Publicadas
el 8 de enero de 2010
Un comentario y una propuesta
En mi trabajo científico relacionado con el uso
racional de la energía, en los últimos tiempos dedicado al sector no
productivo, en particular a los servicios de salud, he podido
comprobar objetivamente que está masivamente arraigado el parecer de
que todo lo que se subsidia no cuesta (porque no se paga por los
beneficiarios), y por consiguiente, no se crea en estos ni tampoco
en los que brindan el servicio, una verdadera mentalidad de ahorro y
uso racional de recursos.
Por ejemplo, muchos no disponen de la información de
que un paciente ingresado en el Hospital Arnaldo Milián requiere un
promedio de casi tres dólares diarios solo en portadores energéticos
(electricidad y combustible directo en la instalación hospitalaria).
Es cierto que una parte de ese gasto se debe a ineficiencias propias
de las instalaciones de suministro de energía, obsoletas por diseño
y anticuadas por los años de explotación. Pero no se puede negar que
si ese y otros gastos que el Estado (que es decir el propio pueblo)
debe desembolsar para asegurar, como es de justicia, la salud
pública para todos fuese de conocimiento general, sobre todo de los
propios beneficiarios del servicio, estos adquirirían de primera
mano un efecto educativo multiplicador que compulsaría a las
personas bien intencionadas (que son sin duda la inmensa mayoría) a
usar racionalmente aquello que se nos pone en la mano. Esa cifra,
téngase en cuenta, no incluye gastos de alimentación, medicamentos,
materiales, salarios, equipamiento, construcción civil, y otros, que
también hay que incluir en el costo de la salud. ¡Y casi nadie,
excepto unos pocos especialistas de la contabilidad, se entera de
eso! A veces ni los directivos, ni las personas que con su trabajo
pueden influir positiva o negativamente de manera directa sobre
estos costos.
Mi propuesta:
Entregar a cada paciente atendido o ingresado en los
servicios de salud una factura de cálculo de los costos de los
servicios recibidos, desglosada en sus diferentes renglones
componentes, acompañando el proceso por un seguimiento en salas y
otras dependencias de las instituciones en cuestión de la marcha del
costo real de atención y de las posibles vías para disminuir los
índices a partir de medidas de eficiencia y de racionalidad
elaborada por los especialistas (que muchos tenemos dedicados a
veces a tareas muy alejadas de esta útil actividad). Yo mismo
estaría dispuesto a entregar mis experiencias y conocimientos en
esta dirección, pero estoy seguro que no sería el único. Esta
propuesta podría perfectamente ser aplicada a otros servicios que se
subsidian total o parcialmente y que por esa causa muchos no saben
lo que realmente cuestan.
Es claro que esto implicaría un esfuerzo
considerable, pero bien valdría la pena, dado el efecto
multiplicador de conciencia y de eficiencia que llevaría acompañado.
Me gustaría someter a debate y a crítica esta idea.
Dr. C. P. Roque Díaz
Tendremos que dejar de producir arroz de semilla
para mantener tierras perdidas y esquemas de patrimonio
Soy productor de arroz de semilla en el municipio de
Minas, a través del programa de arroz popular, mediante el cual
estoy insertado en un convenio de colaboración Cuba-Vietnam desde
hace un año y cuatro meses en tierras pertenecientes a la CPC
Ignacio Agramonte.
Durante todo este tiempo las producciones obtenidas
han estado entre las 7 y 9 t.ha las cuales siempre se han
comercializado entre los productores de arroz popular; todas estas
producciones las he realizado en convenios de mutuo acuerdo con la
CPA Ignacio Agramonte con el correspondiente pago del 30% de la
producción de arroz obtenida, entrega de arroz en cáscara de forma
gratuita a dicha CPA.
Los gastos en que se ha incurrido en la producción
durante todo este tiempo ha sido depositado por mí en efectivo en la
CPA, para que esta pueda pagar salarios y el gasto de agua insumida,
ya que la misma, no tiene recurso alguno, pues está muy mal
financieramente. En agosto del pasado año y en virtud de la
Resolución 259 hice solicitud de una caballería de tierra que es la
que estoy explotando actualmente y la respuesta que siempre he
recibido es que no tengo derecho alguno pues estas tierras son
patrimonio de la CPA. Todo lo antes expuesto ha sido planteado por
mí al Secretario del Partido en el municipio, al Agroalimentario del
Gobierno, al Delegado municipal, al presidente de la ANAP municipal
y al Agroalimentario, y a funcionarios de la ANAP Provincial y hasta
el día de hoy todos los compañeros antes mencionados me han dicho
que no tengo razón. Ahora se me pide el 40% de la producción.
Por todo esto yo me pregunto: ¿A quién o a dónde
habrá que ir, ver o llamar para resolver esta situación?, ¿las
tierras de las CPA habrá que dejarlas perder por ser patrimonio,
cuyos dueños ya no son cooperativistas? ¿Tendré que dejar de
producir semilla de arroz cuando la cooperativa solo explota
deficientemente el 40% del fondo de tierra? ¿Con qué objetivo me
prepararon en el curso nacional de producción de arroz de semilla
que auspició la ANAP y fue clausurado por el compañero Lugo Fonte?
¿Hasta cuándo seguiremos siendo aportadores gratuitos de cientos de
quintales de arroz? ¿Tendremos que desistir y comenzar en el mundo
desagradable de los vagos e incorporarnos al negocio ilícito y no al
trabajo como lo necesita el país?
G. Martínez Sifontes
Honor a quien honor merece
Sé que en este diario se publican muchas
deficiencias que confronta nuestro pueblo por el mal trabajo y la
falta de conciencia de muchas entidades, las cuales han sido objeto
de crítica. El caso que expongo a continuación es para destacar una
actitud positiva.
Me llamo Elsa María Segura Gómez, vivo en Ciego de
Ávila, pero me encuentro laborando en la Escuela Latinoamericana de
Medicina Antonio Ramón Horta del polo de Jagüey Grande como
profesora y quisiera expresar el reconocimiento mío y de mi esposo a
los trabajadores de la primera unidad de la Policía del poblado de
Torriente, el punto de control de la autopista en San José y muy
especialmente a los trabajadores de la Primera unidad de la policía
en Jagüey Grande que se encontraban laborando el día 3 de enero de
este año en horas de la noche, así como a José Fernando Placeres
Hernández, decano de la facultad en la cual laboro, por la atención
exitosa brindada por todos, cuando por error al bajar de la guagua
escolar que me traía del pase de fin de año, tomé equivocada un
maletín y me percaté del error después que el ómnibus había
continuado viaje hacia La Habana. Decido presentarme en la primera
unidad de la policía de Jagüey Grande y con su trabajo exitoso y con
excelente profesionalidad, en menos de cuatro horas lograron que
tanto el otro afectado, como yo, recuperáramos nuestros maletines,
lo que me permitió incorporarme al centro.
E. M. Segura Gómez
¿Pago al chofer?
Los males si no se atajan a tiempo, se consolidan,
echan raíces y luego es más difícil y doloroso arrancarlos. El
número de pasajeros que opta por "pagarle" al chofer del ómnibus en
lugar de hacer el depósito en la alcancía se incrementa por días. El
número de choferes que acepta el "pago" se acerca alarmantemente al
"casi todos".
La acción que se inició con cierto disimulo, ya es
desfachatada.
La recogida de pasajeros aislados, fuera de la
parada, ya es normal. Basta enseñarle un peso al chofer.
Conozco un chofer que rechazaba esta conducta, pero
se ha sumado a lo que se está convirtiendo en moda.
Las consecuencias son múltiples. Deterioro moral de
los implicados, afectación económica al Estado, contribución a la
indisciplina social y una puerta a las manifestaciones enemigas,
porque los motivos de esta conducta pueden tener, para algunos,
carácter ideológico.
Las causas, como en la mayoría de los problemas, hay
que investigarlas, pero en mi opinión la principal es el alto nivel
de tolerancia con este problema y la falta de acción de las empresas
y organismos implicados.
¿Cuáles son estas entidades y que van a hacer para
resolver este problema?
L. González
No creo en la privatización
Sigo sistemáticamente la sección Cartas a la
Dirección, y quedé bastante identificado con el criterio dado por
Guerra González y Rodríguez Piñeiro del 25 de diciembre respecto a
la supuesta necesidad de liberar al Estado de la "carga" que
significa la gastronomía popular, porque aunque yo no había nacido
cuando se intervinieron estos negocios en el 68, ya tenía 19 años
cuando comenzó el periodo especial, y disfruté en mi adolescencia de
las bondades de la gastronomía popular, independientemente de los
problemas que pudieran observarse en una u otra unidad de este tipo,
por lo general de índole subjetivo.
Pienso que permitir la privatización o cooperativas
privadas de este tipo de servicio en la actualidad, sería como dice
el dicho "tanto nadar para morir en la orilla", ya que si resistimos
los años de mayor desabastecimiento del periodo especial,
manteniéndolo en manos del Estado, ¿cómo ahora, que estamos logrando
niveles de producción que puedan abastecer mucho mejor los servicios
gastronómicos, vamos a entregarlos a manos particulares o
cooperativas privadas?
No es lo mismo agricultura que gastronomía, en la
agricultura es una necesidad, porque el Estado no tiene la capacidad
para poner a producir todo el potencial de tierras fértiles que
existen en nuestro país, en lo fundamental por falta de recursos,
¿pero, la gastronomía?, no me hago idea de lo que puede resolver un
particular en este sentido, que no pueda resolverlo trabajando para
el Estado, a no ser el interés por hacerse "rico", que eso sí es
casi imposible trabajando honestamente para el Estado, y el que
tenga dudas que observe la gastronomía en peso convertible, que
aunque no es la más popular, es propiedad del Estado y por lo
general da un buen servicio.
Pienso que el futuro está en la gastronomía estatal,
aunque se mantengan los cuentapropistas, no tengo datos certificados
para afirmar que la gastronomía de cuentapropistas está
descendiendo, pero al menos en la ciudad donde nací (Santiago de
Cuba), veo muchos menos que hace cinco años, y me parece que
responde a la reanimación que va teniendo la gastronomía estatal.
Tal vez sea necesario hacer un estudio profundo en
este sector para saber científicamente las causas por las que es tan
inestable este servicio, que seguramente no siempre son subjetivas,
deben existir problemas de toda índole, que con una buena dirección
se pueden encaminar y hacerlos eficientes.
Hay unas palabras del Comandante en Jefe hace casi
25 años, que pareciera las estuviera diciendo para esta sección y
cito: "... yo tengo una gran confianza en el socialismo y tengo muy
poca confianza en el capitalismo. Creo que el socialismo ofrece
fabulosas posibilidades de desarrollo... A veces los hombres, por
errores subjetivos en la construcción de la nueva sociedad, se
encuentran con dificultades y pueden empezar a inventar de nuevo el
capitalismo...".
En mi modesta opinión, privatizar estos servicios es
una forma más de crear capitalistas, que a la larga se expandirían
como un cáncer, y en no muchos años, cuando abramos los ojos sería
demasiado tarde para reaccionar.
D. Borges Mujica
Ahorro de energía eléctrica
Soy un asiduo lector de esa sección y la considero
muy importante para nuestro pueblo. El motivo de esta misiva es el
ahorro de energía eléctrica en el sector residencial, un tema que
nos concierne a todos los ciudadanos por igual.
En nuestra provincia Granma el 63% del consumo de
energía lo tiene el sector residencial, por lo que tenemos la
obligación de buscar las vías para incrementar el ahorro de
combustible, nuestro pueblo es revolucionario y por lo tanto ayudará
a la economía del país en esta tarea de primer orden, pero todavía
quedan los que no le dan importancia a la misma, y alegan que la
corriente que gastan la pagan de su bolsillo y por lo tanto no
tienen el sentido del ahorro y cuando hay apagones, lo mismo se
quedan sin corriente los que ahorran que los que no ahorran.
No sé si la Empresa Eléctrica tendrá entre sus
planes implantar un sistema de bonificación o de estímulo para
aquellos núcleos que ahorran energía eléctrica, podríamos mediante
esta sección establecer un debate sobre este tema de mucha
importancia para el país.
Propongo un sistema sencillo que constaría de dos
etapas, en la primera para estimular el ahorro. En los comprobantes
viene plasmado el consumo eléctrico promedio por meses, por ejemplo:
Si un núcleo familiar tiene como promedio un plan de
consumo de 180 kw en el mes y realmente con las medidas de ahorro
aplicadas en el hogar consume 150 kw, lo que representa el 83.3% de
consumo promedio mensual. Por los 150 kw tendría que pagar $ 24.00.
Pero si le rebajamos a eso el 16.7 % (que representa $ 4.00) del
ahorro obtenido, el núcleo familiar pagaría solamente $ 20.00; este
sistema por lo menos estimularía a las familias que ahorran. En una
segunda etapa en este mismo por ciento podría penalizarse a aquellos
que hacen caso omiso al llamado de la Revolución para ahorrar
energía, en estos momentos de crisis económica mundial, en la cual
estamos incluidos.
Como dice un refrán popular, ¿quién le pone el
cascabel al gato?
R. Almeida Naranjo
Mi opinión sobre un tema vital
Soy un joven de 28 años de edad, asiduo lector de
Cartas a la Dirección, y me ha motivado a escribirles las cartas
Criterios para disentir y privatizar: no será alternativa,
publicados en la referida sección, el 25 de diciembre del 2009.
Joven al fin me preocupa el futuro de mi patria y no
puedo dejar de afligirme viendo cómo aún quedan personas ciegas que
creen que el viejo modelo económico que tenemos es perfecto; hasta
nuestros máximos dirigentes han expresado públicamente la necesidad
de adaptarnos a las características actuales del mundo en que
vivimos, pero muchas personas siguen en el pasado aferrados por
miedo al cambio.
Pensando de esa manera nos arriesgamos a seguir
acumulando insatisfacciones, sobre todo en la juventud, precipitando
al abismo algo por lo que tantas personas dieron su vida,
simplemente no tenemos derecho a eso. Creo que no se debe seguir
viviendo en el pasado, hay que pensar en el presente y futuro de
nuestro país.
Hay que aferrarse a nuestras conquistas y pelear
hasta con los dientes si es necesario. Lo que sí no es permisible es
volver hacia atrás. Estoy seguro de que es la opinión de casi todos
los jóvenes, lo veo a diario en las calles, los parques, los centros
de reunión de la juventud y nuestra opinión, más que nunca, es
necesaria hoy para preservar lo que hemos logrado.
Desde mi punto de vista (y aclaro, no soy
economista), el Estado no puede seguir llevando el peso de
actividades que solo significan una carga enorme y mucho menos en
momentos de crisis y de bloqueo económico y comercial, eso de
ninguna forma puede calificarse como un retroceso al capitalismo, se
llama ajustar el socialismo para que sobreviva, para que produzca y
podamos salvarlo.
Creo que el crecimiento actual del PIB en el país es
alentador pero dista mucho de lo necesario para estar a salvo de los
factores adversos que hoy tenemos. aumentar el PIB no se logra de la
noche a la mañana. Si se sigue pensando que hoy todo lo que hacemos
está bien, si se sigue creyendo que con reformas cosméticas
solucionamos todo... lamento decir que solo ponemos un parche a un
neumático viejo y que en cualquier momento como decimos los cubanos
"nos deja botados en la carretera".
Fidel expresó el 1ro. de Mayo del 2000, en la Plaza
de la Revolución, que "Revolución es todo lo que debe ser cambiado",
y si no cambiamos, si no le quitamos todos esos lastres a nuestra
economía, entonces sí acabaremos de vuelta al capitalismo.
Si hiero a alguien, pido disculpas, pero me sentí
obligado a expresar mi opinión.
J. González Fernández
Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General
Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba.
Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o
al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos
881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177. |
|