Publicadas
el 15 de enero de 2010
Fábrica de envases plásticos sin fluido eléctrico
Quien se dirige a ustedes es la sección sindical del
taller de envases plásticos de Sagua la Grande, provincia de Villa
Clara perteneciente a la Empresa Provincial de producciones Químicas
del grupo empresarial Viclar de la Industria Ligera.
Le escribimos para dar a conocer y que nos ayuden
con la situación que presenta nuestra fábrica donde se encuentran
perjudicados nuestros trabajadores, pues desde el pasado 12 de
diciembre del 2009 nos fue retirado uno de los transformadores que
componen el banco de esos equipos que se encuentra instalado
exclusivo para nuestro taller.
El mismo fue trasladado sin previo aviso a la
dirección del taller. La decisión fue tomada por autoridades de
nuestro municipio (Sagua la Grande) pues se necesitaba un
transformador para ser instalado en el lugar donde supuestamente
tocaría una famosa orquesta con motivo de las fiestas populares.
Al comenzar la semana del 14 de diciembre del 2009
nuestros trabajadores se incorporaron a su jornada laboral
encontrándose la situación de que no existía fluido eléctrico para
trabajar. Se indagó con la Empresa eléctrica qué había sucedido
comunicándonos la decisión tomada por las instancias superiores.
Desde esa fecha hasta la actual, 11 de enero del 2010, nos
mantenemos sin respuesta, ni solución a dicho problema,
encontrándose los trabajadores interruptos por una situación no
imputable a los mismos.
Queremos que se nos dé solución a este problema lo
antes posible ya que han sido agotadas todas las posibilidades por
la dirección del taller a todas las instancias para que nos escuchen
y se nos solucione el problema, sobre todo a las que estuvieron
involucradas en la retirada de dicho transformador.
No queda de nuestra parte el cumplimiento de los
planes productivos para aportar a la economía de nuestro país pues,
en nuestro caso, con nuestra producción aportamos divisa y no solo
eso sino que somos la base para satisfacer las demandas de la
población ya que en nuestra fábrica se producen envases plásticos.
No estamos pidiendo lujo, solo pedimos trabajar y aportar a la
sociedad con nuestro esfuerzo, pues contamos con todas las
condiciones para ello.
Trabajadores de la sección sindical de la Fábrica
de envases plásticos
Promovamos más jóvenes en estas elecciones del Poder Popular
Hace poco fue librada la convocatoria para las
elecciones parciales, en las que se elegirán los delegados a las
asambleas municipales del Poder Popular, mediante el voto libre y
secreto de los vecinos de cada cuadra, quienes también nominan a los
candidatos.
Absoluta transparencia, y los índices de asistencia
a las urnas no tienen comparación con ningunos sufragios en el mundo
por lo elevado de la cifra.
Pero creo oportuno meditar sobre un asunto que tiene
suma importancia para el presente y el futuro de Cuba. En esas
elecciones debemos elegir a los mejores, a los más capaces, a los
que tienen la suficiente preparación para conducir los destinos de
los municipios.
Es una excelente oportunidad para ir colocando
responsabilidades mayores en las manos de los jóvenes, y así dejar
sin argumentos a quienes alegan que la juventud cubana está perdida
o que no tiene compromiso con la Revolución.
Tenemos jóvenes muy preparados, conscientes del
momento histórico, y listos para aportar más. Y no son la minoría,
como dicen nuestros enemigos. Soy un maestro jubilado, y sé que son
muchos. Pero hay que darles la oportunidad.
Esos jóvenes que rondan los 30 años, un poco más o
un poquito menos, están formados por esta Revolución. Tienen puntos
de vista que enriquecen la obra cubana, y sobre todo tienen ideas
frescas, renovadoras, son capaces de sentarse en cualquier lugar
para dialogar, convencer con argumentos, y no imponer criterios ni
su voluntad. El pueblo los admira y los sigue.
Estos tiempos difíciles requieren de gente así, que
no se encierren en sus oficinas, ni que empleen un discurso viciado
que la gente rechaza; hay que darle el frente a los problemas,
buscarles tantas alternativas de soluciones como sean posibles, pero
sin perder el entusiasmo y la frescura de los jóvenes. Y ellos son
mayoría en la Cuba revolucionaria.
Para que esta Revolución sea cada vez más
invulnerable se requiere del protagonismo de los jóvenes, los que
piensan por sí mismos y no los que quieren imitar a mi generación. A
cada uno le toca su propio combate: el mío fue el de Girón, la
campaña de alfabetización. El de los jóvenes es ahora: salvar esta
obra grande que se llama Revolución, donde van a vivir ellos y sus
hijos.
Démosle más responsabilidades y estas elecciones
pudieran ser trascendentales en ese sentido, por el bien de Cuba.
A. Martínez Pérez
Crisis con el pan en el Casino
Me he querido expresar en esta breve nota debido a
la situación creada en el barrio de referencia que se ha convertido
en una real crisis y maltrato. Se trata de la única panadería
normada del reparto situada en Calle 11 y Reforma. Resulta que hace
muchos meses que viene dando servicio intermitente, entiéndase un
tiempo elaborando productos allí mismo y otro tiempo con los equipos
rotos. Cuando esto ultimo sucede, por supuesto deja de ofertarse
todo lo que se hace allí, para solamente vender el pan normado que
viene de otro lugar. Esta situación de la panadería rota lleva
actualmente varios meses lo que conlleva molestias a los usuarios y
es que nunca se habían tardado tanto en arreglarla. Ahora el pan
viene en cualquier momento, los empleados nunca saben cuándo llega y
da la casualidad que bien temprano en la mañana y casi una hora
antes del cierre casi nunca está disponible y es que estos son los
horarios en que las personas trabajadoras pueden acudir a comprar el
pan y los empleados no tienen la organización necesaria para
asegurarlo a esas horas; para colmos, cuando hay dicen que ese que
tienen no es para pagar el faltante, sino es otro que viene de otra
panadería diferente (por favor!!!!). Esto molesta bastante y se
repite a diario al punto que algunas personas se ponen a protestar
en voz alta por este motivo a los empleados que no tienen otra
respuesta qué decir, que no es su culpa. Entonces, ¿de quién es la
culpa de que esta panadería lleve meses sin tener arreglo? ¿por qué
no se da una explicación al menos de la situación? Esta unidad tiene
la desventaja de no existir ninguna otra cerca por lo que se hace
imposible buscar el dichoso pan en otro lugar. Por favor les pedimos
a los que tienen que ver con esto que acaben de actuar y normalizar
la venta en esta unidad de un producto tan necesitado por la
población.
E. Rodríguez Felipe
Peaje
Soy un asiduo lector de esta sección como también
soy un asiduo "cliente" de la estación de peaje que se encuentra en
la carretera Varadero-Matanzas y me he decidido a escribirles por
diferentes inquietudes que tengo con respecto a dicho lugar, como
por ejemplo, la ausencia total del sistema de barreras que ya lleva
unos cuantos años de esta manera propiciando el descontrol. de
hecho, en algún momento del año 1999 fue sancionado un ciudadano que
laboraba en ese centro y su sentencia reza a partir de los problemas
técnicos que presentaban las mismas y aún persiste dicho problema,
sancionamos al hombre, que ya cumplió su sentencia y no corregimos
al medio que le propició incurrir en el delito, es decir, las
barreras dejaron de existir por completo como lo mencioné al
principio; por otro lado ¿qué es lo que realmente se está pagando en
dicho peaje? si en sus inicios tenía concebido un servicio de grúa
eficiente (no existente en estos momentos), una óptima pavimentación
(ahora solo por tramos), un eficiente pago por tarjeta prepagada por
todos los carriles (ahora solo unos cuantos carriles tienen ese
servicio propiciando una demora innecesaria: el cajero tiene que
salir de su puesto de trabajo a efectuar dicho pago en otra caja que
lo tenga); también existe casi permanentemente el pago a través de
talonario por roturas en las máquinas registradoras, qué decir del
pintado de la carretera; pues ahora se estila cerrar un carril por
ambos sentidos, a veces en horario pico, provocando una larga espera
de hasta 17 minutos vivida por este redactor.
Considero muy necesaria la recaudación de fondos
para la conservación de las carreteras y así se alivia la ya pesada
carga que tiene el estado en subsidiar dichas actividades y creo
también que contribuir a estos fondos es un deber de todo ciudadano
y con gusto lo hacemos cuando vemos los resultados de nuestros
aportes (no es el caso), pero no creo que ese tramo de carretera de
nuestro país que nos conduce al hermoso balneario de Varadero valga
la pena gravarlo con todos estos problemas que constituyen una gran
falta de respeto al contribuyente. creo que en sus ya casi 14 años
de existencia es para que existiera una gran consolidación
técnico-financiera para mantener en óptimas y me atrevería a decir
que en perfectas condiciones el funcionamiento de dicha instalación
sin reparos a deslices tecnológicos. a pesar de haber recibido
críticas de cuantos medios existen, aún así persisten los problemas,
incluso se agravan(sin grúa de auxilio, sin medios de avisos: ¿a
qué, a quién o para qué avisarían?; persisten los accidentes, con
ganado mayor en la vía. Desde el último artículo escrito por su
periódico a la fecha se mantienen los mismos problemas, ojalá este
sea el último con esta tónica.
E. Franco Soayero
Creo en la sensatez económica para mantener lo logrado
Todos los viernes empiezo a leer el Granma por la
sección Cartas a la Dirección. En la publicación del 8 de enero del
2010 salieron dos opiniones (No creo en la privatización de D.
Borges Mujica) y (Mi opinión sobre un tema vital de J. González
Fernández), sobre un tema muy polémico en nuestro país en estos
días.
Nací en 1945 y por tanto he participado en todo el
proceso revolucionario desde 1959; el estudio y la práctica diaria
de nuestro proceso, me enseñó que la economía de un país no es la
economía de una casa, además los distintos sistemas políticos se
caracterizan por su sistema económico, entonces ¿por qué hablar de
privatización?
Creo que nadie habla de privatizar nada,
sencillamente lo que no se debe seguir admitiendo es que nos sigan
desviando los recursos de todos para beneficio de unos pocos, que
algunos se enriquezcan con los bienes de la sociedad y que de paso
sirvan de elementos corruptores para el resto de la sociedad.
Creo que hoy todos los cubanos conocemos que en
muchos casos en la gastronomía y otras esferas de la producción y
los servicios, les entregamos las instalaciones y los recursos, para
que los usen en beneficio propio, desvían recursos y usan las
instalaciones para hacer producciones para ellos sin pagar
impuestos, electricidad, mantenimiento de los inmuebles,
sencillamente cogen una parte "limpia de polvo y paja", como diría
mi abuelo, y como pago a la sociedad, a nuestra revolución y a
nuestro benévolo sistema económico, recibimos el maltrato y el mal
servicio en casi todos los lugares que frecuentamos.
Esa es la amarga realidad de nuestro país en estos
momentos, pero, cómo podríamos resolver estos problemas, apelando a
la conciencia de los que pretenden vivir de nuestra sociedad, ¿qué
hacer?; pues hacer cooperativas donde se les alquile el local,
tengan que comprar los recursos y materiales, paguen la
electricidad, el mantenimiento del inmueble, los impuestos y tengan
que cumplir con las leyes establecidas para el tipo de producción o
servicio de que se trate.
No hablemos entonces de privatizar nada, las
instalaciones siguen siendo propiedad social o estatal, es solo el
sistema salarial o de participación en cuanto a los trabajadores en
cada cooperativa, después que compren los materiales para la
elaboración o producción y paguen todo lo que tienen que pagar,
tendrán derecho a repartir el por ciento que les pertenece de las
ganancias; el mejor ejemplo que tenemos hoy es la agricultura.
Cuando tengan que comprar los productos para prestar un servicio
determinado, no podrán desviar productos al Estado, como lo hacen
ahora, cuando dejen de vender por mala calidad no perderá el estado,
perderán ellos, y nadie se va a hacer rico, pero sí tendrán que ser
honestos, pues cada colectivo tendrá que cuidar lo que no cuidan
hoy, y cuando una cooperativa no cumpla con el objeto social para el
cual tiene licencia y fue creada, sencillamente se entra a regular
lo establecido por el estado, pues lo único privado en una
cooperativa es la gestión, no el patrimonio.
Hay que tener cuidado de no caer en nuevos
paternalismos, en el caso de la agricultura se entregan tierras en
usufructo, en las demás esferas no debe ser igual, se puede dar un
tiempo de gracia, pero después hay que pagar el alquiler de los
locales y de todo.
Y así no habrá que lamentar volver atrás, por el
criterio en muchos casos de los que se están beneficiando o tienen
miedo y se resisten al cambio.
Por tanto ratifico lo que plantea J. González
Fernández en su escrito Mi opinión sobre un tema vital.
Juan Manuel Treto
Otra opinión sobre la privatización
Siempre leo esta sección y he visto en los últimos
tiempos variadas opiniones, acerca del tema de la privatización,
unas a favor, otras en contra. Me ha llamado mucho la atención el
contenido de la publicada el pasado 8 de enero del 2010, del lector
D. Borges Mújica No creo en la privatización, refiriéndose a este
tratamiento en la esfera de la gastronomía, con la cual estoy
totalmente en desacuerdo. Pensemos en algo que se avecina: en breve
tiempo desaparecerán los comedores obreros, ya que como se ha dicho,
el Estado no puede continuar llevando esa carga económica; de
acuerdo. Pero lo inevitable es que todos los días laborables en un
periodo de hasta dos horas al mediodía todos los trabajadores
tendrán que almorzar y ¿dónde lo harán? No creo que el Estado pueda
asumir esta demanda por medio de comedores populares estatales,
porque sería caer en lo mismo que está tratando de evitar. La red
gastronómica estatal actual es incapaz de satisfacer esta demanda
con la calidad, variedad y precios que el pueblo trabajador se
merece. A mi modo de ver, es una excelente oportunidad para que se
fomenten pequeños negocios privados que, en combinación con la red
gastronómica estatal existente y quizás ampliada, puedan satisfacer
esta demanda de los trabajadores. Le correspondería al Estado
organizar esta actividad de manera que todo se haga desde el punto
de vista legal y que los particulares puedan adquirir limpiamente
los productos para la elaboración de alimentos, pagar los impuestos
sobre la ganancia y todo lo demás. Sería además una excelente
oportunidad para que la demanda de productos alimenticios sirviera
como impulso para la reanimación de la agricultura, de lo que tanto
necesita la población. Y todo esto, si se hace de modo inteligente y
no burocrático, debe redundar a la larga en la disminución de los
precios de los productos del agro y por ende, de los alimentos
elaborados. No creo que, como dice D. Borges, nadie se haga rico
vendiendo alimentos elaborados, si todo se organiza como se debe, y
se pagan los correspondientes impuestos, tampoco creo en que eso sea
el germen del capitalismo, ya que la propiedad privada y cooperativa
están contempladas dentro del socialismo. A fuerza de timbiriches no
se derriba el socialismo, si así fuera, muy endebles serían sus
bases y no creo que este sea el caso. Me adhiero a la opinión
enviada por otro lector a finales del pasado año que decía que a
nuestro socialismo le hacía falta despojarse de fobias.
A. del Prado Cartaza
Una opinión joven
Soy un estudiante de 5to. año de licenciatura de
contabilidad y finanzas, soy un lector habitual de esta sección; me
dirijo a ustedes pues el tema sobre las cooperativas en la
gastronomía y el debate que este ha suscitado me inspiró a expresar
mi opinión.
Estoy completamente de acuerdo con la iniciativa de
cooperativas en la gastronomía, pero creo que no solo la gastronomía
sino también otros servicios como zapaterías, poncheras, entre otros
pequeños establecimientos, esto no quiere decir que el Estado no
controle aspectos fundamentales como precios, la protección al
consumidor con la consabida calidad en los servicios... pero esta
última se autorregula pues es la ley del mercado la que dice: si no
produces con calidad y buen precio no subsistes. Esto no quiere
decir para nada que nos alejemos de nuestro modelo social pues sería
todo lo contrario, estaríamos perfeccionándolo, haciéndolo más
eficiente.
Esta es solo mi opinión, la de un joven que ha visto
cómo un pueblo se impone a un periodo especial crudísimo pues a
pesar de mi niñez en aquella época recuerdo lo duro que fue y cómo
nos impusimos, recuerdo igual cómo la medida de permitir los
cuentapropistas amortiguó aquella situación tan difícil, creo que es
el momento de continuar con la perfección de esta forma de
producción que le permitiría al Estado dedicar sus mayores esfuerzos
a sectores de la economía de más difícil control y que necesitan de
una mayor inversión para lograr su puesta en marcha como la
industria, la producción de alimentos y con todo esto la sustitución
de importaciones, pero no sustituir por sustituir, sino lograr tener
producciones realmente buenas y con calidad.
Además esta medida potenciaría el mercado interno,
la producción de alimentos y una mejora de los servicios pues, por
poner un ejemplo, en Santiago de Cuba, que es donde vivo, se han
acometido un sinnúmero de inversiones en la gastronomía pero
considero que a la hora de prestar los servicios falta algo, pues el
personal en ocasiones no brinda el mejor servicio cuando cuenta con
toda la infraestructura necesaria. No quiero decir que esto sería la
solución mágica pues esa no existe, habría que perfeccionarla, pero
considero que sería una buena iniciativa.
Respeto todas las opiniones que hasta ahora he leído
pero sí quiero decir que muchos ponen ejemplos de décadas pasadas
donde la situación era otra; solo recordar que estamos en el 2010
con una situación muy diferente y compleja tanto en el ámbito
nacional como internacional y he leído opiniones de que estas
medidas serían para otras generaciones, pero con esto no puedo estar
de acuerdo pues creo que a nosotros los jóvenes nos toca
perfeccionar esta tierra maravillosa y seguir construyendo un
sistema cada vez más justo para este pueblo.
E. Araujo Macías
Un debate que nos pone a pensar
He leído con sistematicidad casi todas las opiniones
de esta sección y especialmente las relacionadas, con los temas
sobre el debate que va tomando forma sobre asuntos que tienen un
impacto sensible en la sociedad, pues han creado expectativas las
transformaciones que deben acontecer en ella.
He observado con especial atención las controversias
sobre temas económicos que demuestran el abanico de opiniones y
soluciones que cada uno de los opinantes les dan, por un lado están
los argumentos en los que predomina el fortalecimiento de la
institucionalidad, acudiendo también a resortes morales, acompañado
de una sólida disciplina laboral apoyada en legislaciones de este
tipo, pero dejando el estado de cosas inalterable; otro grupo que va
siendo mayoritario, el que no excluye lo anterior, pero consciente
del escenario actual, predomina el criterio de transformaciones en
las formas de propiedad, flexibilidad de la gestión del proceso
productivo unido a una liberación de esas fuerzas y un progresivo
desmontaje de prohibiciones en diferentes esferas.
No soy economista ni especialista del tema, pero sí
un observador de las realidades circundantes y por lo tanto testigo
de la evolución del proceso económico cubano en sus diferentes
estadios; creo que cualquier análisis debe ser integral, no se
pueden valorar estos fenómenos de manera atomizada pues la economía
como cualquier otro ente responde a leyes objetivas; no se puede dar
el mismo tratamiento a la cafetería de la esquina, que a una empresa
mediana o grande, en todos ellos hay factores que influyen de manera
personalizada.
Me atrevo a decir que la dinámica de la sociedad
cubana en estos últimos años cambió significativamente, las
variables para darle solución a sus prioridades deben ser
instrumentadas tomando en cuenta estas.
Existe una progresiva tendencia al fortalecimiento
de las Instituciones, asunto insoslayable, pues de esto depende la
función controladora y fiscalizadora que todos los estados deben
potenciar, el desorden en estos temas producto de la debilidad de
las instituciones tiene un origen económico y viene acompañado de
los fenómenos que todos los días somos testigos, unido a aquellas
premisas, la actualización del modelo económico cubano, debe traer
los resortes que culminarían en un progresivo proceso de
recuperación definitiva. Debemos dejar atrás los tropismos que nos
han acompañado durante mucho tiempo, el Estado debe tomar la
iniciativa en estas y otras cuestiones, las que no puede soslayar
indefinidamente, pues la vida le va al proceso socialista cubano;
dejar de instrumentar cambios por miedo a perder es comenzar a
perderlo todo, si no avanzamos, retrocedemos. Quisiera traer una
frase de Fidel que encontré en una revista de economistas de mi
provincia Matanzas, y decía "No hay sistema político, ni justicia
social, ni socialismo sin economía".
I. Hernández Lorenzo
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