Publicadas
el 4 de diciembre de 2009
Dificultades para cobro de pensión alimenticia
Escribo a esta importante sección pues hace ya siete
años soy usuaria de la Zona Postal 9, cita en Calzada de 10 de
Octubre y Atlanta, Municipio Arroyo Naranjo, oficina a través de la
cual mi pequeña hija recibe la pensión alimenticia que su papá
mensualmente le envía por un giro.
Cada mes he vivido disímiles situaciones en esta
oficina, como por ejemplo no recibir el aviso de cobro, recibir el
mismo en pésimas condiciones, con la información ilegible o lo
enfrentado estos últimos meses, NO HAY DINERO, respuesta que he
recibido durante 15 días.
El pasado sábado 21 de noviembre, me presenté en la
oficina nuevamente para cobrar el giro correspondiente a ese mes y
una vez más recibí la misma respuesta, NO HAY DINERO, como diríamos
la copa se me colmó, solicité que el jefe me atendiera y nadie se
personó en el área donde realizábamos la cola varios usuarios, por
lo que entré y me encontré a una de las trabajadoras expresándose:
"Allá afuera hay una que quiere que la atiendan", le di los buenos
días y le dije que yo no era una, que era una ciudadana que
necesitaba una respuesta, pues a los 15 días el giro era devuelto y
que ya era una falta de respeto esta situación, le solicité
nuevamente me llamara al jefe, me contestó que él no estaba y que
eso era un problema del Banco y de TRASVAL que no les daba dinero,
que yo no era nadie para quejarme, expresión que le rebatí
aclarándole que yo soy una ciudadana de este país y sí tengo derecho
a quejarme, respondiéndome con una grosería.
Por supuesto su respuesta me dejó atónita, y me
dirigí a la oficina del Partido Municipal de Arroyo Naranjo a
formular la queja, la cual recepcionó el operativo de guardia.
Durante esta semana no he podio cobrar tampoco el
giro, pues yo laboro en un Organismo Central del Estado, que trabaja
de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:25 p.m. y no puedo abandonar mis
obligaciones por la misma causa reiteradamente para presentarme en
horario laboral a cobrar el dinero que le corresponde a mi hija por
su pensión alimenticia.
¿Cuál es la opción que me queda si los sábados nunca
hay dinero y a las 7:00 p.m., los días laborables mucho menos sin
contar que a los 15 días devuelven el giro?
¿Tiene mi hija que enfrentar la situación vivida el
pasado mes de octubre del año 2008, que su dinero se perdió y
ninguna de las dos oficinas, ni la Zona Postal 9 ni la 34 dieron
respuesta?
¿No existe un mecanismo para el cobro de los giros,
conociendo la oficina el monto que se registra en los avisos
emitidos, para que todos los usuarios cobremos el dinero que nos
pertenece?
¿No pudiera implementarse una vía más flexible a
través del Banco, para que los usuarios que como yo, cobramos una
pensión alimenticia mensual para los hijos menores, podamos disponer
de una chequera o algo similar?
M. García Sosa
Para que cada cual cumpla con las obligaciones de su cargo
Les escribe una compañera que al visitar en siete
meses, desde marzo hasta octubre del 2009, la Dirección Municipal de
la Vivienda, me he podido percatar de cuánto nos falta por avanzar
en la problemática de que cada cual cumpla con los deberes y
obligaciones propios del cargo que desempeña.
Les escribo desde Majibacoa, Las Tunas, donde no he
podido obtener respuesta sobre esta inquietud que preocupa mucho a
la población majibacoense.
En esta entidad muy pocas veces usted encuentra a
quien busca. Llega el cliente y solo está la económica sentada sobre
la mesa de la recepción con muy mal carácter; da cualquier
información no siempre satisfactoria para el cliente; igual sucede
con el jurídico al que pocas veces encontramos y si llega es a las
9:00-9:30 de la mañana con muy mal carácter y pocos deseos de
trabajar, el cual informa a los que esperamos por él que no puede
atendernos porque debe salir para Granma donde tiene problemas
familiares y del Director que resolver. Y qué decir del día de
atención a la población que se aparece a las 11:00 de la mañana con
una afectación del Gobierno.
Podemos entender ciertas cosas, pero se deben
planificar las tareas para no afectar a la población.
Y. Hernández
¿Qué aporta usted por lo que recibe?
Durante los años de Revolución se ha demostrado el
interés del Estado en el bienestar de sus ciudadanos siempre que la
situación económica lo ha permitido, hoy nos preocupa el hecho real
de que solo tendremos lo que como sociedad creemos con nuestro
sudor.
Las carencias materiales no son las que han hecho
mella en el cubano, pero sí las diferencias sociales, las
desigualdades y el vago. Hemos buscado a lo largo de estos años
soluciones en pos de erradicar tales situaciones.
Nuestra constitución, aprobada por la inmensa
mayoría de este pueblo, dicta claramente que esta sociedad es de
todos y para el bien de todos y es inadmisible que unos vivan del
sudor de otros y peor aún degraden los valores que distinguen a
nuestra sociedad y que han sido orgullo de este pueblo y faro de
otros que nos miran con admiración, por ello pongo a su
consideración lo siguiente.
En el país existen dos cifras al menos en los
presupuestos que constituyen un sagrado pilar de nuestros resultados
y más aún de nuestros principios, la Salud y la Educación. ¿Por qué
no se prorratea o se distribuye según los ingresos esta cifra entre
la población en edad laboral y con capacidad para ello? Los que
trabajan que les aparezca en su nómina, auque no se les pague en
dinero, pero podrán constatar su aporte a esas esferas producto de
su sudor. A los que trabajan por su cuenta o no trabajan (se supone
que tienen otros ingresos lícitos para vivir) que paguen esa misma
cifra como impuesto a estas esferas, ya que disfrutan del mismo
derecho.
Esta sería una vía de compensación de estas dos
esferas en las que se disfruta de un servicio vital y humanísimo y
que debiéramos ganarnos los cubanos todos con nuestro sudor, con el
resultado de nuestro trabajo.
E. A. Fernández
Un criterio para debatir
He leído algunos comentarios en esta sección sobre
los cuentapropistas, la gastronomía popular y otros aspectos
relacionados con el pequeño comercio.
Como otros compañeros, cuyos escritos han aparecido
en la sección Cartas a la Dirección quisiera expresar algunas
consideraciones personales sobre el comercio minorista y la pequeña
empresa en el socialismo y en nuestro país.
Desde su nacionalización por el Estado cubano en
1968, del comercio minorista y la pequeña empresa estas se fueron
convirtiendo, poco a poco, en fuente de lucro ilícito, de robo al
Estado, de ineficiencia y malos tratos. Este no es un fenómeno
reciente, recordemos, hace más de 25 años, los famosos casos de los
administradores de la heladería Ward y del Pío-Pío de 10 de Octubre
y Estrada Palma, por citar algunos de los más sonados.
Tal ha sido la connotación del robo al Estado en
todos estos establecimientos que hasta la acción de robar se ha
transformado en el eufemístico verbo "luchar". Resulta que el robo a
la empresa estatal ya no se califica desde el punto de vista ético
popular como un acto delictivo o de corrupción, no señor, desde hace
ya bastante tiempo, a este modus operandi se le conoce
inmoralmente como luchar. Otro tanto ocurre con el término
"faltante", también una manifestación de deshonra.
Es un criterio para debatir, pero el socialismo, por
definición, enuncia la propiedad social sobre los medios
fundamentales de producción y no está reñido con la propiedad
personal, familiar o cooperativa sobre algunos medios de producción
o servicio.
El Estado tiene que librarse del yugo de los
timbiriches que, lejos de ser una propiedad social, han devenido en
vía de enriquecimiento de un grupo minoritario que los explota en
detrimento de la satisfacción de las necesidades del cliente, o sea,
el pueblo.
Tanto la red minorista de comercio como la pequeña
empresa deben cumplir el rol de abastecer a la población y
brindarles un servicio de óptima calidad y esto, y que me perdonen
los justos, constituye hoy un problema en el país.
No hay que tenerle miedo a este fenómeno de la
pequeña empresa mientras exista un Estado socialista regulador de la
actividad productiva y comercial.
El Estado socialista debe beneficiarse de la pequeña
empresa a través de un sistema impositivo inteligente y eficiente,
que sea capaz de estimularla y evitar la acumulación excesiva de
capital y no ser saqueado sistemáticamente por manos inescrupulosas.
Nada se puede ver hoy como medida aislada. Para
llevar a feliz término esta reforma (por llamarla de algún modo) es
menester, en primer lugar, la desaparición de la doble moneda, de la
libreta de abastecimiento, la creación de un sistema impositivo,
bien pensado, sobre los ingresos, la descentralización de la
actividad económica y comercial, la instrumentación de formas nuevas
de propiedad de los establecimientos y pequeñas empresas existentes
y la creación de nuevos negocios que se enmarquen dentro de dichas
regulaciones.
En nuestros campos existen las cooperativas de
producción y son las más productivas. ¿Por qué no aplicar un sistema
similar en la ciudad?
Hay que darle más libertad a la gestión comercial;
que cooperativas y campesinos, después de cumplir las entregas de
sus contratos, comercien libremente con entidades de venta
minorista.
Libérese el Estado de estas pequeñas trabas y
dedique sus cuadros a la gestión mayor, a la magna obra, a la
consolidación de la base económica del socialismo, al desarrollo
armónico y planificado del país y a la satisfacción de las
necesidades crecientes de la población, ley fundamental del
socialismo.
Soy de la opinión de que esta tarea es impostergable
y que de su correcta instrumentación dependerá, en mucho, la
aplicación correcta del principio socialista de distribución: "De
cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo" y a la
eliminación de la nociva práctica del paternalismo y el
igualitarismo.
N. Páez del Amo
Para hacer viable nuestra economía
Todo proceso, para ser sostenible en el tiempo
deberá serlo en lo social, en lo ambiental y en lo económico. La
obra social y ambiental del proceso revolucionario cubano es tan
grande que se defiende sola. Hasta nuestros enemigos lo reconocen.
En la política económica no ha sido así y la balanza
de pagos de nuestra economía durante muchos años ha sido negativa
haciendo teóricamente insostenible el proceso. Es evidente que el
cruel bloqueo a que hemos estado sometidos durante casi 50 años,
condenado por la casi totalidad de los países del planeta, influye
en estos resultados adversos de la economía cubana, pero creo que
hay que comenzar a ocuparse de inmediato de otras interioridades de
la economía que también han sido problemas críticos durante estos
años.
Trataré de referirme a la conservación de los
recursos como un componente esencial de la sostenibilidad económica.
Una de las aspiraciones de los modelos de izquierda
ha sido siempre el desarrollo de la conciencia social. Desde Marx y
Lenin hasta nuestro Comandante en Jefe se aspiraba al desarrollo
generalizado de la conciencia social, pero esto no se logró
masivamente. El hombre cuando se despierta por la mañana piensa en
si tiene alimentos para el día, si tiene ropa que ponerse, si hay
salud y después, solo después, piensa en hacer política. Al no
lograrse el desarrollo de la conciencia social como se aspiraba, no
se desarrolla el sentido de pertenencia sobre la propiedad estatal,
lo que trae como resultado que no se conserven los recursos en la
forma adecuada. Lo que puede durar diez años, solo dura dos. El país
está lleno de ejemplos que demuestran que por esta causa la economía
estatal centralizada no contribuye a la conservación de los
recursos, porque siendo dueños los trabajadores no actuamos como
tales.
Del sector agropecuario le menciono que se han
comprado algo más de 100 000 tractores que han durado pocos años. Y
si UD estudia las estadísticas, podrá comprobar cómo se mantienen
los equipos e implementos del sector cooperativo y campesino y cómo
se acaban rápidamente los de las empresas estatales. En el
transporte pasa lo mismo, compramos ómnibus nuevos y en poco tiempo
el parque activo disminuye. Se repite esta situación en los
hospitales, las escuelas, etc. El Estado repara y no se conserva el
tiempo planificado. Solo se conserva lo que desarrolla sentido de
pertenencia. A veces camino por mi ciudad, observo los consultorios
médicos y en el piso de arriba, donde vive el médico está en buen
estado, mientras que el piso de abajo, donde está la consulta está
destruido sin persianas, sin pintura y enyerbado. Pienso que no
existe economía que resista esto, y pienso que si el enemigo
imperialista nos quita el bloqueo y nosotros no resolvemos estos
problemas, tampoco podremos alcanzar la eficiencia económica que
tanto necesita nuestra querida Isla amada por todos los cubanos.
A. Pita Hernández
Sobre las cartas y las respuestas
Sigo con atención esta sección cada semana. En esta,
así como en secciones similares existentes en otros diarios, se
denuncian muchas situaciones donde vemos reflejados muchos de los
problemas que vivimos cotidianamente.
Los problemas denunciados por los lectores son de
diversa índole, aunque se reiteran los relacionados con el
transporte. Uno de los hechos repudiables son los choferes que se
apropian del producto de las recaudaciones y la ausencia absoluta de
inspectores que controlen esa situación. Estos choferes se
enriquecen e impiden que esas recaudaciones sirvan para financiar
los gastos que hace el Estado para mantener esos servicios a la
población. La especulación con los pasajes, el cuidado de los
ómnibus, etc., son otros de los problemas existentes.
Otros asuntos de que adolece nuestra sociedad, no
menos repudiables, son la apropiación por algunos del producto de su
trabajo, el que se roba el producto de lo que es de todos para
especular. El que ocupa una plaza en un centro de cualquier tipo y
ofrece un pésimo servicio, los que permiten violaciones de la
disciplina laboral y tecnológica, etc, etc.
Se plantea que hacen falta respuestas, pero da pena
ver algunas respuestas, algunas más duras, otras más suaves. Y yo me
pregunto: ¿Cómo es posible que un directivo se entere de las
barbaridades que se hacen en alguna de las unidades bajo su
jurisdicción por una carta de un lector? ¿qué clase de responsable
es ese, dónde está la supervisión que ejerce? Si a nadie se le
ocurre escribir al periódico quizás nunca se enterarían de lo que
pasa, o lo siguen pasando por alto, y por tanto, nunca tendrá
solución el problema.
Muchas de las cuestiones denunciadas son tan
ordinarias, no quiero mencionar ninguna en específico, que no es
posible que pasen inadvertidas.
Creo que en estos casos tan responsable es el que lo
hace como el que lo permite por desconocimiento o por negligencia o
por incapacidad, en cualquier caso, dada la situación en que vive
nuestro país, amenazado constantemente por los yankis que no nos
perdonan nuestra independencia y nuestra dignidad. Quienes hacen
esas cosas o las permiten no merecen continuar en los cargos que
ocupan.
I. Guerra Monterrey
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