige
Partiendo del titulo seleccionado en el tema
abordado por el compañero R. Guerra González el pasado 25 de
diciembre denominado Un Criterio para Disentir, me permito emitir
mis consideraciones acerca del asunto analizado por varios
compañeros relacionado con las trasformaciones económicas que deberá
adoptar el Estado, como parte del proceso de perfeccionamiento de
nuestra economía y nuestro sistema social.
Es evidente que nuestra dialéctica y los momentos
actuales requieren de un cambio, el protagonismo y el voluntarismo o
los llamados conceptos y eslogan han de quedar atrás, en cada
momento ha de aplicarse lo que cada cuestión exige y lo más
beneficioso para esa ocasión. Si en el año 1968 se aplicó la
Ofensiva Revolucionaria existían razones que la justificaban pues
los que ya somos más viejos no podemos olvidar que algunos
comerciantes acaparaban los productos más demandados por la
población para crear un clima de inseguridad y desconfianza. Los
tiempos han cambiado, la economía se ha trasformado y se requiere,
como expresó Fidel en su concepto de Revolución, cambiar todo lo que
debe ser cambiado...
Solo quiero expresar un criterio que ratifica lo
planteado por Raúl en la Asamblea Nacional cuando expresó: "Este
país no puede darse el lujo de soportar gastos que es capaz de
sustituir con la producción". Preguntémonos: ¿cuántos
millones de pesos ha tenido que ajustar el país, inclusive en los
momentos más florecientes de nuestra economía, por concepto de
mermas, deterioro y faltantes en el Sector del Comercio y la
Gastronomía? Es imposible que el aporte del pueblo, el sacrificio
del pueblo, el trabajo del pueblo continúe subvencionando las
deficiencias y las irresponsabilidades de quienes tienen la
obligación de haber cuidado los recursos del pueblo, para que el
Estado disponga de recursos más holgados para cumplir con su
objetivo esencial: la satisfacción siempre creciente de la sociedad.
Dejemos de seguir pensando en sistemas ya obsoletos
y apliquemos los verdaderos principios que sustentan la base del
socialismo. Nuestro país no puede continuar creyendo que estamos en
una urna de cristal y actuar por lo que dirán nuestros enemigos. Ya
hemos adoptado medidas y nuestro socialismo ha continuado su línea,
por ejemplo: despenalizamos el dólar, hicimos apertura en el sector
turístico, abrimos nuevos negocios a empresas mixtas , comenzamos la
entrega de tierras en usufructo, y el país ha avanzado. Por qué
temerle a otras ideas, si el Che expresó ya hace algún tiempo que de
ese sistema tenemos que aprender mucho.
No podemos continuar enclaustrados en los viejos
conceptos que lo que han hecho es acomodar a muchos a este modelo
para no trabajar, para buscar siempre justificaciones a los
problemas y echarle la culpa al enemigo. El enemigo somos nosotros
mismos que no somos capaces de plantear, luchar y combatir las
deficiencias que requieren soluciones más aventajadas para
perfeccionar nuestro socialismo. Ni los teóricos del capitalismo
concibieron nunca que la pequeña propiedad debiera estar en manos
del Estado, esta debía ser privada para lograr el beneficio de la
población y la motivación al desarrollo. Concluyo con lo expresado
por nuestro Máximo Líder de la Revolución cuando expresó: "Nuestro
principal error es que nos creímos que sabíamos construir el
socialismo".
R. D. Macías Pérez
“Mucho tiempo en las colas” ¿es necesario?
Resido en Versalles, La Lisa, y lo que critico estoy
seguro que pasa en otros lugares y es la incapacidad administrativa
y la insensibilidad de las administraciones y empresas por accionar
para que las colas fluyan más rápido y estemos menos tiempo en
ellas.
Hoy me pasé 2 ¼ horas para pagar la luz. En general
en 196 y 45, la empresa eléctrica mantiene una sola cajera, teniendo
otra ventanilla sin cubrir para atender al personal, con un aviso de
quiénes deben pasar por ella, o lo que es igual que tienen una
organización que no cumplen y el local espacioso no tiene bancos
para sentarse. Súmele a esto el frío de días pasados y que la
mayoría de las personas son de la tercera edad y el que trabaja
tiene que perder medio día o el día de trabajo, afectando la
productividad de su centro.
Esto pasa además en la unidad de ETECSA en 190 y 39,
donde también hay una sola compañera para cobrar y existen más mesas
sin personal para esto y en el Correo también, porque hay tres
ventanillas y siempre hay una o dos vacías, por lo que los días de
cobro se ven grupos de jubilados que hacen colas desde por la
madrugada.
Este problema está a la vista y acentúa las
complejas condiciones de vida y hacen aparecer más crítico y
negativo el funcionamiento administrativo de nuestras empresas y el
modo de vida. Ya que las colas hay que hacerlas para todo, entonces
¿por qué no hacer que fluyan más rápido?
¿Es que tengo que quejarme por de-satención al
consumidor, cuando están viendo el fenómeno?
Oí mucho comentario negativo e irritador, al punto
que un anciano invitaba a los que estábamos en la cola a entrar
todos a la dirección de la Empresa Eléctrica a quejarse, lo que pudo
crear un desorden.
Considero que sería bastante aleccionador y
ejemplarizante ponerle como medida a esos administradores ocupar las
plazas de cajeros durante tres meses y que fueran sustituidos en
estas plazas los que forman la Comisión de Desatención al
Consumidor.
Hay que acabar con la impunidad y la inercia y ser
aleccionadores en las medidas si queremos resolver los problemas.
Saludos,
J. Mayano Rodríguez
Para salvar nuestro socialismo
En este espacio de opinión, salen a menudo criterios
contrapuestos sobre una supuesta privatización en nuestro país. Y lo
sorprendente es que algunos compañeros defienden el status quo
actual, como si no hubieran vivido estos últimos 42 años en Cuba.
Asumen una posición ingenua de quien está en el bosque y no ve los
árboles, y claro está, prefieren seguir nadando contra la corriente
como si toda una vida no fuera suficiente para comprobar un rumbo
equivocado e hicieran falta más generaciones, para que corresponda a
otros, secularmente después, confirmar el error.
En el orden ético, yo soy partidario de la propiedad
social por encima de cualquier otra, pero cuando se trata de una
propiedad estatal de verdad, en que tanto los gastos como los
beneficios corresponden por entero al Estado.
En la situación que tenemos, no se trata de
privatizar nada porque en la práctica ya ocurrió, pero no de una
manera racional y pensada, sino anárquica y perversa. ¿Qué clase de
propiedad social son los centros de servicio y gastronomía en que
los gastos corresponden al Estado, mientras los beneficios, con todo
tipo de orígenes fraudulentos e ilegales, van a parar a los
bolsillos de quienes trabajan en ellos como depredadores de la
población y el Estado?
No sé qué pagarán, por ejemplo, estos compañeros por
un pelado, que oficialmente son 80 centavos y todo el mundo paga 10
pesos, o por un ponche cuyo precio oficial es de 60 centavos y hay
que pagar 10 pesos o más según sea el tipo a realizar. Y si no
conocerá que en los centros de servicios de gastronomía, bodegas,
carnicerías, de viandas y vegetales, reparadoras de todo tipo, los
bienes del Estado no se utilizan para servir a la población sino
para lucrar los que trabajan allí de manera impune y desvergonzada.
Tenemos que liberarnos de estereotipos que hemos
sedimentado a lo largo de tantos años, en que la propiedad privada
aparece demonizada de manera absoluta. La propiedad, sea privada o
estatal, cuando está en función social es válida. Culpar a la
propiedad privada en general de regresar al capitalismo y por tal
motivo obviarla, es como calificar a la máquina de vapor también de
capitalista por haber propiciado el desarrollo de este sistema
cuando la revolución industrial.
Además, hay otras formas superiores de organización
social como la cooperativa, que puede ser en muchos casos una opción
conveniente. Pero la individual, bajo formas de regulación y control
estatal, en que la fuente de los recursos sea el Estado mismo y no
canales fraudulentos e ilegales, puede contribuir también al
desarrollo social y económico, beneficiando a la población al
ampliar las posibilidades de oferta de servicios de todo tipo y,
adicionalmente, convertir de virtuales delincuentes en ciudadanos
dignos a tales productores.
¿Qué representaría para el Estado la eliminación de
la actual farsa de propiedad estatal?, pues nada menos que la
eliminación de un gasto colosal de salarios, seguridad social, un
enorme aparato burocrático y consumos materiales enormes de
imposible recuperación, que aliviarían el presupuesto nacional
significativamente.
En última instancia se pretende ser fieles al
marxismo como algo forzado, pero en realidad lo que ocurre es que se
ha creado una ideología ajena al marxismo. El materialismo histórico
establece que la base económica determina su superestructura, es
decir, la organización económica, feudal, capitalista, etc., genera
su propia superestructura, que entre otras cosas incluye hasta
conceptos espirituales como el de la moral. Me pregunto qué moral se
supone que esté surgiendo del tipo de propiedad estatal que tenemos
en que los bienes del Estado se utilizan para el lucro y el saqueo a
la población.
¿Quién que no viva en nuestro país, y sea un
ciudadano de a pie, puede ignorar cómo se ha desencadenado un
individualismo feroz, en que ha renacido no un lobo del propio
hombre, sino una hidra que lo abarca y prostituye todo? ¿A qué
llaman "luchar" los que habitan este submundo marginal de la
propiedad estatal?, pues a robarle al Estado, así de sencillo, como
si los bienes de la nación fueran una carroña que esté disponible
para los buitres. Y lo peor que esta situación tiene es el contagio
epidémico que va corrompiéndolo todo, para nublar la moral de todos.
Pondría a título de ejemplo el hecho de que ya
muchos pasajeros, una cantidad bastante significativa, ya no dejan
de pagar el ómnibus, sino que le entregan el dinero al chofer. Se
puede pensar que una inspección eficiente pudiera refrenar esta
conducta, pero lo importante no es ya el hecho en sí, sino la
predisposición que ha surgido de que es preferible que el chofer
reciba un ingreso que no le pertenece, que es fraudulento, a que
justamente lo perciba el Estado que es a quien justa y legalmente
corresponde.
Esto pudiera extenderse mucho más, pero me limitaré
a lo más importante: si queremos salvar nuestro socialismo, no basta
con proclamarlo en consignas machaconas, debemos hacerlo desde
adentro con las rectificaciones necesarias y pronto. Me parece que
además de ser un mandato de nuestros mártires, representa también un
compromiso con esos pueblos que miran hacia nosotros, a pesar de
todos estos desafueros, como una expectativa de esperanza.
D. González de la Cruz
Tenemos derecho a soñar con las mejores soluciones
Me sumo a los que opinan sobre la conveniencia o no,
de efectuar cambios de propiedad en organizaciones económicas en
busca de la añeja esperanza de encontrar lo que buscamos: un
producto y/o servicio de calidad deseada.
Se ofrecen los más variados argumentos, todos con un
denominador común: incapacidad del Estado socialista para hacerse
cargo de las pequeñas y medianas empresas. ¡Qué pena!, compatriotas,
siento que sin darnos cuenta vamos torciendo el rumbo de la génesis
de nuestra Revolución de los humildes y para los humildes. Cientos
de miles de cubanos ni siquiera saben que estas cuestiones sobre
"mutación de la propiedad socialista" se ventilan por la prensa
nacional, porque no les llega el periódico, porque no tienen hábitos
de lectura o por otra razón cualquiera. Millones de compatriotas se
encuentran al margen del debate público, y un hipotético día puede
que hasta amanezcan con la noticia de que la cafetería de la esquina
cambió de propiedad simplemente para que sea más eficiente, más
productiva, más competitiva, y para que sus trabajadores y/o
directivos no tengan que desplazarse más por la "izquierda" (sería
mejor decirle "derecha" al robo, el desvío, etc.), en busca de
ingresos extra que permitan elevar el poder adquisitivo al que
aspiran.
Las causas de la insuficiencia en la esfera
productiva y de servicios en las condiciones de nuestro país se
conocen muy bien, y cuando las estudiamos a cabalidad comprendemos
que no tienen que ver con el tipo de propiedad sobre los medios de
producción.
El espacio no me permite mucho. Solamente decir que
tuve el ingrato privilegio de ser testigo en un país socialista, en
el que me encontraba como estudiante, de los cambios de propiedad
que trajo la apertura económica. Nada se parecía más a un
establecimiento capitalista que aquellas cooperativas de producción
o servicio. Funcionaban bajo sus leyes, sus vicios y otras
perversiones de nueva y original creación. Se multiplicaban una tras
otra; se fusionaban como monopolios, se adentraban en los negocios
ilícitos escapando del control del Estado y sus regulaciones, del
control de funcionarios e inspectores prestos a corromperse por no
pocos dividendos. Nacía una sociedad económica nueva y tenebrosa,
con gérmenes mafiosos, donde se establecieron y posicionaron
firmemente los que tuvieron algún tipo de poder. Nacieron y se
multiplicaron los ricos y las clases sociales marcaron su
territorio.
Todos tenemos derecho a soñar con las mejores
soluciones para los problemas de nuestra Patria, pero por favor, con
cordura, porque no se trata de fobia, de ortodoxia, de necesidad de
cambio, o de fanatismo a toda costa por una ideología: se trata de
esencia, de génesis, de eterna lucha entre escoger el bien o el mal
como medio para llegar a un fin, y en nuestro caso a un fin de
justicia. Seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas,
dijo nuestro poeta. No puede haber espacio para equivocaciones
estratégicas, ni para el cansancio. La ansiedad no nos debiera hacer
ver varitas mágicas hacedoras de milagros.
L. Navarro Díaz
No comparto la idea de semejantes pasos
En esta sección, en las últimas semanas, se ha
producido un intercambio de ideas en torno a la posible
"privatización" de la gastronomía, aportando varias vías posibles.
No comparto la idea de que haya que dar semejantes
pasos porque hoy sería la gastronomía, pero mañana, pueden ser el
transporte público, la educación, la salud, etc. No es hora de crear
condiciones para que el capitalismo astuto y traicionero desde su
surgimiento se introduzca de nuevo en nuestra Patria.
Lo que considero esencial:
Confiar de manera absoluta en la dirección de la
Revolución.
Trabajar cada día más y mejor.
Luchar por producir más alimentos.
Por eliminar las importaciones y aumentar las
exportaciones .
Llamar a la juventud a que imponga su protagonismo
en esta etapa decisiva de la Revolución.
Solo así considero que lograremos como siempre
alzarnos con la victoria.
Al capitalismo,
"ni un tantito así"
J. L. Valdés Carrasco
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