Publicadas el 27 de noviembre de 2009

El conocimiento que se pierde

En una carta publicada en el presente año, el compañero R. González Hernández planteaba que "quizás compramos libros muy caros en el mercado y no somos capaces de estimular la elaboración de obras científicas. Es triste decirlo, pero muchos de los científicos cubanos nos llevaremos a la tumba los conocimientos acumulados, por la falta de una política editorial que sería muy productiva si se supiera aprovechar el enorme potencial acumulado que está en plena madurez".

No sé cual es la situación en el resto del país, pero en las librerías de Santiago de Cuba es casi imposible conseguir un libro de ciencias básicas, técnicas o aplicadas, ya sean publicaciones "serias" o populares.

En las mismas existen, y envejecen, cientos de títulos de ciencias socio-políticas y de arte, sobre todo poemarios, pero no es fácil encontrar títulos de matemática, física o Química. Lo mismo ocurre con los temas de las revistas, la gran mayoría, por no decir todas, son de ciencias sociales. Durante un tiempo se vendieron tabloides sobre algunos de estos temas, pero ya no se ven. Incluso en las Ferias del Libro anuales este tipo de literatura está en franca desventaja.

Hoy en día se pide un esfuerzo a toda la población para incrementar los niveles de cría de animales y plantas para la alimentación humana, pero no contamos con materiales que expliquen cómo se realizan estas actividades de manera eficiente. Se deja a la experimentación personal, de la que no todos salen "bien parados".

Recuerdo libros muy viejos en mi casa sobre economía familiar que explicaban, entre otros muchos temas del hogar, cómo llevar a cabo la cría de gallinas, cerdos, conejos y otros tipos de ganado menor, con soluciones a problemas prácticos, incluso con explicaciones de cómo realizar cruzamientos para mejorar los rendimientos, cómo garantizar la higiene de los animales con poco esfuerzo y recursos, y el uso de sistemas autosostenibles.

Esta experiencia la tienen no ya los grandes científicos de nuestro país, sino personas del campo y de la propia ciudad, que la han acumulado con el pasar de los años. En los canales educativos se han presentado algunos programas, pero fundamentalmente referidos al ganado mayor o a los grandes cultivos nacionales. Pero no es lo mismo ver un programa un día en la televisión que contar con una guía práctica a la mano. Como dice el compañero González Hernández, si no se tratan de salvar, "nos llevaremos a la tumba los conocimientos acumulados".

F. Artigas Fuentes

El correo de Abras Grandes

Le escribo a título personal, pero quizás interpretando el sentir de todos los electores de tres circunscripciones del municipio Florencia.

En nuestra zona, Abras Grandes, existía el correo más antiguo del territorio: la zona postal 69190, que según historiadores e investigadores data de 1904. Hasta hace unos años era rentable. Existía además de la administradora un cartero rural que al jubilarse sobre los años 90 se eliminó la plaza. El centro siguió prestando servicios con esa compañera que atendía a tres circunscripciones que hay en la zona, dos escuelas, una escogida de tabaco, una base de campismo y varias suscripciones al periódico, de compañeros del lugar. En el 2006 se jubiló la compañera y su plaza corrió parecida suerte que la del cartero anterior, esta no desapareció; pero ubicaron a una compañera que hace las funciones de ventanillo del correo de la cabecera municipal, o mejor dicho de puerta cerrada, la mayor parte de los días de la semana. De esta forma no puede ser rentable ningún establecimiento. Se ha planteado la situación en innumerables asambleas de rendición de cuentas y la respuesta en vez de darla la Empresa de Correos la ofrece el administrador del correo que no fue quien lo cerró ni tiene potestad para volverlo a abrir. Al venir dicho administrador a dar respuesta de que no se podía abrir llenó la copa de la poca mesura y añadió que no solo el resto de los servicios, sino que el actual que corresponde a las suscripciones de periódicos para la población y centros de trabajo también se eliminaría a partir del 1ro. de enero del 2010.

Pienso que tampoco está dentro de sus facultades adoptar esta decisión, pero fíjese hasta dónde se llega con la prestación de los servicios que debemos recibir. Existía un teléfono para pasar telegramas y servicio de llamadas de la población y también voló junto a la decisión de cierre. El compañero plantea que no es problema de Correos sino de ETECSA; pero esta tampoco responde. En el directorio telefónico de 2009-2010 para la zona central del país aparece en la página 206 dentro de los centros agentes el de Abras Grandes con el número 559140, pero al marcarlo dice que el número no está asignado a ningún abonado, o sea está fuera de servicio cuando en realidad se necesita.

N. E. Martínez Leiva

Higienización de los medios de transporte

Ante la situación mundial frente al virus A (H1N1) en Cuba se ha llevado una campaña publicitaria-educativa para orientar a las personas en cuanto a las medidas de higiene personal y colectiva, cosa que veo muy correcta, pero me parece que falta una parte muy importante en esta campaña nacional para enfrentar la epidemia y evitar la propagación masiva.

Me refiero concretamente al actuar con medios y recursos por parte de las instituciones del Estado a todos los niveles en los centros de trabajo y los medios de transporte. Propongo que se efectúen tareas de limpieza e higienización en los medios de transporte publico en los paraderos y cabeceras de cada vehículo de transporte público (ómnibus, P1, taxis, etc.) y también en los vehículos de todas las instituciones, empresas, etc.

Esto es extensible a todos los centros donde, por su actividad, se aglomeren muchas personas: oficinas de atención a la población, hospitales, teléfonos públicos, etc. También debía propiciarse un mecanismo que garantice que todos los trabajadores en sus centros de trabajo, al llegar de la calle, se puedan lavar correctamente las manos, para evitar que se multiplique más el virus.

F. Martínez Mejías

El derecho a opinar

Escribo a esta sección que le ha brindado la oportunidad al pueblo de exponer criterios acerca de la situación actual en nuestro país debido a la situación económica mundial que como es lógico nosotros estamos incluidos, y yo quiero expresar mi agradecimiento a la Dirección de la Revolución que siempre ha sido el amparo de mi familia, digo esto porque los que no vivieron la etapa de antes del Triunfo de la Revolución nacieron en cunas de oro, yo diría que mejor que las familias ricas de mi barrio en aquella época, pues aquí solamente había un radio en una casa cerca en las que nos reuníamos todos los vecinos para escucharlo, y después del Triunfo de la Revolución es raro ver la familia que no tenga un televisor a color, entre otros ejemplos que pudiera poner.

Lo que quiero decir es que debemos seguir confiando en la Revolución, en su Dirección, que todos sus pasos son en beneficio del pueblo. Por mi UBPC pasaron los ciclones Ike y Gustav y no dejaron nada en pie, los miembros de mi UBPC y yo no dudamos ni un momento en comenzar de cero y en estos momentos se han triplicado los quintales y siguen multiplicándose los deseos de producir más y mejorar la calidad, y nunca defraudar a nuestro Fidel y a Raúl, y demostrar que SÍ SE PUEDE.

C. Pérez Martínez

Hacen falta respuestas

Hay un pensamiento de Martí que dice: La palabra es para decir la verdad, y no para encubrirla, y creo que esas páginas del diario están jugando un gran papel social en informar muchas cosas reales que suceden y deben ser resueltas para cada día mejorar más la sociedad. Pero hay algo que me preocupa, y es que muchas veces aunque dicen algo muy importante, no hay una respuesta sólida por parte del funcionario o empresa implicado en dicha situación, ya que creo debe exigirse que los funcionarios, que tienen que ver con dicha situación, hagan llegar su contesta, con una base si no están de acuerdo, y de lo contrario diciendo cómo se va a resolver esa situación, creo que ya es hora de dejar a un lado los papeleos, sin haber una solución urgente de la situación y más si está afectando al pueblo, la economía del país, o una parte de la ciudadanía, que tiene también derecho a sus reclamaciones.

Espero que esto sea del conocimiento de los responsables de las situaciones planteadas, y haya una respuesta sólida, así es como se resuelven los problemas, ¡¡no hay otra forma..!!

M. M. Llera León

No todo es malo en Correos de Cuba

Las muchachas que trabajan en mi zona postal, Central España Republicana, son eficientes, solidarias, creativas y honestas. Ellas no tienen computadora ni ningún equipo sofisticado, pero hay que ver que con un teléfono en la mano hacen maravillas. ¡Felicidades muchachas, esa es la clase de trabajadores que la nación necesita! Ojalá ese fuera el comportamiento de otras oficinas de correos, que se les rompe la impresora y no pueden hacer el modelo a mano para pagar un giro, o se va la corriente y se quedan inmovilizados, y mientras tanto quedamos todos atrapados por las redes del burocratismo y la inoperancia. Es hora ya de tomar conciencia de que de nuestro trabajo cotidiano depende el éxito del sistema social que estamos construyendo con tanto sacrificio.

Dra. H. Machado Martínez

Sobre la gastronomía y los cuentapropistas

Soy médico hace 35 años, y pude hacer mi carrera gracias a la Revolución y a ella me debo. Soy militante del glorioso Partido Comunista de Cuba y aprovecho este sitio de debate abierto, para participar en él con mis criterios.

En la edición del Granma del viernes 20 de noviembre, leí un artículo de un coterráneo desde Sudáfrica, J. R. Cuesta Tapia, ingeniero civil de la ECOAI No. 1 en Pinar del Río, con el cual coincido completamente y en uno de sus párrafos finales se refería a algunas cosas relacionadas con la gastronomía popular, llamemos así, a aquellos pequeños establecimientos que ayudan a adquirir algún alimento a la población de tránsito por las calles o en las cercanías de sus centros de trabajo, y pensé en algunas reflexiones que había hecho anteriormente sobre este aspecto.

Cuando se decretó la Ofensiva Revolucionaria el 13 de marzo de 1968, el Estado intervino todos los negocios privados, inclusive, los llamados "timbiriches". Yo era estudiante de bachillerato, y fui de los que salió a la calle apoyando la medida. No imaginaba, en aquel fervor revolucionario, la carga que sería para el Estado asumir después el control de esa actividad económica.

En 1978 tuve la oportunidad de hacer una pequeña gira por algunos países del desaparecido campo socialista (URSS, RDA y Checoslovaquia) y en algunos de ellos, en comunidades apartadas, el Estado controlaba los precios, pero los pequeños negocios estaban en manos de particulares.

Creo que el compañero del artículo al que hice mención anteriormente, tiene razón: el Estado no puede seguir apadrinando la actividad gastronómica pequeña, solo debe controlarla, pero allí viene el problema, para los trabajadores por cuenta propia deben existir unidades de venta mayorista, pero a menor precio que las ventas minoristas a la población, lo que le permita tener una ganancia en su trabajo, sin afectar las entradas de la población general por los precios tan altos de los productos que ofertan.

En estos momentos, muchos de estos trabajadores se nutren del mercado en divisas, lo que encarece los precios de sus trabajos a la población, y lo que es peor, producto del descontrol, en ocasiones, ofertan productos con materiales sustraídos de unidades estatales.

Él señalaba como una posibilidad pasar esas unidades al sector cooperativo. Apoyo esa opción, y creo además, que algunas pequeñas unidades gastronómicas pudieran, sobre todo en pequeñas poblaciones, ser arrendadas.

Por último quiero señalar que este sentimiento paternalista no enseñó a la población que los precios de los productos en el mercado internacional suben o bajan, y que de igual forma, en la economía interna ocurre lo mismo. Claro, que en esto el Gobierno Revolucionario, lo que estableció fue un mecanismo de protección a la población.

Dr. H. Palacios Álvarez

Logros sí, retroceso no

Me referiré al tema tan candente de la eliminación de la libreta de abastecimiento, sobre el cual he meditado mucho.

Albergo la opinión de que la persona piensa según vive y con el mayor respeto, no coincido con aquellos que consideran que esta debe eliminarse, a pesar de los costos con que carga a cuestas el Estado.

Sabemos que esta no es suficiente, tampoco cubre las necesidades nuestras, pero resuelve.

¿Por qué aferrarnos a un problema sin ver desde su raíz la causa?

Esta se eliminaría por sí sola cuando seamos capaces de abastecer nuestros mercados, produciendo y estimulando más.

Para nadie es un secreto que el salario medio en nuestra sociedad no cubre las necesidades mínimas de la población, o acaso aquel que aboga por su eliminación tiene otras posibilidades que no tiene la mayoría de nuestro pueblo y piensa que con su eliminación y liberación de los productos podría adquirir más.

En la última misiva publicada sobre el tema, se menciona la eliminación de la libreta de productos industriales, pero cuánta falta ha hecho.

Recordemos que no todos tenemos acceso a la divisa y para poder adquirir cualquier recurso necesita convertir 24 pesos solo por 1 cuc y nadie en nuestra sociedad, en una jornada de trabajo llega a esta cifra, por lo que necesitaría trabajar aproximadamente 2 días para poder obtenerlo.

¿Por qué eliminar otro gran logro de la Revolución?

¿Será este el momento adecuado?

Sugiero que antes de tomar alguna decisión, se valore a fondo para bien de toda la sociedad.

R. Leyva Medina

La necesaria estimulación

Al leer un artículo del día 13 del presente mes, referido a la necesidad de elevar la Producción de Bienes de consumo, sugiero (ante la realidad de la ineficiencia en algunos servicios sociales, donde existen trabajadores carentes de toda conciencia laboral y contrarios de aquellos que recibiendo el mismo salario e igual calificador de cargo, no reparan en dar lo mejor de sí en su actividad laboral, llevando el peso de casi todas las acciones que corresponden en su departamento, por ser más responsables y conscientes, y obteniendo evaluaciones de excelente años tras años) que se analice una forma de ESTIMULACIÓN (al menos en el sector de la Salud, que no aplica nada) a aquellos que consciente de la valía de su trabajo, mantienen en alto la imagen de su unidad o centro.

Pienso que en la medida en que se ESTIMULE a los que cumplen excelentemente con su trabajo y en ocasiones hacen más de lo que les corresponde (con resultados pertinentes); los menos consagrados se verán en la necesidad de seguir el ejemplo de los que sí son IDÓNEOS en su faena.

La verdad, compañeros, es que la estimulación debe desempeñar el papel de medidor, porque de lo contrario no marcaría la diferencia entre los que se empeñan por dar un servicio de excelencia, y a los que les da lo mismo una cosa que la otra, o como dijera mi abuelo, Pito que Flauta.

J. Machado Matos

Mala atención en farmacia del pediátrico de Marianao

El pasado lunes 2 de noviembre en el horario de las 9:30 p.m. en el cuerpo de guardia del hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, fue atendida mi niña de 13 años de edad, con un grano en la frente que se le había infestado. Cuando nos dirigimos a la farmacia del hospital, que se encuentra afuera en la esquina, la compañera que se encontraba despachando los medicamentos con muy mala forma nos dijo que no había, que fuéramos a cualquier otra farmacia. como así fue, me la despacharon muy amablemente en la farmacia de 44 y 31, en playa.

Pero el jueves 5 regreso en horas de la mañana nuevamente al hospital porque el grano estaba peor y la niña tenía muy inflamada la cara, y me la dejan ingresada.

Durante los casi 3 días que estuve en el hospital en la sala de Misceláneas, cama 28, la atención médica y del personal de la sala fue magnífica. tanto las enfermeras como las pantristas y el personal de limpieza cuando terminaban sus turnos no se iban sin despedirse y preguntarnos si necesitábamos algo más, y por la noche los médicos de guardia subían y pasaban por las camas a ver cómo estaban los niños.

Llegue a ellos mi admiración y agradecimiento. Lo mismo puedo decir de la trabajadora que me recibió en admisión y me ayudó porque yo estaba sola y sin nada para quedarme.

Lástima ante tanta amabilidad que todo no tuviera un final tan feliz, porque el sábado 7 a las 10:30 fue dada de alta mi niña. En la farmacia del primer piso me dieron el Trimaxol que era uno de los antibióticos que debía continuar tomando la niña y la compañera que me atendió, muy atenta también, me explicó que en el caso del Sulfaprín tenía que comprarlo en la farmacia que estaba fuera del hospital.

Como estaba lloviendo, dejé la niña con todos los bultos al lado de la compañera de información que le estaba poniendo el cuño al certificado médico. Me dirigí a la farmacia del hospital que está afuera en la esquina, me cansé de tocar y se oía perfectamente a la trabajadora hablando por teléfono y ni me abrió la ventanilla ni tan siquiera me dijo que me esperara, simplemente estaba muy entusiasmada contando como le escuché decir "tremendo chisme" a su interlocutora, allí estuve tocando alrededor de 15 minutos y no me abrió.

Indignada y mojada me quejé con la de información y le pedí que llamara al director, lo hizo pero no estaba, e incluso trató de comunicarse con la farmacia y tampoco pudo.

Me dirigí a un compañero con una bata blanca que estaba en un buró afuera del cuerpo de guardia y me dijo que no podía hacer nada. Disgustada e impotente me fui para mi casa.

No sé si la del lunes por la noche fue la misma del sábado, pero sí me he preguntado una y mil veces cómo se permiten personas tan indolentes trabajar en un hospital pediátrico y con medicamentos.

Comparado con el buen trato recibido anteriormente se pudiera decir que es la papa podrida de un saco, lo que haría falta es que no pudriera a las demás.

Me hubiera gustado formular esta queja a la dirección del hospital. Pero como bien dije no me fue posible, por eso me dirijo a ustedes.

No quería dejar impune ese maltrato.

M. C. Martín Fernández

Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos 881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177.
 

 

SubirSubir