Publicadas
el 20 de noviembre de 2009
Nos acostumbramos a que el Estado nos lo diera todo
Soy ingeniero civil y militante del Partido. No me
encuentro en la Patria pues soy colaborador de la construcción en
Sudáfrica, pero no dejo de leer un solo día el Granma en sus
ediciones digitales e impresa. En Cuba vivo en la ciudad de Pinar
del Río y trabajo en la ECOAI # 1 del Grupo Empresarial de la
Construcción de la provincia.
El artículo sobre el paternalismo publicado por el
Director del diario ha causado mucho revuelo en el mundo y entre
muchos cubanos dentro y fuera del país, algunos bien intencionados
otros mal intencionados, y otros evidentemente que no quieren
pensar, pero son sus criterios y deben ser respetados.
Creo que el planteamiento del paternalismo del
Estado cubano es totalmente positivo, hasta los enemigos han hablado
de él como algo imposible de mantener, y es imposible de mantener,
pero la pregunta es cómo y cuándo, pues fue el Estado el que creó
los mecanismos para convertirse en paternalista y es él quien tiene
la responsabilidad de desmontarlos. Nos acostumbramos a que el
Estado nos lo diera todo y se dice bien claro, cuando se rompe una
ventana, esperamos que el Estado nos la dé, porque sencillamente no
hay dónde comprarla, eso tiene que desaparecer, pero hay que buscar
la solución de dónde comprar la ventana y esa tienda no existe,
fíjese que digo tienda, no mecanismo, y así con casi todos los
problemas que nos enfrentamos a diario.
La libreta de control de abastecimientos tiene que
desaparecer, no puede subsistir más tiempo, pues a mi entender, es
totalmente inoperante en este momento, y sin ser mi especialidad la
economía, creo que tiende a frenar, de alguna forma, la producción
de alimentos, tanto a los campesinos privados como a las granjas
estatales, los primeros cumpliendo el plan de entrega para poder
pasar al Mercado Agropecuario con el resto de la producción y los
segundos cumpliendo su plan de producción, y cuando ya cumplieron,
no les estimula mucho producir de más. En una ocasión un
administrador de granja tenía sembrado una buena parte de su finca
estatal de berenjenas, cuando le pregunté por qué eso, me dijo : "
Tú no sabes cómo la berenjena da kilogramos para el cumplimiento del
plan", y esto es aplicable a las superproducciones de coles,
quibombó, etc. que se producen a menudo.
¿En qué momento se eliminó la libreta de productos
industriales?, simplemente desapareció sola y nadie la echa de
menos. La de productos alimenticios debe recorrer idéntico camino,
protegiendo siempre a las personas de menores ingresos.
Hay productos que necesitan otro tratamiento, como
la carne de res, por ejemplo, pero hay ingenieros pecuarios,
economistas, etc. perfectamente preparados para dar una solución y
no una solución tecnocrática, sino práctica y viable, aunque todos
sabemos que el principal problema es que hace falta cebar más
animales para sacrificar.
Las personas de bajos ingresos y discapacitados que
reciben solo el beneficio económico de la seguridad social, pueden
recibir bonos para determinados productos subsidiados por el Estado,
tarea que nuestros trabajadores sociales pueden acometer con
facilidad y ver quién de verdad los necesita y hacer un censo, para
esto habrá que tomar un parámetro de medida para que la vara no sea
tan flexible que esté siempre doblada, además con esto no estamos
inventando nada pues es una práctica en todo el mundo.
Que esto lleva estudio, es verdad, que no se puede
demorar mucho, también es verdad, pero esto lleva otros muchos
cambios y estos tampoco pueden demorar y no se puede esperar al
Congreso del Partido para institucionalizar todos los cambios.
En las cartas publicadas siempre se ve que existe
apoyo a la eliminación de la misma, pero siempre queda el temor de
qué va a pasar y cómo se solucionarían los problemas, etc., lo que
no deja de ser un reflejo de la costumbre de que el Estado nos
solucione los problemas ya que esto se encuentra tan enraizado en
nuestra conciencia que aflora sin que nos demos cuenta.
Yo mantengo el criterio de que el Estado no puede
vender fritas, que venda el aceite, la masa para elaborarlas y si se
quiere que alquile el carrito con el fogón y el gas para que se
vendan pero hasta ahí, crear un buen cuerpo de inspectores que velen
por la higiene y cobrar los consabidos impuestos (algo totalmente
desconocido para los cubanos), que son lo más corriente en todo el
mundo. Se pudieran crear pequeñas cooperativas con los trabajadores
de cafeterías, restaurantes, tiendas de artículos industriales, en
fin las variantes son muchas, que hay que cambiar leyes, que hay que
cambiar conceptos, es verdad, pero no podemos esperar más.
Hemos sabido resistir y vencer al imperio durante 50
años, con inteligencia y austeridad, tenemos que saber cómo resolver
estos problemas en menos de un año, no tenemos otra alternativa,
pues como dijera el compañero Fidel: "Nacimos para vencer y no para
ser vencidos", y este reto, también lo venceremos.
J. R. Cuesta Tapia
Eliminar facilidades en demasía y gratuidades
La Revolución se hizo y se hace "por los humildes,
para los humildes y con los humildes", por lo tanto, para emitir una
opinión hay que pensar en los humildes y no en las personas con
mayores posibilidades. La Revolución se ha caracterizado siempre por
defender, proteger y darle lo necesario al pueblo para vivir.
Es cierto que hay que eliminar facilidades en
demasía y gratuidades, pero para eso debemos trabajar todos. A esa
madre con varios hijos, sean o no del mismo padre, exijamos que
trabaje, que la ley plantee que es obligatorio el trabajo para las
personas capacitadas, so pena de sanción penal y el trabajo sea a
cada cual según su capacidad.
Cuando participé en la investigación genética
siempre propuse que aquellas personas con retraso mental ligero y
moderado y aquellas con discapacidades que pudieran realizar algún
trabajo, necesitaban un empleo, no una pensión, se debe evaluar cada
caso de personas pensionadas por enfermedad u otra causa, así como
revisar las mujeres que reciben un salario por cuidar a un hijo
discapacitado, porque hay casos que pagan a otra persona para que
los cuide dedicándose entonces a realizar ilegalidades.
Pienso que se deben eliminar subsidios de la canasta
básica, mas no la libreta, al menos por ahora, pues el país no está
en condiciones de mantener abastecido el mercado de productos los
365 días del año.
El país no está en condiciones de seguir manteniendo
vagos, pero sí de exigir responsabilidad ciudadana ley en mano.
A. Cañada Labrada
Hacen falta medidas de fondo para acabar con la
falta de sistematicidad
Recientemente en su periódico salió un artículo
donde se planteaba que otra vez el pago a los campesinos tenía
problemas y otro que analizaba que la aplicación del doble turno en
la construcción también tenía problemas, cuando en uno previo
parecía que este sistema resolvía las muchas deficiencias que
presentaba esta actividad.
Estos son solo dos ejemplos de lo que
lamentablemente hemos visto repetirse tantas veces en la mayoría de
las esferas de la producción y los servicios cuando se resuelve una
deficiencia para al poco tiempo reaparecer, a pesar de las muchas
críticas y cambios organizativos que se han intentado. Esto lo
calificó Raúl, ya hace muchos años, como falta de sistematicidad.
¿Por qué no hemos podido vencer la falta de
sistematicidad, la falta de exigencia y el paternalismo a pesar de
lo mucho que se ha criticado e intentado? Yo creo que estamos en un
círculo vicioso en que la falta de sistematicidad, la falta de
exigencia y el paternalismo no permiten mejorar la economía y la
imposibilidad de mejorar la economía es, en buena parte, causa de
los mismos y dificulta eliminarlos.
Pienso que nuestros problemas pudieran estar en
nuestro Socialismo y al decir esto de ninguna manera olvido al
bloqueo, crisis económica mundial y situación climática adversa como
factores que atentan contra nuestro desarrollo económico, pero
cuando vemos tantas deficiencias, indisciplinas, incumplimientos y
soluciones que no son soluciones o solo temporalmente, que no tienen
nada que ver con esos factores, tan generalizados y por tanto
tiempo, pienso que hay que hacer algo distinto a lo que hemos hecho
hasta ahora.
Se impone aclarar que ante todo soy Revolucionario
—así con mayúsculas—, y que estoy convencido, por la razón y la
lógica, que el capitalismo es intrínsicamente perverso y que tiene
en sus entrañas los gérmenes de su propia destrucción y que si algún
día tuviera que escoger entre nuestro Socialismo con todas las
deficiencias que pudiera tener, o que tiene, y cualquier
capitalismo, sobre todo el de la mafia de Miami y los agentes que
tienen aquí, por ser el más cercano y teóricamente posible, haría
todo lo que estuviera a mi alcance y más, por quedarme con nuestro
socialismo.
Pero hay otros socialismos, aunque sé que hay unos
cuantos que de socialismo nada más que tienen el nombre.
Nuestros economistas, periodistas y dirigentes del
Partido y del Gobierno y hasta enemigos hablan admirativamente del
gran desarrollo económico que ha alcanzado China y por tanto del
alza del nivel de vida de su población, y ellos lo han logrado con
un socialismo distinto al nuestro que plantean se basa en una
apertura de la economía que llaman economía de mercado socialista.
Yo sé que no podemos copiar a China porque, entre
otras cosas, nuestra cultura y recursos naturales son completamente
distintos y que, además, copiar nos trae tristes recuerdos; pero se
pudiera pensar en variantes con el mismo principio adaptadas a
nuestras condiciones.
Yo no tengo los conocimientos y la información
necesaria para poder profundizar en este tema, pero estoy seguro de
que entre nuestros diputados, periodistas, economistas, dirigentes y
conciudadanos hay quienes si lo tienen.
Creo que valdría la pena ver que en los periódicos,
la radio, la mesa redonda y hasta en el Parlamento se planteara este
tema y se polemizara sobre el mismo.
De lo que estoy seguro es que seguir llenando
cuartillas con ejemplos de falta de sistematicidad, falta de
exigencia y paternalismo y ante las deficiencias tomar medidas
coyunturales y no de fondo, no van a resolver nuestras dificultades.
Hace varios años cuando Fidel, con su visión de
futuro, dijo que los imperialistas nunca podrían acabar con la
Revolución pero que los revolucionarios sí podíamos hacerlo desde
adentro con nuestras deficiencias, confieso que no fui capaz de
percibirlo. Hoy sí lo percibo.
C. F. Díaz de Villegas
Muchas veces no reparamos en los beneficios
A veces somos rápidos para criticar pero lentos para
agradecer aun cuando hemos sido bien atendidos y recibido beneficios
de la Revolución que por ser tan naturales, ya no somos capaces de
valorar. Creemos que es importante escribir esta nota ya que muchos
se podrán ver reflejados en ella.
Somos una familia que desea agradecer al sistema de
salud local de San Miguel del Padrón y en especial al Hospital
Miguel Enríquez y su director, la atención que recibió nuestra madre
quien falleciera el pasado 26 de octubre en dicho hospital.
No queremos mencionar nombres para no pasar alguna
persona por alto, pero desde el médico de familia de Monterrey, el
personal de enfermería, la agilidad del SIUM que llegó a la casa en
unos 10 minutos, ante el llamado telefónico avisando de la gravedad
de nuestra madre, el traslado inmediato al policlínico para recibir
los primeros auxilios y la ambulancia que de nuevo estuvo disponible
con personal especializado para trasladarla. ya en el hospital, el
personal de guardia y de urgencias que no demoró un segundo en
atenderla rápidamente y aplicarle toda la atención que requería, así
como su ingreso en terapia donde hicieron de todo por salvarla
durante días, lo cual no fue posible, entre otras cosas, por su
avanzada edad de 93 años.
Desde el camillero, el personal de recepción, los
enfermeros, los médicos, los administrativos, sentimos en todos
ellos una gran sensibilidad humana y una atención personalizada que
dice mucho de los trabajadores del Hospital Miguel Enríquez. Con
aprehensión recibimos la noticia de que teníamos que llevar a
nuestra madre a este hospital, ya que de todos es conocido el estado
de deterioro de parte del inmueble, pero la urgencia del momento
requería ingresarla rápidamente. Para nuestra tranquilidad y
consuelo los trabajadores del hospital lograron con su atención
esmerada y profesional que nos sintiéramos en el mejor hospital de
La Habana. Muchas gracias a nuestro ejemplar y sacrificado personal
de la salud.
También no podemos dejar de reconocer el excelente
servicio brindado por la funeraria San Miguel, donde todo permanece
muy limpio, han tomado medidas para que así sea, y brindan todos los
servicios para que la despedida al ser querido esté rodeada de las
condiciones necesarias. Uno no es capaz de valorar hasta que lo
experimenta las bondades de nuestro sistema, siendo gratuito el
carro fúnebre, gratuito el ataúd, gratuita la estancia en la
funeraria con ventiladores e iluminación, el arreglo del cadáver es
gratuito y hasta la bóveda que el estado nos da por dos años es
gratuita.
¿Cuánto costó el ingreso en el hospital en una sala
de terapia intensiva con todos los recursos y un médico y enfermero
disponible las 24 horas? ¿Cuánto costó todo el servicio fúnebre
incluyendo entierro? Ni siquiera pensamos en eso durante esos días.
Ahora, pasados unos días, es que hemos podido valorar altamente los
beneficios que recibimos, muchas veces sin reparar en ellos, de
nuestro estado socialista. Muchas gracias.
Familiares de la difunta
Noemí Villafaña Rodríguez
El abuso en Astro no termina
Recientemente visité la provincia de Matanzas por
problemas familiares y tuve que anotarme en la lista de espera para
mi regreso a Las Tunas. Desde el viernes 6 comencé en la lucha, no
pude salir porque yo era el 6 en la lista y pidieron 1, al siguiente
día 7 hice el 5 y había capacidad para 7, pero solo asignaron 4 a la
lista de espera. Me dirigí al jefe de turno y un supuesto inspector
y le reclamé que yo estaba viendo personas que no tenían pasaje y
abordaban el ómnibus carro 1638 con chapa MSP 025; la explicación
fue que eran casos administrativos, pero se trataba de 10 chavitos.
Ese mismo día me puse de acuerdo con un señor que
trabaja en los baños para que me marcara para el día siguiente y
poder coger el 1 y así mismo fue, confieso que le recompensé con 50
pesos. Ese día 8 dieron para la lista de espera 2, pero luego de
estar arriba, vi que el que hacía el número 7 en la lista de espera
cogió el asiento 38 que rendía en Colón, después, en este lugar, lo
cambiaron de puesto y siguió hasta Camagüey; es más que claro que
aportó, por necesidad de viajar, los 10 chavitos.
No me explico con tantas yutong, esté tan difícil el
transporte y da pena además que en la terminal de Matanzas cuando
llueve, escampe más rápido afuera que adentro. El carro del domingo
8 fue el 1626 chapa MSP 060.
Desearía que al menos se respete a los que necesitan
viajar y se cobre lo que está establecido. Tanto los choferes como
el resto de los trabajadores tienen el salario que les corresponde.
R. M. Hechavarría
¿Reglamento del Banco?
Escribo a esta tan necesaria sección de nuestra
prensa para que se conozca lo vivido por un grupo de usuarios,
clientes, o como quiera que se nos pueda llamar a los que el 11 de
noviembre tuvimos la necesidad de los servicios de la sucursal del
Banco Metropolitano sita en Bellavista y 10 de Octubre, en el
municipio de igual nombre.
Ese día llegué a dicha sucursal a las 10:00 a.m.
Allí me enteré que abría al público a las 11:00 a.m., pero ya se
encontraba un grupo de personas esperando; cogí mi turno en la cola
y esperé. A las 11:05 fue que abrieron las puertas y comenzaron a
pasar las personas, por grupos, según lo establecido.
Alrededor de las 11:45 a.m. empezó a llover. Ese
banco tiene un semitecho de apenas unos 50 ó 60 cm (no llega al
metro), que por demás se encuentra bien alto, por lo que todos los
que quedamos afuera nos estábamos mojando, incluidas personas de
edad avanzada. Una señora dijo que ella no se podía mojar, abrió la
puerta y entró. Los encargados de hacer pasar al personal (un hombre
y una mujer) quisieron sacarla, pero ella no se dejó.
Las personas que terminaban de realizar sus
operaciones, como es lógico, quisieron quedarse adentro hasta que
escampara, pero los compañeros antes mencionados los obligaron a
salir e inmediatamente le pusieron llave a la puerta para evitar el
paso hasta que ellos autorizaran la entrada. Y nosotros mojándonos
afuera.
La señora que entró a la fuerza le inquirió a la
compañera de la puerta que los que estábamos afuera nos mojábamos y
el banco estaba vacío, solo con algunos asientos ocupados por el
grupo que anteriormente había entrado. Ella respondió que no podía
hacer nada.
Y a partir de lo narrado yo me pregunto: ¿dónde
están los valores humanos de quien de esta manera actúa? ¿cuánta
inflexibilidad puede existir en el reglamento de admisión a una
institución de este tipo en casos como este?, quien crea este
reglamento ¿no tiene en cuenta crear condiciones para estos casos?
Los que allí estábamos, incluidos adultos mayores,
fuimos víctimas de la inconciencia y poca solidaridad de dichos
empleados y de algún funcionario que, bien resguardado de la lluvia,
seguirá elaborando reglamentos para que otros cumplan.
C. Navarro Camacho
Comenzar a controlar el uso real del transporte estatal
Como asiduo lector de la sección Cartas a la
Dirección, leí la inquietud del compañero M. Guerrero Torres,
publicada el día 13 del presente mes, sobre Los autos estatales y me
parece muy acertada y oportuna en momentos en que resulta tan
necesario ahorrar los recursos de que disponemos y que
lamentablemente en la práctica no todos lo hemos interiorizado,
siendo responsabilidad de las administraciones velar por ello.
Considero que además de lo señalado por el compañero
debe agregarse y lo que es más importante, comenzar a controlar el
uso real que se le da a todo el transporte estatal ya que con
frecuencia, tanto los de chapa azul, como los de otros colores,
circulan evidentemente muchas veces en uso privado, a cualquier hora
del día o la noche, de lunes a domingo y lo que es peor, muchos
procedentes de todas las provincias del país, fuera de La Habana,
"supuestamente" en reuniones u otras actividades en la capital que
si realmente se pretende controlar debiera estudiarse
casuísticamente y tratar de que dichos compañeros se trasladaran en
transportes públicos colectivos y en los casos en que se requiriera
fueran movidos en la ciudad por los vehículos de las instancias
nacionales que los convocan y de esa forma sí se estaría hablando de
ahorro real.
Cuando nos encontramos en municipios de la provincia
de La Habana en días no laborables y/o feriados, también se observan
estos transportes de La Habana con ocupantes, generalmente
familiares o amistades de los responsables de los vehículos en
paseos, visitas, etc.
Si realmente se estuviera haciendo un uso racional
tanto del combustible como de los vehículos en sí, estas
situaciones, si no se erradicaran, al menos se reducirían al mínimo.
M. Hernández Fernández
La lista de valiosos jóvenes sería interminable
Soy asiduo lector de esta sección y he visto
publicadas diversas opiniones sobre nuestra juventud con diferentes
enfoques e incluso de jóvenes que exponen su derecho a vivir acorde
con el nuevo siglo XXI. Soy profesor universitario desde el año 1964
y hoy cuento ya 76 años de edad. Permítanme exponer mi opinión sobre
este importante tema.
Oigo con cierta frecuencia el comentario, bien o mal
intencionado, de que nuestra juventud está pérdida, por otro lado
nuestros enemigos esperan agazapados en su cobardía y mezquindad a
que desaparezca la dirección histórica de la Revolución para
derrocar al Gobierno Revolucionario e implantar de nuevo en Cuba el
oprobioso sistema capitalista y por último, no faltan los que se
dedican —de una forma u otra— a tratar de desviar a nuestros jóvenes
del camino correcto. Los primeros, los que hacen esos comentarios,
no analizan con seriedad y profundidad a nuestra digna juventud; los
segundos, o sea los que esperan derrotar a la Revolución, están
totalmente fracasados pues nuestro relevo está perfectamente
garantizado y los últimos, los que hacen lo indecible por
desviarlos, son usualmente elementos antisociales que nuestra
juventud rechaza y que no tienen futuro en nuestra sociedad.
Para mí, la juventud cubana de hoy son los miles de
jóvenes que se han ganado el mérito de ser militantes de la UJC, los
miles que forman parte de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y
del Ministerio del Interior, los que trabajan y son destacados y
cumplidores de su jornada laboral, los trabajadores sociales,
instructores de arte, maestros y profesores generales integrales,
científicos e investigadores que tantos éxitos han tenido entre
otros muchos sectores. No podemos olvidar a los miles y miles que
han cumplido y cumplen misiones internacionalistas y que tanto
prestigio han dado a nuestra Patria en todo el mundo y, cómo olvidar
a nuestros Cinco Héroes prisioneros injustamente del imperio por
luchar contra el terrorismo. La lista sería interminable.
No es justo criticar a la juventud por su forma de
vestir, quienes lo hacen olvidan que cada época en la historia de la
humanidad ha tenido sus modas, no es justo criticar a la juventud
por expresiones soeces que a veces escuchamos en ciertas personas,
un problema que tenemos que combatir y que, en mi criterio, he oído
a personas que no son tan jóvenes incluso de la tercera edad.
Por otro lado existe una minoría que no estudia ni
trabaja, se comportan como entes antisociales, algunos consumen
drogas o han escogido el camino del alcoholismo, practican la
indisciplina social entre otras actitudes negativas. No creo
correcto que rechacemos a esas minorías, analicemos sus raíces, su
medio familiar y social y encontraremos las causas de su mala
conducta. Mi propuesta es que trabajemos para hacerlos mejores. Yo
creo que sí es posible.
E. Regalado García
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